4/04/2017

Los periodistas pal café. . . .



El priísta Alfredo del Mazo Maza, aspirante a dar continuidad al gobierno de Eruviel Ávila, se pinta de rosa. En una entidad caracterizada por un elevado número de feminicidios y una sostenida agresión cotidiana a las mujeres, el priísta abiertamente apoyado por Ávila (y, desde luego, por Enrique Peña Nieto) pretende ostentarse como benefactor del segmento femenino votante. La panista Josefina Vázquez Mota advierte que será una cabrona y asegura que combatirá ferozmente la corrupción, aunque ella misma no es capaz de explicar de manera satisfactoria por qué recibió, para una fundación que preside, más de mil millones de pesos de quien fue su anterior adversario electoral (EPN). La morena Delfina Gómez anuncia, por su parte, el aterrizaje en suelo mexiquense de las propuestas redentoras de Andrés Manuel López Obrador, con el Grupo Texcoco deseoso de ejercer el verdadero poder tras el eventual trono femenino. Y el perredista Juan Zepeda ha propuesto un plan de trabajo especialmente dirigido a las mujeres, incluso con un día de asueto al mes, para que las trabajadoras lo dediquen a asuntos personales.
Es la temporada de las promesas. Los discursos fáciles y la vehemencia pretenciosa: un torbellino de demagogia e irresponsabilidad que se manifiesta ya en el estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz (en esta última entidad, solamente por cuanto a presidencias municipales). Luego de junio y sus resultados electorales estatales, habrá un paréntesis formal que, sin embargo, estará cargado de las campañas federales informales que ya están en la agenda: el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, por ejemplo, ha prometido la creación de una comisión nacional de búsqueda de personas desaparecidas, según aseguran haber escuchado en una reunión privada los integrantes del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México.
Promete, que algo queda (en votos) es la consigna de los políticos en acción. Y reparte (algo) que a fin de cuentas los ganadores se quedan con la mayor parte. La feria de la dádiva electoral comenzó antes de tiempo, pero ahora ya ha entrado en su etapa oficial: el PRI regala hoy lo que le pidan (hay versiones obscenas de esta recatada formulación), con tal de asegurar las cuotas de voto que le permitan obtener su futuro. Morena, la principal oposición a escala nacional, reitera su recomendación de pragmatismo con final cívico feliz: acepta lo que te den, pero luego vota por quien quieras, no necesariamente el PRI (algún filósofo ocasional de la práctica periodística chayotera sugería, años atrás: soborno que no te corrompa, agárralo).
Campañas, candidatos y elecciones van y vienen y poco es lo que cambia. Sergio González Rodríguez, por ejemplo, noveló, reportó y documentó porciones del México violento e injusto, sin que lo sustancial haya sido realmente atendido, ya no se diga solucionado. Nacido en Ciudad de México en 1950, González Rodríguez dio visibilidad a los patrones de asesinatos masivos de mujeres en Ciudad Juárez, mediante su memorable crónica periodística Huesos en el desierto. En 2666, la póstuma novela monumental del chileno Roberto Bolaño, aparecen las andanzas, el nombre y los reportes de González Rodríguez, quien ayer falleció en la capital del país. La realidad mexicana, tercamente inamovible (si acaso, en apariencias, en simulaciones), sigue nutriendo las narraciones, publicadas o no, de los asesinatos impunes de mujeres, de la violencia institucional, de las complicidades de los aparatos de procuración y de impartición de justicia, de los huesos en el desierto nacional, con políticos usando el rosa para seguir el teñido de rojo, con campañas, candidatos y elecciones en el círculo perfecto de la continuidad del sistema.
Senadores que fueron de los partidos de la Revolución Democrática y del Trabajo van cerrando su círculo de rencuentros. Ayer, en un acto de apoyo a Delfina Gómez, la antes mencionada candidata a gobernadora por el partido Morena, aparecieron en el tapanco principal Miguel Barbosa, Alejandro Encinas, Manuel Bartlett, entre otros legisladores que han decidido apoyar a Andrés Manuel López Obrador en la actual fase mexiquense. Fueron colocados en la segunda de las dos filas de personajes, con el tabasqueño levantando la mano de la candidata texcocana. El mensaje gráfico es que llegan a hacer cola, sin desplazar al morenaje original, aunque la ubicación privilegiada, en el escenario de campaña, da cuenta de que, en estos procesos cuasi religiosos de alianzas purificadoras, los últimos podrán ser los primeros (en las próximas candidaturas).
El subsecretario de Gobernación, Roberto Campa, ha anunciado que entrará en contacto con los directivos de Norte, el diario de Ciudad Juárez que ha dejado de circular en su edición impresa a causa de la violencia contra periodistas que se vive en esa entidad, una de cuyas recientes víctimas fue Miroslava Breach, corresponsal de La Jornada durante 20 años y colaboradora justamente de Norte.
La postura de la Secretaría de Gobernación es de preocupación y, según el subsecretario Campa, se realizarán reuniones con directivos de medios de comunicación estatales. Además, el funcionario reiteró la existencia de mecanismos oficiales de protección a periodistas.
A escala nacional, y a pesar de la tradicional desunión del gremio, se han realizado actos en demanda de justicia en el caso de los periodistas asesinados y de una verdadera protección al ejercicio de una actividad que es de interés público. En Torreón, Coahuila, y en la ciudad de San Luis Potosí, el autor de estas líneas ha escuchado, en estos días recientes, las quejas de periodistas ante la falsedad de discursos, fiscalías, comisiones, protocolos y mecanismos de presunta atención a las agresiones contra reporteros, fotógrafos, articulistas, columnistas y directivos de medios que critican a los poderes o que cometen el desliz de publicar información que molesta al nuevo poder dominante, el del crimen organizado, en sus vertientes expresamente delincuenciales o las del segmento político asociado. ¡Hasta mañana! Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



