7/21/2015

Los periodistas pal café. . . . .



Es meramente anecdótico que a Enrique Peña Nieto se le haya caído una rebanada del pastel que le ofrecieron en Tlapa de Comonfort, Guerrero, para celebrar su cumpleaños 49. Pero, en la construcción de la imagen pública y en momentos de una creciente crisis política y gubernamental, esa pifia intrascendente se suma a la percepción de que en la cúspide del poder mexicano hay una inocultable impericia operativa y que aún en las pequeñas cosas se carece de la habilidad adecuada para llevarlas a buen fin, así fuera este gesto simplemente gastronómico y festivo.
La misma imagen celebratoria es de por sí poco adecuada para los momentos que vive el país (en peores condiciones que los dos cumpleaños anteriores, en los que EPN también recibió su respectiva tarta conmemorativa). No sería demasiado pedirle a un gobernante de una atribulada nación que los mimos relacionados con su fecha de nacimiento fueran ejercidos en el ámbito privado al que pertenecen. Una pizca de prudencia y pudor podría haber ayudado a quien vio la luz en Atlacomulco, estado de México, a evitar el espectáculo pastelero en momentos en que la gran mayoría de los mexicanos son afectados por tantos factores negativos, nada dulces ni propicios para el jolgorio como el que su protegida secretaria de Desarrollo Social (¡no te preocupes, Rosario!) le organizó ni más ni menos que en Tlapa de Comonfort, cúspide de la injusticia, la marginación y la pobreza, donde fue inaugurada una Ciudad de la Mujer para la región de la Montaña y donde EPN aprovechó para exaltar a las fuerzas armadas, por más que a veces algunos se empeñen por manchar el esfuerzo que realizan.
No había ánimos festivos ayer, por ejemplo, en Santa María Ostula ni en Aquila, donde un niño fue asesinado y varios ciudadanos fueron heridos por fuerzas federales en acometida contra pobladores que protestaban por la detención tramposa del jefe de autodefensas que les representa, todo sucedido en el contexto de la profunda descomposición michoacana permitida y alentada por los gobiernos estatal y federal. Tampoco en Calera, Zacatecas, donde el pasado siete desaparecieron otros tantos jornaleros, luego encontrados muertos, en un episodio con participación de elementos militares que ahora son investigados (un coronel y otros tres miembros del Ejército) como presuntos responsables. O en Morelia, donde una decena de estudiantes fueron detenidos luego de un bloqueo a vías de circulación automotriz en protesta porque no les cubren sus becas. O en Chilpancingo, donde hubo heridos, vehículos destrozados y algunos incendiados durante un enfrentamiento entre transportistas por decisiones gubernamentales sobre concesiones a taxis y camionetas de servicio público. O en Chiapas, donde luego del domingo de los enmascarados violentos y del fraude electoral descarado hubo choques entre miembros de partidos en pugna, que dejaron cuando menos un muerto y varios heridos. O en el país entero, sobrecogido por el ascenso del dólar frente al peso, en niveles históricos. Pero, ¡feliz cumpleaños, Peña Nieto, aunque la rebanada de pastel o el país entero se caigan!
Pasando a otra vertiente del mismo tema: el beneficiario inmediato de la reciente excursión chapista es el sistema político mexicano en su más alto nivel. Dos semanas después de que Estados Unidos había solicitado formalmente que el sinaloense le fuera entregado conforme a acuerdos de cooperación judicial vigentes, ese depositario de pesados secretos políticos y económicos se puso o fue puesto fuera del alcance de los interrogatorios extranjeros y de probables concesiones (la figura del testigo protegido) a cambio de información detallada que implicaría a figuras políticas mexicanas de todo nivel.
A pesar de que el entonces procurador federal Jesús Murillo Karam ya había expresado el 27 de enero del año en curso la determinación del grupo peñista de no ceder la pieza de narcoajedrez apaciblemente capturada en Mazatlán el 22 febrero de 2014, Washington presentó el 25 de junio del presente año el documento inaugural del proceso de extradición del exitoso gerente trasnacional nacido en La Tuna, Badiraguato. Ese proceso, que llevaría a un juicio de extradición que se podría tardar entre seis y 18 meses, tenía de origen una inequívoca respuesta negativa de Los Pinos. Con su peculiar sentido del humor, forzado y siniestro, Murillo Karam había adelantado que no tenía ninguna intención de conceder la mencionada entrega de Joaquín Guzmán Loera: “Yo puedo aceptar la (solicitud de) extradición, pero en el momento que yo diga. El Chapo se tiene que quedar aquí a cumplir su condena y después lo extradito: unos 300 o 400 años después, falta mucho”. El cansino hidalguense adujo razones de soberanía nacional para denegar la petición extraditoria, que aún no se presentaba formalmente. Murillo también dijo que una extradición sería procedente si hubiera riesgo de que el preso se fugara, lo que, sentenció, no existe.
Presentada como fue la solicitud de extradición dos semanas antes de que El Chapo decidiera cambiar de habitación, la anunciada negativa peñista a concederla agravaría una relación con la administración Obama, que no ha sido tersa ni fluida. Hoy, Los Pinos no tiene necesidad de presentar una respuesta frontal a la solicitud antes mencionada. La materia del conflicto inminente ya no está disponible, pues se permitió utilizar el predispuesto túnel que había ordenado se construyera, con preventivos fines de extradición interna, a unas semanas de aquella captura mazatleca en la que agencias estadunidenses aportaron información clave y tuvieron incluso participación física supervisoria. Por lo pronto, el declarante estelar se ha evadido de las autoridades del país vecino. Si lo recaptura, el peñismo no lo soltará a EU, pues significaría un vergonzoso reconocimiento explícito de su incapacidad para mantenerlo en prisión. Por lo pronto, grandes secretos de la política y la economía nacionales seguirán acá, bajo control de los beneficiarios. ¡Feliz vida, sistema político mexicano! ¡Hasta mañana! ,Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero ,Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



