2/27/2014

Los periodistas pal café . . .



Josefina Vázquez Mota ha movido pieza en el tablero de blanco y azul (un movimiento, por cierto, exageradamente cantado) para declararse en una posición de presunta neutralidad activa que difícilmente puede ser trasplantada al callejón panista de los pleitos pandilleros desde el jardín conceptual internacional del que fue tomada (dos ejemplos: Suiza la postuló para explicar su actuar frente a la guerra del Líbano, http://bit.ly/1bMYXMZ y Vinicio Cerezo Arévalo la reivindicó en Guatemala frente a conflictos centroamericanos http://bit.ly/1codHNl).
Esa neutralidad, que al ser activa deja de serlo, sobre todo en un terreno minado como es el panista, acaba siendo una coartada de la ex candidata presidencial para disfrazar el hecho concreto de que se negó a sumarse al bloque, fundamentalmente de calderonistas, que con Ernesto Cordero como punta de lanza ha pretendido descarrilar al taimado Gustavo Madero, quien parece tener todo acomodado para la obtención de un segundo periodo como dirigente del PAN. No apoyar al senador en caída significa apoyar al chihuahuense que va a la alza. Esa maniobra puede envolverse en lucidores discursos de crítica al proceso electoral interno en sí, de denuncia de los riesgos de la polarización enconada y de encomio de los magnos propósitos de rencauzamiento del partido en cuestión, pero en términos crudos, en medición pragmática, lo que Josefina ha hecho es darle al grupo calderonista un golpe que probablemente signifique no sólo la pérdida en la contienda inmediata, sino la confirmación de una derrota grave, acaso definitiva, para quien ocupó Los Pinos hasta 2012.
Felipe Calderón no pudo imponer en diciembre de 2010 a Roberto Gil Zuarth como presidente del comité nacional panista, ante la resistencia, que resultaría triunfadora, del entonces senador Gustavo Madero. Gil fue una hechura acelerada de Calderón (en nueve meses pasó de diputado federal a subsecretario de Gobernación y a candidato a presidir al PAN; luego sería secretario particular del propio FC) que pretendía dar continuidad a la imposición felipista de personajes manejables en la conducción de ese partido. Pero no poder desde Los Pinos instalar al líder de su partido significó el colmo del no poder del mencionado Calderón. Lo que hoy se vive, con Cordero como retador, podría ser el asalto final de una pelea tan largamente perdida que Vázquez Mota prefiere abandonar al calderonista y apostar neutralmente por el muy probable ganador, con la vista puesta en una diputación federal como también pretende, como plataforma familiar futurista, Margarita Zavala Gómez del Campo.
El 1º de agosto del año pasado se anunció una asimétrica alianza entre un grupo periodístico enraizado en el estado de México, Mac Mutimedia, y el diario español El País. Mac tiene como principales marcas el diario deportivo Estadio, la revista Cambio (ganadora de reciente fama nacional debido a la contratación masiva de espacios publicitarios para difundir su portada con la imagen del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco) y otras publicaciones como Capital de México, Rumbo de México, Diario DF, The News y ocho periódicos regionales, entre los cuales destaca El Diario de Toluca. Además, la empresa fundada por Anuar Maccise Dib (de allí el Mac) y ahora dirigida por sus hijos Luis y Anuar tiene estaciones de radio y programas de televisión a difundir por cable  (http://bit.ly/1lmcFcI).
El estilo periodístico e incluso el peso económico inmediato de Mac Multimedia no parecieran ser los factores que más motivaran a una firma como El país, perteneciente a Prisa, a trabar una alianza como la mencionada, a la que han seguido otras en las que el factor mexiquense está muy presente.  Este 22 se ha informado que el mismo grupo Mac Multimedia ha llegado a un acuerdo de colaboración (http://bit.ly/1dB3U6P) con Reporte Índigo (http://bit.ly/ODW4Ea), publicación que tiene como director general y presidente a Ramón Alberto Garza y como vicepresidente y director adjunto a Antonio Navalón, este último un periodista que nació en España pero renació en México en 2005 y que entre otras actividades es representante de grupo Prisa desde 2001, según menciona en su blog (http://bit.ly/NxVKFG).
La expansiva prosperidad mexiquense de sexenio peñista ha llegado hasta el consejo de administración del grupo Prisa, editor de El País, en la persona de Roberto Alcántara Rojas, un poderoso personaje siempre relacionado con el poder priísta y en especial con los políticos del llamado Grupo Atlacomulco, como Enrique Peña Nieto. Alcántara es principal accionista de Inversionista de Autotransportes Mexicanos (IAMSA), la firma que concentra unos nueve mil autobuses en todo el país, y de Viva Aerobús, la línea de vuelos de bajo costo asociada con la irlandesa Ryanair. Además, está muy interesado en ganar las licitaciones de trenes de pasajeros que ha anunciado la administración de su paisano Peña. El mismo presidente del Grupo Toluca, Alcántara Rojas, adquirió el extinto Bancrecer durante el gobierno del ex presidente Carlos Salinas, entidad que posteriormente fue rescatada con fondos públicos después de la crisis de 1995, según relató Roberto González Amador en La Jornada de este miércoles (http://bit.ly/1fsgIlw).
Con nuevos socios mexiquenses (Mac Multimedia y, por añadidura, Reporte Índigo) y nuevo miembro mexiquense en el consejo de administración (Roberto Alcántara Rojas, consejero independiente, es decir, no necesariamente aportador de capital), el grupo Prisa también ha comenzado la renovación de la dirección general del diario El País, donde el corresponsal en Washington, Antonio Caño, sustituirá a partir del 4 de mayo a Javier Moreno. El colmo de las nuevas noticias sería que ese conglomerado hispano-mexiquense decidiera concursar por una cadena nacional de televisión abierta. Pero, aun cuando tan tentadora posibilidad de la pantalla no se materializara, lo cierto es que los aires mexiquenses sexenales están consolidando proyectos periodísticos ambiciosos. ¡Hasta mañana!
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Foto
¿Cómo fue que la cocaína –y El Chapo– han conquistado al mundo? La revista The Economist dedica un análisis a su negocio: ‘‘El largo alcance del shorty’’, lo titula. Es un juego de palabras. En inglés shorty significa corto, y chapo, chaparrito. Presenta un mapamundi donde se distinguen con color fuerte los países de mayor consumo: Estados Unidos, Canadá, Brasil, Inglaterra, España, Italia... México no aparece en ese grupo, la cocaína es cara aquí; se prefieren la mariguana o las pastillas sicotrópicas... Dice The Economist que El Chapo es reconocido por haber operado un gran consorcio criminal. Reproduzco el texto: ‘‘El señor Guzmán, que estuvo 13 años al frente del negocio, después de escapar de prisión ocultándose en un carro de ropa de lavandería, es mencionado por los fiscales por haber sido el jefe del rtel de Sinaloa, el más grande del mundo. Cárteles como el de Sinaloa han ayudado a crear un mercado global de cocaína cuyo agente activo es cultivado sólo en partes remotas de Bolivia, Colombia y Perú (la coca). En años recientes la policía ha decomisado drogas en casi todo el mundo. Aunque su popularidad muestra signos de declive en algunos países ricos, en los mercados emergentes como Brasil están desarrollando una adicción por esta droga’’. Lo que no explica la revista –tampoco los mexicanos tenemos una explicación, pero sí algunas sospechas– es cómo ese imperio fue desarrollado por un solo hombre. Al parecer, El Chapo es un hombre-equipo que pudo realizar por sí solo las actividades de un negocio de miles de millones de dólares. En la gráfica, los países que aparecen con sombra más oscura son los que registran mayor consumo de cocaína, de acuerdo con la revista británica.
Billonarios chinos
Estuve en China por primera vez cuando todavía vivía el presidente Mao; moriría poco tiempo después. La corrupción era castigada con pena de muerte y mutilación. Intenté obsequiar un pequeño libro a la persona que me fue asignada como intérprete. Era una guía de turistas que tenía información de los países de Europa. Se le iban los ojos, porque la austeridad extrema no les daba acceso a ese tipo de literatura que, por otro lado, violaba el secreto de la llamada ‘‘cortina de bambú’’. No lo aceptó; lo consideró ‘‘un moche’’. De entonces a la fecha cambiaron las cosas en la gran nación comunista. Hoy es la segunda economía del mundo y, según los expertos, está destinada a desbancar a la primera, Estados Unidos. Ha vuelto la corrupción que combatió el presidente Mao. China ocupa hoy el segundo lugar en número de multimillonarios, de acuerdo con la lista Hurun 2014, el equivalente a la lista de Forbes; 358 tienen bienes y capital valorados en más de mil millones de dólares. Son 41 más de los que aparecieron en la clasificación del año pasado. China tiene 1,351 millones de habitantes. El dinero está concentrado en unas cuantas manos.



Los mexicanos sufren sus consecuencias desde hace poco más de 30 años y padecen la depredación de la política económica impulsada, entre otros, por el Banco Mundial y seguida al pie de la letra por seis gobiernos neoliberales al hilo, pero resulta que a estas alturas de la demolición nacional el organismo financiero se dice sorprendido, porque en México persiste la gran pobreza pese al gasto social, de tal suerte que en este sentido el avance ha sido modesto.
En los hechos, lo único realmente sorprendente es que el Banco Mundial se diga sorprendido (cinismo puro) por los devastadores efectos sociales del modelo económico impuesto en México desde el gobierno de Miguel de la Madrid, cuando el organismo financiero junto con el FMI decidieron (y la presunta autoridad mexicana acató) que el país sería su laboratorio experimental en la materia. Transcurridas poco más de tres décadas el propio BM (tripulado desde la Casa Blanca) sale con la batea de que los resultados han sido modestos.
Pero no, ojalá, porque ni de lejos han sido modestos, sino devastadores y las propias cifras oficiales lo revelan. No hay que olvidar que América Latina ha sido catalogada (Cepal) como la región más desigual del planeta, y dentro de ésta México es el alumno más que aventajado, tanto que a estas alturas del partido 52 por ciento de la población sobrevive en la pobreza y/o la miseria.
El Banco Mundial asegura que “a pesar de la prevalencia de programas de transferencia condicionada de recursos –como Oportunidades– y el incremento en el gasto social, el efecto neto de la política fiscal en la equidad ha sido modesto… La pobreza en México y América Central no se ha reducido en los últimos años, periodo en que esos programas de transferencia condicionada de efectivo se han institucionalizado al punto de convertirse en uno de los pilares de la política de combate a la pobreza” (La Jornada, Roberto González Amador).
Pero celebrar dicha institucionalización no resuelve nada. En el mejor de los casos sólo pretende minimizar el rotundo fracaso. Como se ha mencionado en este espacio, por muchos millones de pesos que se destinen a lo que el gobierno denomina combate a la pobreza, que año tras año se presuma el incremento presupuestal a tal fin y que supuestamente todo ese dinero llega a su objetivo, lo cierto es que el número de depauperados se mantiene al alza, y seguirá esa tendencia mientras no se corrijan las políticas públicas que los producen al por mayor.
En los últimos cinco lustros oficialmente se destinaron miles y miles de millones de pesos al combate de la pobreza, pero en ese lapso el inventario nacional de pobres se incrementó en 21 millones de mexicanos. Del Pronasol salinista (que arrancó el 2 de diciembre de 1988) al Programa Oportunidades de Fox y Calderón (con Zedillo se denominó Progresa), tal inventario reporta un incremento anual promedio de 840 mil nuevos pobres, algo que, por lo demás, ni de lejos puede calificarse de avance modesto, como asegura el Banco Mundial.
Entonces, a 25 años de institucionalizada la política social (como le llaman en el gobierno), el balance es brutal: con la puesta en marcha del Pronasol, el gobierno reconoció la existencia de 40 millones de mexicanos en pobreza; al cierre de la docena trágica panista, con Oportunidades a toda marcha (Calderón dixit) se registraron 61 millones, y contando. Elemento fundamental de ese resultado es la rotunda negativa gubernamental de modificar su política económica, que sólo socializa las pérdidas y privatiza las ganancias.
El Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM le da contexto al problema y le pone números: “el gasto gubernamental en los programas de combate a la pobreza –a nivel federal, estatal y municipal– se incrementó en términos absolutos en 96.1 por ciento en los últimos 42 años (1970-2012). El gasto total desembolsado por el gobierno federal en programas de combate a la pobreza a nivel nacional ha sido continuo, pero no ha resuelto el problema de la pobreza. En dicho periodo, el número de pobres en México se incrementó 100 por ciento”.
Añade que si el total de los recursos utilizados en los distintos programas creados durante estos 42 años para combatir la pobreza realmente se hubieran ejecutado para disminuirla, tomando en consideración únicamente los datos oficiales, no habría un incremento de pobres. Con base en fuentes gubernamentales, el CAM detalla que en 1970 el número de pobres en México ascendió a 31 millones; una década después se elevó a 38 millones, y a 40 millones en 1990, dos años después del arranque de Pronasol. Para 2000, el ejército de pobres acumulaba 50 millones (cifras del Coneval), que aumentó a 57 millones en 2010 (ídem) y concluyó el sexenio calderonista en 61 millones.
El análisis del CAM incluye siete sexenios (de Luis Echeverría a Felipe Calderón), aunque el boom de recursos destinados, oficialmente, al combate de la pobreza se registra (cifras del propio gobierno federal) a partir de la estancia salinista en Los Pinos. Así, ¿cuántos recursos se han invertido por cada pobre de este país en 42 años?, pregunta el CAM y él mismo lo desmenuza de la siguiente forma:
De manera real, los recursos destinados en los tres niveles de gobierno para reducir la pobreza, según sus propios datos y considerando el comportamiento de la economía para cada sexenio, tenemos que el monto invertido por pobre equivale a 36 millones 366 mil 541 pesos durante estos 42 años. Entonces, si año con año se incrementó el presupuesto para combatir la pobreza y el hambre, ¿por qué aumentó la pobreza? (se duplicó en el periodo referido), ¿cuántos de los recursos originalmente destinados llegaron a los mexicanos en pobreza?, ¿cuántos se quedaron en el aparato gubernamental y bajo qué argumentos?
Para redondear, va la siguiente información del Coneval: al cierre del calderonato, sólo dos de cada diez mexicanos eran considerados no pobres ni vulnerables; el resto, abiertamente vulnerable, es decir, a un tris de la pobreza, porque si bien no tiene carencias sociales, su ingreso es inferior a la línea de bienestar, detalla el organismo).
Las rebanadas del pastel
He allí lo que el sorprendido Banco Mundial considera un avance modesto y no un fracaso rotundo en eso que el gobierno mexicano denomina combate a la pobreza… Va un enorme beso para mi adorada Camila por su octava velita.
Twitter: @cafevega