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Más nos vale que en el escenario que prevén los analistas consultados por el Banco de México se hayan dado cifras que sólo existen en su mente, porque el año pinta más duro de lo previsto. La cifra clave es la del crecimiento de la economía: 1.49 por ciento anual.
En otras palabras, la economía se moverá al filo de una recesión. En este escenario se recibió con inquietud la noticia de que durante el mes de febrero pasado ingresaron a México 2 mil 52 millones de dólares por remesas familiares, lo que representa una disminución de 1.4 respecto de 2016. Así se rompe una racha de 10 meses consecutivos con crecimiento a tasas anuales; la última contracción se había reportado en marzo de 2016, cuando disminuyó 2.9 por ciento. El dinero de los paisanos es la principal fuente de ingresos lícita del país, ahora que se entregaron los hidrocarburos al sector privado. Si se pierde eso, se pierde todo. Hay que tocar madera para que la contracción se supere y las cifras de marzo muestren una recuperación.
El ‘‘niño prodigio’’
En 2012 recibió el reconocimiento como Joven Líder Global, del Foro Económico Mundial; en 2009 había sido reconocido por la revista Expansión como uno de los 30 líderes mexicanos en sus 30 años. Egresado del ITAM, la UNAM y Harvard. Fue incorporado por Peña Nieto a su campaña política como encargado de asuntos internacionales. Luego lo designó director general de Pemex, cargo que ocupó hasta febrero del año anterior. Se trata de Emilio Lozoya Austin, alguna vez considerado también el ‘‘niño prodigio’’ del peñanietismo. Será llamado a declarar por la PGR en torno al expediente de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht, según fuentes judiciales. Se comenta que tiene un enemigo político peso pesado que le pisa la sombra. Ya antes, Lozoya rechazó cualquier liga con el tema Odebrecht. En todo caso es mejor no tener un citatorio de la PGR a tenerlo.
El favor (flaco) de Trump
La depreciación masiva del peso después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos impulsó tanto las ganancias del Banco Central (el mayor poseedor de dólares y otras divisas duras), que será más fácil para el gobierno mantener su calificación crediticia, sugiere Moody’s. En efecto, la devaluación le generó medio billón de pesos de ganancias. La agencia califica actualmente la deuda soberana de México en A3, con una perspectiva negativa, y ha advertido previamente que enfrenta una posibilidad de ser rebajada. Lo que no dice Moody’s es que el medio billón de pesos salió de la cartera de las empresas y las familias vía inflación y devaluación.
Famosas últimas palabras
¿De veras Alejandra Barrales pagó 9 millones de pesos para mejorar su imagen y la del PRD? Firmó contrato con Curiosity Media Group, de Pedro Antonio Torres Méndez, hijo de Lucía Méndez y Pedro Torres. Por supuesto, la agencia no tiene la culpa; milagros no hace, pero los resultados están a la vista. Miguel Barbosa hizo oficial su salida del Partido de la Revolución Democrática y escribió algo que podría ser el epitafio del partido: ‘‘El destino del PRD se decide no en el PRD, sino en los salones del gobierno federal y de los gobiernos de los estados’’. Sabe de lo que habla. Negoció con Manlio Fabio Beltrones todo lo negociable. Dice que se va con 11 senadores a Morena. ¡Chispas! No es un buen augurio.