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Ayer Peña Nieto impuso un doble récord: el dólar interbancario llegó a su mayor precio de la historia, 16 pesos, y el dólar libre a su máximo histórico también: $16.33. Perdió 13 centavos el fin de semana. Es una depreciación de 26.10 por ciento desde el regreso del PRI a Los Pinos. ¡Está pulverizándose el poder adquisitivo de los salarios y los ahorros! De acuerdo con los clásicos de la economía, incluso algunos de nuestros secretarios de Hacienda, las devaluaciones fatalmente generan inflación, alza de precios. No obstante, según el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, esta devaluación en particular no ha registrado un fenómeno inflacionario. Cabe recordar que el banco tiene la responsabilidad constitucional de mantener los precios bajos. Es una verdad a medias. El gobierno está siguiendo una política de shock para contener el alza de precios; algo muy cruel: mantener los salarios congelados. Pero no puede contenerlos todos. Hay que ver cómo se han disparado los precios de los restaurantes. Y la gente que trabaja en ciudades como el Distrito Federal, Monterrey, Guadalajara, suele comer fuera de casa. Desde hace tiempo los atildados gerentes de sucursales bancarias almuerzan a pie en la taquería o tortería de la esquina. La estrategia del banco central de subastar dólares en pequeñas cantidades no está dando resultado. El peso sigue sufriendo descalabros un día sí y el otro también. En la prensa internacional ya se habla de una nueva crisis comparable con las que ha sufrido antaño el país. Un dato escalofriante: de Luis Echeverría (1976) a la fecha, nuestra moneda se ha depreciado ¡100 mil por ciento! frente a dólar.
Financial Times en venta
La editora Pearson PLC analiza la venta del diario británico Financial Times, tras recibir una oferta por mil 600 millones de dólares. De acuerdo con el servicio informativo Bloomberg, el cual cita fuentes anónimas, hasta ahora no existe un proceso formal del posible trato, sin embargo, se menciona que empresas como Axel Springer, editora alemana, así como inversores de Europa, Oriente Medio y Asia podrían tener interés en adquirir el diario, que se caracteriza por imprimirse en papel color salmón. Se estima que la editorial con sede en Londres tiene un valor en el mercado de 10 mil 300 millones de libras. Entre los grandes periódicos internacionales que han cambiado de dueño en fecha relativamente reciente están los del grupo Tribune Co., con sus ocho publicaciones, incluyendo Chicago Tribune, Los Angeles Times y Baltimore Sun, adquiridos por 8.5 mil millones de dólares en 2007 por el magnate Sam Zell; ese mismo año, The Wall Street Journal pasó a las manos de Rupert Murdoch por 5 mil millones de dólares. En 2012, The New York Times, diario que tiene a Carlos Slim como su primer accionista individual con 16.8 por ciento de las acciones, vendió a Halifax Media Group 16 de sus diarios regionales en 143 millones de dólares. Y hace dos años, el emblemático rotativo The Washington Post, el principal diario de la capital estadunidense, fue vendido a Jeff Bezos, dueño de Amazon, por 250 millones. Más recientemente, también el New York Times vendió el Boston Globe a John Henry, dueño de los Medias Rojas de Boston, por 70 millones. Es una tragedia para el gremio que los periódicos dejen de estar en manos de periodistas para convertirse en propiedad de hombres de negocios, algunos de los cuales no podrían escribir un párrafo sin cometer faltas de ortografía.