El relevo de funcionarios en la sustantiva área de Comunicación Social del gobierno de Veracruz es, desde luego, potencialmente positivo y, aunque debe apreciarse con cautela, resulta por sí mismo generador de un cambio en la expectativa ciudadana.
Hasta ahora es un innegable punto de inflexión que sienta las bases para hacer tres cosas en orden, dadas las adversidades que se generaron en la percepción ciudadana en los tres primeros años de la administración duartista. La primera, aflojar la tensión existente entre el gobierno y los periodistas (que no los dueños de periódicos y otros medios de comunicación) debido a los incidentes lamentables, y mal manejados mediática y políticamente, en que perdieron la vida 10 periodistas. Esto es un punto sustantivo para posibilitar cualquier otro.



Todo medicamento, desde la aspirina hasta los compuestos de la quimioterapia, pueden tener efectos secundarios perniciosos. Ninguna vacuna garantiza ciento por ciento la inmunización del paciente, y algunas de ellas, mal aplicadas, tal vez hayan acabado con algunas vidas: sea porque se excedió la dosis, porque la sustancia provocó una reacción alérgica severa, porque había caducado, porque hubo una falla criminal en la fabricación o porque el idiota que la inyectó lo hizo tan mal que causó una trombosis.
Dicho lo anterior, las vacunas (al igual que los antibióticos) han salvado una cantidad de vidas millones de veces superior que el número de accidentes como los señalados. De hecho, a esa dupla de inventos debemos, en buena medida, la explosión demográfica del siglo XX tras la dramática caída en las tasas de mortalidad infantil y adulta, y la extinción de la viruela y la contención efectiva del sarampión y otros padecimientos.
En esta perspectiva, las alarmas de la vacunoia (paranoia de las vacunas) es tan irresponsables como el sistemático sabotaje del Vaticano contra las campañas de contención del sida: desde la década antepasada los jerarcas católicos han proferido toda suerte de tonteras acerca del uso del condón: desde que el VIH es tan pequeño que puede atravesar el material poroso (¿será que Sus Eminencias usan condones de encaje?) hasta que la distribución del adminículo en África aumenta el problema, como rebuznó Ratzinger en marzo de 2009 durante una visita a Camerún (http://is.gd/DG2CE8).
Como las creencias –las del Papa emérito o las de los vacunoicos– no pueden ser desactivadas con ninguna clase de argumento racional, me abstengo de debatir el fondo del asunto y me limito a contarles, por si no lo sabían, que el pánico militante contra las vacunas no es, como podría pensarse, una cosa nueva, impulsada por Internet y el naturismo, sino que data –en Occidente, al menos– del siglo XVIII, cuando muchas personas reaccionaron con horror a los primeros ensayos controlados de inoculación preventiva con virus, como los que realizaron Zabdiel Boylston y Cotton Mather durante la epidemia de viruela que asoló Boston en 1721. Mather fue insultado por las masas y su casa fue atacada con explosivos, a pesar de que la tasa de fallecimientos entre los inoculados (3 por ciento) fue sustancialmente menor que la de los no inoculados (14 por ciento) (http://is.gd/BKChVF).
Seis décadas más tarde, cuando Inglaterra se encontraba azotada por esa enfermedad, el médico rural Edward Jenner observó que las lecheras solían enfermar de viruela bovina (http://is.gd/S4cInv) por el continuo contacto con las vacas y que, tras reponerse, quedaban inmunes a la viruela humana. Jenner tomó muestras de una pústula e inyectó el fluido en el brazo de un niño. El pequeño paciente enfermó de viruela bovina, se recuperó en 48 horas y luego el galeno le administró virus de viruela humana, y el pequeño no resultó afectado.