Pues nada, que no hay sicólogo capaz de convencer a los testarudos mexicanos de que crisis es lo que seguro pueden tener en sus mentes (EPN dixit), y es tal su terquedad que hasta los avezados grupos de análisis y consultoría económica del sector privado consultados de manera permanente por el Banco de México (BdeM) han adoptado (de mucho tiempo atrás) tan deplorable actitud, y las cifras hablan por sí mismas.
Resulta que tales grupos de análisis y consultoría (35 en total) se niegan a aceptar –como los mexicanos de a pie– la machacona tesis oficial de que México no está en crisis (sea ésta política, económica o social, o de plano las tres en una), porque no es lo que está pasando (frase, otra vez, del que despacha en Los Pinos), y congruentes con ese rechazo en su más reciente pronunciamiento (plasmado en la encuesta del BdeM correspondiente al cierre de marzo de 2017) le ponen cifras a la situación nacional.
Así, para 2017 tales especialistas pronostican otro año de patéticos resultados económicos en este México lindo y querido, donde la crisis brilla por su ausencia (versión oficial), y si bien le va (porque según avanza el año se aplican nuevos tijeretazos a la estimación) alcanzaría un crecimiento –por llamarlo así– no mayor a 1.49 por ciento, nivel apenas por arriba del registrado en el primer año de estancia peñanietista en la residencia oficial (cuando fue de 1.1 por ciento).
También advierten sobre el aparentemente incontenible avance de la inflación, y para finales de 2017 la ubican en 5.56 por ciento, aunque desde ya se registran niveles superiores a 5 por ciento (tal indicador alcanzó 5.29 por ciento en la primera quincena de marzo), y llevan el tipo de cambio peso-dólar a 20.15 por uno, en vías de empeorar. De concretarse esta última proyección la devaluación de la moneda nacional frente el billete verde acumularía alrededor de 56 por ciento en cinco años de gobierno.
Es previsible que en 2018, por ser año electoral, el gobierno priísta eche toda la carne al asador (como lo hace ahora en el estado de México, donde hasta La Gaviota se ha visto en la penosa necesidad de reunirse con la pelusa para entregarle dádivas, práctica, por lo demás, de todo el gabinete peñanietista) y ello provoque un mágico crecimiento, pero ni eso convence a los tercos especialistas, pues ni de lejos ven un futuro promisorio (Videgaray dixit). Congruentes, no ven un avance más allá de 2.1 por ciento, y recortando.
En diciembre de 2012, cuando en Los Pinos presumían que había llegado alguien que sí sabe gobernar y, por lo mismo, todo sería miel sobre hojuelas –por las reformas, obvio es–, el mismo grupo de especialistas se fue con la finta y proyectó un crecimiento económico de 3.45 por ciento para 2013. Sin embargo 12 meses después, recorte tras recorte, la estimación había caído a 1.3 por ciento, pero la realidad fue más cruel, porque el registro oficial (del Inegi) a duras penas llegó a 1.1 por ciento.
A partir de allí todo fue tijeretazo tras tijeretazo, y los cálculos de los especialistas permanentemente consultados por el BdeM fueron de mal en peor. En este sentido, si se hubiera cumplido su estimación original –realizada en plena euforia por el cambio de gobierno y resultado de los espejitos reformistas– en cinco años de gobierno peñanietista (2013-2017) la economía habría crecido 3.6 por ciento co- mo promedio anual (3.4 si se incluye el cálculo de 2018). Sin embargo, la cruda realidad, y con cifras oficiales, indica que en los hechos el avance fue menos de la mitad (1.9 por ciento) con respecto de lo proyectado.
Obvio es que buenos deseos no son sinónimo de buenos resultados, pero al gobierno peñanietista se le pasó la mano, y por mucho, sin olvidar que prometió un crecimiento mayor (2 puntos porcentuales adicionales al ritmo de crecimiento natural de la economía) si el Congreso aprobaba las reformas que los mexicanos quieren (EPN dixit). Y todas ellas fueron palomeadas y puestas en operación. ¿Qué sucedió? Exactamente lo contrario, y cada año que transcurre la economía crece menos.
Si lo anterior hubiera sido efectivo, a estas alturas el registro oficial reportaría un crecimiento de 5 por ciento en promedio anual, tal cual lo prometió en su campaña electoral el actual inquilino de Los Pinos; es decir, 2.6 tantos más de lo que los mexicanos han visto y padecido a lo largo de la administración peñanietista. Pero como todo está en la mente de los mexicanos, el promedio real es de 1.9 por ciento, y las cifras hablan por sí mismas.
Ya instalado en la residencia oficial, en uno de sus primeros discursos el sonriente Enrique Peña Nieto decretó: vienen, de eso estoy convencido, mejores tiempos para todos los mexicanos. Cincuenta y dos meses después su mejor ocurrencia es la que se cita líneas arriba: crisis es lo que seguro pueden tener (los mexicanos) en sus mentes, porque no es lo que está pasando. Las cifras hablan por sí mismas. ¡Olé!
Y en más de lo mismo, el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, anuncia que el gobierno federal se mantiene firme en alcanzar un superávit primario, una reducción de la deuda como proporción del producto interno bruto (PIB) y de sus requerimientos financieros, aún sin la utilización del remanente del BdeM, por lo que el proceso de consolidación de las finanzas públicas será certero y creíble. Días atrás, el propio funcionario aclaró que se destinará 70 por ciento (de tal remanente, alrededor de 225 mil millones de pesos) para el pago de la deuda. ¿Ton’s?