Atinado, como siempre, meses atrás el ministro del (d) año se ufanaba de que el gobierno no está preocupado por el funcionamiento del mercado cambiario. Lamentablemente tal mercado nunca se enteró de la envidiable tranquilidad peñanietista, por lo que el tipo de cambio no ha dejado de avanzar, en demérito de la moneda nacional, y ayer de nueva cuenta rompió récord: 16.33 pesos por dólar (léase 16 mil 330 por uno en ventanilla).
Como se ha comentado en este espacio, lejanísimos quedan los tiempos en los que la divisa mexicana valía más que la estadunidense, cuando casi dos siglos atrás, y a lo largo de 54 años (datos históricos de Inegi), el tipo de cambio peso-dólar favoreció al primero, es decir, se requerían más billetes verdes para comprar un peso mexicano. Ello sucedió de 1821 a 1875, cuando por cada dólar se pagaban entre 93 y 98 centavos de peso.
A partir del último de los años citados, con Sebastián Lerdo de Tejada en la Presidencia, se empató el tipo de cambio (uno por uno) y de allí en adelante nunca más los mexicanos pudieron adquirir dólares en igualdad de circunstancias, porque la volatilidad pasajera (como ahora le llaman los tecnócratas) se comió cualquier posibilidad de resarcir lo perdido.
Desde entonces, el país un día rompe el récord y el siguiente también, y los mexicanos pagan el precio. De 1.01 pesos por dólar, en 1875, el tipo de cambio ascendió y ascendió (a favor del billete verde, desde luego) y México arrancó el siglo XX con un dólar a 2.06 pesos, es decir, una devaluación de 106 por ciento en un periodo de 25 años.
Y de allí para el real, siempre con la promesa gubernamental (en la administración que sea) de que el deslizamiento y/o flotación (antes simplemente le llamaban por su nombre: devaluación) es por el bien de la nación y de sus habitantes, quienes ya no sienten lo duro sino lo tupido.
Pero la terminología neoliberal a todo le encuentra el lado bueno de las cosas. Por ejemplo, en México nunca se privatizó la infraestructura productiva del Estado; simplemente se modernizó. La banca nunca se rescató ni extranjerizó; sólo se afianzó y globalizó. El poder adquisitivo de los salarios nunca se desplomó; apenas si se adecuó, y así por el estilo.
En el caso del tipo de cambio, el peso nunca se devalúa: sólo se fortalece el dólar, y tan macizo está el billete verde que nunca –ahora sí en serio– había alcanzado la cota que registró ayer frente a la moneda nacional. Lo mejor del caso es que Estados Unidos es el principal socio y amigo de México, según reza la propaganda oficial. ¡Imaginen que no lo fuera!
Al cierre de esta entrega, la autoridad cambiaria no se había pronunciado en torno al récord que rompió el récord, el que a su vez previamente había roto otro, y etcétera, etcétera. De cualquier forma ello no es importante, porque ya dijo el ministro que el peso no se devalúa; en todo caso flota, y con Enrique Peña Nieto en Los Pinos el tipo de cambió ha flotado alrededor de 30 por ciento en demérito de lo que queda de la moneda nacional.
En la premodernidad institucionalizada, José López Portillo dijo que presidente que devalúa se devalúa, y de eso el churumbel sabía un rato. Pero en la bella etapa de modernidad, ¿cómo se adecuaría la frase? Tal vez presidente que flota se la flota, o ¿cómo quedaría bien?
De hecho, prácticamente todos los presidentes de la República se comprometieron a no devaluar, porque, decían, con las medidas implementadas, dolorosas pero necesarias, todo se había solucionado. Por ejemplo, Luis Echeverría destacaba la sólida posición de México que “nos permite hacer frente a los acontecimientos económicos mundiales… Así, podemos reiterar que el tipo de cambio del peso y su libre convertibilidad están asegurados. Sostendremos, sin modificación alguna, el tipo de cambio de 12.50 pesos por dólar (por ser) esta política factor básico de confianza para el ahorro del pueblo, la reinversión de los empresarios y pieza vital del manejo de nuestra política económica”.



