9/08/2012

Capacitan a mujeres como agentes del cambio social

Desde hace 17 años opera Ceremuba en bajío guanajuatense


Por Anayeli García Martínez, enviada

Guanajuato, 7 sep 12 (CIMAC).- Enclavado en el municipio de Apaseo el Alto, al sureste del estado de Guanajuato, el Centro de la Red de Mujeres del Bajío (Ceremuba) se convirtió en un espacio de mujeres emprendedoras, como Silvia que a sus 25 años de edad ya es una promotora comunitaria.

Esta región que hasta hace algunas décadas era el granero mexicano por la riqueza de su producción agrícola, hoy es una zona de expulsión migratoria donde los hombres, padres e hijos, abandonan a las mujeres para ir en busca del sueño americano.

Silvia es una joven madre de una niña de 5 años, a quien cuida y mantiene con ayuda de su esposo, pero además es una de las promotoras comunitarias que se dedica a difundir el derecho a la salud física, emocional y sexual de las mujeres.

Además de romper con su papel de ama de casa para seguir los pasos de su madre como activista, en uno de los estados más conservadores y religiosos del país, Silvia es una de las socias de las cajas de ahorro promovidas por el Ceremuba.

Desde hace 22 años la Red de Mujeres del Bajío se dedica a trabajar a favor de las habitantes de las comunidades ubicadas en municipios como Jerécuaro, Irapuato y Valle de Santiago, pero desde 1995 abrió el Ceremuba como un espacio de desarrollo.

Aquí Silvia encontró un camino para la transformación personal y comunitaria, al igual que cerca de 800 mujeres que lograron abrir sus negocios propios, o bien administrar los dólares que desde Estados Unidos les envían sus esposos o hijos.

Sin conocimientos financieros o de indicadores económicos, Estrella es otra mujer que recolecta los ahorros de las mujeres de su comunidad, quienes pueden ahorrar 10 pesos a la semana aún con las críticas y el temor de sus familias.

De acuerdo con datos del Banco de México, sistematizados por la Red, hasta 2008 Guanajuato era el segundo estado con mayor recepción de remesas, y una entidad donde la pobreza alimentaría y patrimonial persiste pese a los esfuerzos por erradicarla.

En estas comunidades, donde las mujeres que se quedan tras la migración de sus parejas deben cargar con la responsabilidad de la casa y el cuidado de los hijos, las cajas de ahorro les permiten abrir desde una panadería hasta costear una enfermedad.

Sin embargo la Red sostiene que la crisis en EU provocó que los migrantes cada vez envíen menos cantidades de dinero y con menos frecuencia, lo que indica que las mujeres, muchas de ellas amas de casa, deben buscar nuevos ingresos económicos.

Si bien la mayoría de ellas desconoce los lineamientos del sistema bancario, han establecido una relación financiera basada en la confianza, pues el Ceremuba no sólo es el centro donde se sistematizan las operaciones económicas, sino también su espacio de apoyo y orientación.

Los efectos psicosociales de la migración, término para sintetizar las consecuencias de este fenómeno en la vida mujeres y las relaciones entre las personas de las comunidades, obligó a la veintena de mujeres a trazar unas líneas de acción.  

El Ceremuba, que tiene una ruta de acción entre Celaya y Querétaro, tiene un claro componente de género y por ello se dedica a compartir experiencias de desarrollo, talleres sobre derecho a la salud, y orientación legal para casos que van desde un divorcio hasta un conflicto agrario. 

Teresa y un grupo de compañeras se han especializado en la salud física de las mujeres al aprender a dar terapias con masajes, reflexología (terapia de estimulación en las plantas de los pies), y auriculoterapia (estimulación en los oídos con semillas).

Teresa descubrió en sus manos y en las esencias una habilidad para ejercer la medicina alternativa, pero no sólo eso, también difunde los derechos femeninos entre la gente de su poblado a quienes explica que el bienestar físico y emocional también importa.

La también promotora comunitaria continúa con su capacitación en masajes, mientras que Estrella abrió una caja de ahorro para niñas y niños que deseen costear sus libros o fiestas, y Silvia próximamente iniciará sus estudios de preparatoria. En el Ceremuba todas han aprendido que no tienen que ser víctimas, sino agentes del cambio social.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario