5/28/2012

Los jóvenes son libertarios por natura; pero “ya maduros y viejos, conservadores y autoritarios”



Pedro Echeverría V.

1. Yo no lo digo, lo han escrito muchos observadores de la realidad mundial. Dicen que los jóvenes son unos “irresponsables” porque todo lo quieren destruir y transformar; pero sólo hay que esperar que pasen unos años para que sean quienes reprimen a sus vástagos. En los sesenta, con el fin de debilitar las batallas de los jóvenes contra el autoritarismo y represión de sus padres, se hablaba de una lucha generacional. Hubo incluso en México un jefe de los empresarios –un señor Sánchez Navarro- que llegó a decir en tono de burla y cinismo que le gustaría que sus hijos cuando estudiantes sean “rebeldes”, incluso comunistas, para cuando sean maduros se conviertan en magníficos administradores del capitalismo. También se divulgó que alguien dijo que “los comunistas eran como los rábanos: rojo por fuera y blanco por dentro”. Sin embargo hace 50 años el anticomunismo de los empresarios y del gobierno era muy grande y no poseían ni un grado de razonamiento.

2. Ese desprecio generacional contra los jóvenes fue, y es, también por miedo y por terror. ¿Se imaginan que una sociedad que permanentemente beneficia a los empresarios, banqueros, industriales, terratenientes; que está organizada o muy bien ordenada para que siempre sea así, de pronto sienta que se viene abajo por la rebeldía juvenil? Me imagino a los hijos enojados en un hogar pateando los muebles, rompiendo los platos y amenazando con destruir las vitrinas porque los padres conservadores ordenan, mandan y golpean pensando que tienen el derecho de hacerlo y no solucionan los problemas que plantean los hijos que “están fuera de control”. Así veo a los empresarios Televisivos, a los dueños de Teléfonos, de las Mineras, a los de Bimbo y más capitalistas explotadores que han sido apoyados por los gobiernos del PAN y del PRI por facilitarles ganar cientos o miles de millones de pesos. Están muy desesperados  y llaman al gobierno de Calderón a poner más orden.



3. Aplaudo con todo mi entusiasmo la irrupción política de los jóvenes universitarios y politécnicos y pregunto ilusamente: ¿Cómo conservarlos siempre jóvenes y frescos en las calles luchando contra los monopolios, las injusticias, la desigualdad y así evitar que nunca lleguen a viejos conservadores que hablen de las buenas formas, del orden, la ley y las buenas costumbres? La revoluciones francesa, mexicana, rusa, china, cubana, nunca debieron frenarse o conculcarse por los viejos conservadores que las legislaron e institucionalizaron; debieron ser revoluciones permanentes que en lugar de establecer derechos en el papel hubiesen permanecidos en movimiento hasta que todas las tierras y las fábricas pasen a manos de los trabajadores directos. Pero para eso la burguesía dominante proclamó las constituciones burguesas: para frenar los movimientos, desarmar a los pueblos rebelados y establecer todo en el papel. Ahora esa mismo Constitución legitima la gran propiedad y el “orden”.

4. Por ello me entusiasma ver a los jóvenes rebelándose contra las mentiras de los medios de información, contra los candidatos de los empresarios y el gobierno, contra la famosa “estela de la corrupción” o reafirmando la lucha de quienes murieron asesinados en Tlaltelolco aquel año de 1968. Pero al mismo tiempo, por aquello que enseña la historia, por las experiencias directas, quisiéramos que estas batallas estudiantiles de hoy no se vayan a convertir en “llamarada de petate” que, así como aparecieron en una especie de “arranque de rebeldía juvenil” desaparezcan en el momento que “papito” sea  presionado y obligado a ordenar a sus hijos que hay que cuidar el futuro empleo en el aparato de gobierno, en las empresas televisivas o demás sectores. Obvio estas presiones se están registrando en Chile, en España, en Grecia, en EEUU y otros países, pero los jóvenes han demostrado una enorme conciencia de lucha que está haciendo historia. Y México no es diferente.

5. En los años sesenta muchos jóvenes sintieron la necesidad de romper con lazos familiares, vivieron en comunas, las mujeres también lograron importantes márgenes de liberación, se manifestaron contra el consumismo capitalista y la enajenación. La prensa escrita y la radio fueron absolutamente de derecha; la TV, que también estaba bajo el mando y dirección empresarial, no era aún muy representativa. Los partidos políticos de izquierda eran casi ilegales, el PRI funcionaba como un partido único y los partidos de derecha eran sólo organismos de presión que recibían subsidios del gobierno. De tal manera que cuando surgió en julio de 1968 aquel histórico movimiento estudiantil en México, la izquierda influyó muy poco porque no tuvo fuerza para hacerlo; fue la dinámica misma del movimiento, confrontado con el gobierno diazordacista, con los empresarios, la policía y el ejército, la que fue demostrando quienes eran los enemigos y cómo batallar contra ellos.

6. Los estudiantes en México, y creo que en todo el mundo, mantienen una posición privilegiada cuando luchan y salen a las calles a protestar; no por su papel en la producción sino por el peso social que representan. Cuando sólo están encerrados en sus escuelas bajo las órdenes de las autoridades y los profesores y sólo son receptáculos o receptores de ideologías, se vuelven invisibles. Pero cuando se organizan masivamente logran tener más presencia pública que los mismos trabajadores: obreros, campesinos y sectores populares, por la amenaza global que representan. Por ello en estas semanas de campañas electorales, sin que los estudiantes se lo propongan, están jugando un papel muy importante. Aplaudiría que tomen posición por lo pobres, por los oprimidos, por quienes en este país no han tenido voz; me perecería una soberana tontería que no entiendan que en un país absolutamente desigual, de 70 por ciento de pobres, no se puede neutral, mucho menos ingenuo.

7. Aunque ser joven o viejo –dicen los avanzados de pensamiento- no es un problema de edad, la realidad es que la edad es casi determinante. El feudalismo, la sociedad patriarcal y el capitalismo  han impuesto sus valores y su autoridad. El 90 por ciento de los padres manda en sus hogares y vuelve a mandar; igual sucede con los profesores en las escuelas, con los curas en la iglesia, los patrones en las fábricas, así como los mayores en la sociedad y la política. Los jóvenes de hoy tienen que luchar contra ese terrible autoritarismo que comenzaron a cuestionar y destruir en los sesenta otros muchachos para poder actuar y vivir con libertad. Por ello me parece interesante empujar la lucha de los jóvenes con el fin de que ayuden a empujar hacia una sociedad igualitaria, pero buscando mayores definiciones que contribuyan a la destrucción de la sociedad capitalista. Me dolería que el movimiento estudiantil actual solamente logre cambiar algunas cosas para que todo siga igual.


http://pedroecheverriav.wordpress.com

pedroe@cablered.net.mx

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