La cocina abarca no sólo técnicas, ingredientes y preparaciones, sino también utensilios para producir, elaborar y servir la comida. Los diseñadores y artesanos mexicanos de ayer y hoy han sido muy creativos en este campo, del que pueden compartirse elementos teóricos y prácticos, como ocurrió el 15 de julio en la Tercera Jornada de Reflexión organizada por la Escuela de Gastronomía Mexicana y el Proyecto Comida y Cultura en México DEAS/ INAH.
Ahí pudimos ver cucharas hechas con madera de granadillo de Paracho, Michoacán, con vetas de distintos tonos; los platones y platos de novedoso diseño y fina alfarería de Santa María de los Ángeles, Michoacán, o las distintas cazuelas que producen experimentados alfareros como don Arturo López, del Barrio de la Luz.
Los artesanos describieron las técnicas con que producen sus piezas, así como los problemas que enfrentan, entre ellos la necesaria transmisión de saberes y conocimientos para lograr una continuidad generacional. 



Cincuenta añitos celebró la Compañía Nacional de Danza (CND), del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), que se dedica al ballet clásico, con una trayectoria que la posiciona sólidamente ante el público mexicano y en el terreno dancístico de la cultura nacional, haciendo énfasis en el público infantil, donde han logrado una audiencia cautiva aficionada a los ballets tradicionales, tan frescos y divertidos para la gente menuda especialmente, y que forman parte importantísima del repertorio de la agrupación.
Natasha Lagunes, ex bailarina de la compañía hace varias décadas, es hoy su maestra entrenadora. Siempre ha sido atenta colaboradora y amiga desde hace muchos años; traductora en antiguas entrevistas con estrellas del ballet ruso del Bolshoi, como Maximova, para la televisión mexicana, época en la que hicimos un programa periódico para el desarrollo y la difusión de la danza en México en el Canal 11; Natasha siempre fue de gran ayuda, con agradable cortesía.




La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) abrió ayer un expediente para investigar el involucramiento de las fuerzas armadas en los hechos de hace dos días en Aquila, Michoacán. En ese municipio costero, dos menores perdieron la vida y varias personas resultaron heridas en un ataque del Ejército contra comuneros de Ostula que protestaban contra la detención de Semeí Verdía Zepeda, líder de las autodefensas de las regiones Costa-Sierra, efectuada el mismo domingo 19 por la mañana.