Desde luego, la práctica de inyectar pus de organismos enfermos (humanos o animales) en el torrente sanguíneo de individuos sanos tuvo que resultar chocante para el sentido común de las masas, pese a que tales prácticas se empleaban en Asia desde 200 años antes de nuestra era: los médicos chinos almacenaban las costras de las pústulas de infectados con variedades leves de viruela, las molían hasta convertirlas en un polvo que luego hacían aspirar por la nariz a quienes se proponían inmunizar.
Además de repugnancia, la inoculación generó una cantidad de críticas con argumentos religiosos, seudocientíficos y políticos: desde que la vacuna era anticristiana porque provenía de un animal, hasta que no servía para nada porque la viruela, se decía, no era causada por virus, sino por material en descomposición en la atmósfera (una creencia medieval). El problema es que no todo quedó en discusiones. A mediados del siglo antepasado, diversos gobiernos empezaron a realizar, con un espíritu manifiestamente totalitario, vacunaciones obligatorias. Se dijo entonces, con razón, que la práctica atentaba contra la libertad individual. Tras la promulgación de leyes de vacunación obligatoria en 1853 y 1867 surgieron dos organizaciones opositoras: la Liga Antivacunación y la Liga contra la Vacunación Obligatoria. En 1885 tuvo lugar, en Leicester, una manifestación de entre 80 mil y 100 mil personas que exigían la derogación de la vacunación obligatoria. En 1898 ésta fue modificada para incluir la figura del objetor de conciencia, que permitía obtener certificados de exención (http://is.gd/ryphN4).
Entre 1876 y 1885 surgieron en Estados Unidos tres grupos contrarios a la vacunación obligatoria que se desempeñaron principalmente en el terreno de los tribunales. En 1905 llegó hasta la Suprema Corte el caso de Henning Jacobson, un residente de Massachusetts que se negaba a vacunarse. El máximo tribunal refrendó los fallos previos, consideró constitucionales las leyes estatales para proteger la salud de la población en casos de enfermedades contagiosas y obligó al tipo a inocularse contra la viruela.
En los años 70 del siglo pasado las campañas de vacunación DTP (difteria, tétanos y tosferina) provocaron reacciones furibundas, basadas principalmente en un informe parcial que hablaba de 36 casos de problemas neurológicos entre niños vacunados en un hospital de Londres. Se ordenó un exhaustivo análisis de cada uno de los casos, y la relación entre la inoculación y las encefalopatías no pudo ser demostrada en ninguno de ellos.
Aunque la administración de vacunas ha dejado de ser estrictamente obligatoria en la mayor parte de los países, en tiempos recientes han surgido movimientos y corrientes de opinión contra las vacunas antisarampión, paperas y rubéola (MMR) y el virus del papiloma humano (gardasil). También se ha denunciado el uso del conservante timerosal, un compuesto que contiene mercurio, en la fabricación de vacunas, con el argumento de que esta sustancia favorece el desarrollo de autismo. No se ha demostrado la veracidad de tal aserto (http://is.gd/ug78M4), pero existe el consenso de que el timerosal debe reducirse o eliminarse en las vacunas como una medida de precaución (http://is.gd/YDRxAl, http://is.gd/N0YWez).
El doctor Juan Gérvas, de la Universidad de Madrid, es crítico del uso indiscriminado de vacunas (http://is.gd/gbypxX). Si quieren más información sobre la vacunoia (http://is.gd/cSEd3I) y, en particular, sobre los efectos, limitaciones y riesgos de la vacuna contra el VPH, pueden consultar rationalwiki (http://is.gd/Y5j1kH, http://is.gd/ejSMAg).
Como demostró el rebrote de sarampión registrado en Europa recientemente (http://is.gd/ztLVic), la vacunoia es mucho más peligrosa que la práctica terapéutica preventiva a la que pretende combatir (http://is.gd/455w0r, http://is.gd/2j98qn). Y, por definición y por desgracia, contra ella no hay vacuna posible.
Twitter: @Navegaciones




Recordando a Paco de Lucía desde México
Paco de Lucía, prodigio de la guitarra flamenca e hijo predilecto de Algeciras, nos dejas en pleno juego de tus hijos, entre la arena blanca y el mar turquesa del Caribe mexicano. Como dicen las letras de los tangos, me regalé y que virtuosamente acompañas en las cuerdas de tu guitarra: …la fiesta ya se ha acabado, el alma llega y canta…

El pasado 5 de febrero murió Robert Dahl, a los 99 años. Fue un influyente politólogo estadunidense cuyas reflexiones y análisis del poder y la democracia han guiado, desde finales del siglo XX, la comprensión de estos fenómenos –aunque no siempre de manera explícita–, y han inspirado a muchas generaciones de estudiosos de la política. De la influencia de Dahl sobre la práctica democrática actual podemos decir lo mismo que el burgués gentilhombre de Molière exclamó en admiración de sí mismo, cuando le explicaron la diferencia entre el verso y la prosa: ¡Ah! ¡Entonces llevo años hablando en prosa! Nosotros llevamos años discutiendo la democracia en los términos de Dahl, el teórico de la poliarquía y del pluralismo, sin citarlo. Fue profesor en la Universidad Yale, donde obtuvo su doctorado en 1940. Después de la Segunda Guerra Mundial, en la que participó, como correspondía a su generación, regresó a su universidad, donde desarrolló una carrera docente y de investigación que es un modelo para quien quiera ser un buen académico. Vale la pena subrayar que era un maestro generoso y considerado, que se ocupaba mucho de sus estudiantes, con cuya formación se sentía íntimamente comprometido.

Es probable que cuando estas líneas sean leídas (digo, es un decir), el Senado haya aprobado en automático, con el voto de las fracciones de dos o tres partidos, la Ley Federal de Consulta Popular. No habrá modificado en nada la parte sustantiva de la minuta recibida de la colegisladora, a pesar de las enmiendas propuestas por otras fracciones, desechadas sin discusión de fondo. Con este acto, el derecho ciudadano a la consulta popular se sumará a varios otros establecidos en la letra de la Constitución o de las leyes cuyo ejercicio resulta muy difícil, si no imposible. Más que reglamentaria, la LFCP resulta inhibitoria de la fracción VIII del artículo 35 constitucional.