Deslinda a GIA de ronda uno
Anombre de todos los accionistas de Grupo GIA, quisiera aclarar que nuestro compañero accionista Hipólito Gerard Rivero no ha tenido ninguna participación en la empresa Infraestructura Institucional (I2) ni ésta ha tenido relación alguna con Grupo GIA. Por lo tanto, ni él ni nuestra empresa tienen vínculo alguno con Sierra Oil & Gas y la ronda uno de licitaciones petroleras.

Salí del cine; volví del futuro. Bueno, de un cierto futuro; porque no hay un futuro, sino muchos futuros. Todo depende de quién, cómo y cuándo lo visualice, lo imagine y lo construya. Hoy los futurólogos y los futuristas han vuelto a preocuparse y mucho, y la magia del cine se ha venido a sumar a la preocupación por el futuro. Ya no se trata solamente de películas de ciencia ficción o de engendros comerciales que alimentan la catástrofe. Sino de una legítima preocupación por lo que viene, alimentado por lo que existe. Antes fueron los libros. Las obras de George Orwell ( 1984) y de Aldous Huxley ( Un mundo feliz) fueron dos novelas premonitorias con dos visiones particulares del porvenir. Hoy las librerías desbordan títulos dedicados al futuro, escritos por científicos, grupos de expertos, patrocinados por fundaciones o corporaciones y, en menor escala, por escritores. A ese punto ha llegado la preocupación por el devenir, en un mundo que ya no sabe distinguir los límites (se han vuelto líquidos) de las innumerables crisis que día con día aparecen y se entretejen por todos los rincones del mundo.

Dicen que la ciencia avanza que es una barbaridad y, efectivamente, en algunos campos son fenomenales e irreprochables los pasos que, a velocidad del rayo, se dan. En otros, en cambio, es una barbaridad adonde nos conducen tales avances, no tanto por errores de laboratorio, sino porque en los tubos de ensayo buscan respuestas a preguntas equivocadas. Es toda esa ciencia –que es mucha– al servicio del mantra religioso que repite que hay que crecer más y más aunque, científicamente hablando, sabemos que habitamos un planeta finito. En el campo de la agricultura son muchos los ejemplos, el más reputado la llamada revolución verde que efectivamente llevó a la producción agrícola a cifras de récord.

El poeta peruano César Va­llejo escribió ese verso que retrata bien los últimos momentos del proyecto de la Unión Europea. Este proyecto está formalmente plasmado en una larga lista de acuerdos y tratados y fue la tentativa civilizatoria más ambiciosa que hayan intentado los pobladores de la cuna de la cultura humana predominante del planeta.

En tres ocasiones, narcotraficantes, terratenientes y mineros quisieron asesinar a Semeí Verdía Zepeda. No tuvieron éxito. Delgado y con sombrero, sagaz, el comunero nahua de Santa María Ostula salió con vida de los atentados. Sin embargo, el domingo 19 de julio no tuvo suerte. Ese día, a las 10 de la mañana, elementos del Ejército lo detuvieron en el poblado de La Placita, a pesar de no tener orden de aprehensión en su contra.

Según lo presenta Cameron, esta es la batalla de Siria. Va a aplastar al Isil, si se sale con la suya. Nos recuerda a Winston Churchill. Imaginen lo que nuestros combatientes pensaban cuando sus 650 Spitfires y sus Hurricanes se lanzaron sobre la Luftwaffe hace exactamente 75 años: ¡Liberen las ruedas y démosles a esos hunos una respuesta de espectro total!

Tengo el gusto de realizar una visita de trabajo a Quito, primera ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, para asistir a la inauguración del Centro Cultural Carlos Fuentes, filial del Fondo de Cultura Económica en la capital ecuatoriana, un acto que refleja el fortalecimiento de los vínculos que unen a Ecuador y México.
No tengo el conocimiento suficiente para escribir esta nota, pero me nace hacerlo porque Gelsen Gas, quien fue interdisciplinario, frecuentaba ocasionalmente el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con objeto de saludar a su familiar, la investigadora Louise Noelle Gas, quien lo recibía siempre con amabilidad y a veces lo invitaba a las sesiones de la Academia de Artes, aunque él hasta donde recuerdo no llegó a asistir.

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