El golpe dado por la Marina y la DEA al capturar vivo al célebre Chapo Guzmán se convirtió al instante en un hecho mediático y político de enormes repercusiones. Sin embargo, sería una ingenuidad suponer que estamos ante el preludio de la declinación del negocio del narcotráfico o en un punto de quiebre de la violencia criminal que sacude al país, pues como se ha repetido en todos los tonos, mientras exista la demanda global de tales mercancías ilícitas se multiplicarán los encargados de satisfacerla, sin importar cuántos jefes caigan en esa guerra ciega y brutal. Hoy se reconoce que el Estado cumplió con su tarea, aunque las relaciones con las agencias estadunidenses, y las estrategias a seguir en cuanto a la posible extradición del delincuente, nos remiten a un territorio opaco, cargado de incertidumbre y de nuevos peligros, que la ciudadanía debería conocer y enfrentar. El Chapo es uno de los últimos herederos de la saga criminal que llevó a Sinaloa a convertirse en un referente universal del modo como a partir de sus modestos orígenes rurales las bandas serían capaces de adaptarse, bajo el signo de la violencia, a los códigos de la empresa global, a las exigencias de un mercado en expansión, creando los personajes a la medida que tanta admiración despiertan en algunos críticos, fascinados por las historias de éxito empresarial como la del emprendedor de Las Tunas, Badiraguato, registradas por Forbes. Se nos olvida con frecuencia hasta qué punto esa trayectoria es impensable al margen de los cambios ocurridos en la realidad nacional, sin considerar las formas políticas y los cauces legales que formalizaron la acción constitucional.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (México) ha mencionado que de 2000 a 2013 han muerto 85 periodistas. El domingo pasado una buena cantidad de periodistas se reunieron en la ciudad de México y en Veracruz para protestar por la impunidad que existe en los asesinatos de sus compañeros. Se interpreta que estas muertes se deben al crimen organizado y no necesariamente a funcionarios públicos interesados en limitar la libertad de prensa en el país. Empero dichos funcionarios públicos poco han hecho para despejar las dudas existentes en torno de esos decesos.

Hace 25 años Caracas y otras ciudades venezolanas protagonizaron la primera gran insurrección popular contra el neoliberalismo. No sólo a escala de América Latina y el Caribe, sino planetaria. En un país petrolero, la pobreza alcanzaba a un 80 por ciento.

El Banco de México dio a conocer el martes pasado su informe sobre la balanza de pagos en 2013, en el que se destaca que los flujos remitidos por los mexicanos al exterior fueron extraordinarios. Si se suman las inversiones directas de empresas mexicanas en el extranjero, que alcanzaron 9 mil 967 millones dólares, a los depósitos de mexicanos en instituciones financieras radicadas en el extranjero, del orden de 27 mil 239 millones de dólares, se llega a una cifra de 37 mil 206 millones de dólares.

Cuando este jueves 27, a las 19 horas, se presente la inquietante novela de Beatriz Meyer El mundo de aquí en la ciudad de Puebla, el público que desbordará la pequeña casa de lectura Profética dará con su presencia un testimonio de solidaridad y admiración a una escritora y maestra que, tras 20 años de fructífera labor en la Escuela de Escritores de la Sogem en aquella ciudad, es hecha a un lado por las nuevas autoridades culturales del municipio capitalino: un coletazo más de la ola de esnobismo que invade a tantas instituciones de la cultura en México, en las que el glamur desplaza a la inteligencia y el negocio a la creación.

El mar en todas sus manifestaciones es un motivo literario y por ende, un motivo teatral. En nuestra cultura –heredada de los conquistadores– existe desde los antiguos griegos, y hemos de recordar Medea de Eurípides cuando la maga le echa en cara a Jasón, quien capitanea a los argonautas –los marinos voluntarios del buque Argos en busca del Vellocino de oro–, lo que ha hecho por él. En La Odisea de Homero el mar es un elemento indispensable pero no ha sido llevada al teatro, excepto, hasta donde sé, en un espectáculo de títeres en Costa Rica. De cualquier manera, es una gran tentación para los teatristas referirse a la grandeza de los océanos y muchos lo han hecho, ya sea en adaptaciones de novelas clásicas, ya en textos originales.

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