Una revolución silenciosa se presenta en la televisión, que a mediano plazo llevará a pérdidas e incluso quiebras de cadenas de televisión de todo el mundo.
Esta revolución la llevan a cabo las firmas de video bajo demanda por Internet conocidas como over the top (OTT), bajo el liderazgo de Netflix, seguida por Amazon. En los países desarrollados la tendencia es que los televidentes tradicionales cancelen sus suscripciones en televisión de paga. Además, algunas productoras importantes, como la BBC, dejan la televisión tradicional para distribuir sus contenidos a través de plataformas digitales.
En el caso de México, los suscriptores de plataformas OTT se acercan a 7 millones de personas, mientras la televisión de paga cuenta con cerca de 21 millones, es decir, ya es la tercera parte de las que contratan servicios OTT frente a la televisión de paga. Pero mientras esta última se encuentra estancada o con una tendencia a la baja, los servicios OTT han crecido a un ritmo de 40 por ciento anual en cinco años.




La victoria de Lenín Moreno, candidato de la Alianza País (en el gobierno) en las elecciones presidenciales realizadas el domingo pasado en Ecuador, constituye una oportunidad ampliada para el programa político progresista, soberanista y latinoamericanista que se ha aplicado en ese país sudamericano desde agosto de 2009 bajo la conducción de Rafael Correa y es un alivio ante la tremenda regresión conservadora que se produjo en la región luego del triunfo electoral de la derecha en Argentina (noviembre de 2015), el golpe de Estado parlamentario que depuso a la presidenta Dilma Rousseff en Brasil (agosto de 2016) y la situación de acoso político nacional y extranjero en que se encuentra Nicolás Maduro, en Venezuela.

Aplauden 45 años del CCH Oriente... y a egresados
Erase el año de 1972 cuando llegó a nuestras casas la aceptación a la Universidad Nacional Autónoma de México. Pero en lugar de ir a la prepa iríamos al CCH (Colegio de Ciencias y Humanidades). Ubicado entre montones de tierra, llanos, vacas y calles polvorientas que en tiempo de lluvias se convertían en lodazal e inseguridad, ahí encontramos al Oriente.

Después de 23 años de militancia, Miguel Barbosa renunció al PRD, el partido que lo hizo senador y diputado sin jamás ganar una elección por la vía directa. Irá –dice– a acompañar la campaña de Morena en el estado de México.
La última década los rarámuris han exigido al Estado mexicano por la vía judicial la recuperación de sus territorios, con el respaldo valiente de varias organizaciones, entre ellas Alianza Sierra Madre, para el caso de Choréachi. Para la mirada prevaleciente centro y surocéntrica le puede parecer inexplicable que se destaque la ­inédita marcha a la capital del estado de Chihuahua de rarámuris con la que se hicieron presentes apenas hace 10 años, o sus caravanas para hablarle al poder en la capital del país; lo es si nos acercamos a la realidad que han vivido los pueblos indígenas en la Sierra Tarahumara, lo es si damos cuenta de los días de camino que les implica el traslado, lo es más si observamos la reciente agudización de la violencia ancestral contra ellos y sus territorios. En días pasados, el sacerdote jesuita Javier Ávila, tras 40 años de vivir en la Sierra Tarahumara, explicaba que históricamente, cuando al rarámuri le ponía el pie encima el chabochi (mestizo), procuraba retirarlo poco a poco y en silencio continuaba su camino. Hoy esa reacción pasiva es insoportable, hoy se está viviendo el ¡ya basta! rarámuri. En esa resistencia, en el aislamiento en que la ha vivido, resulta inapropiado hablar de que parezca tenerles sin cuidado lo que pasa en la sociedad mayoritaria. Un ejemplo: en 2001, en el cierre en el Zócalo de la marcha El Color de la Tierra, el EZLN nombró a todos los pueblos indígenas y la pequeña representación rarámuri, a su regreso, informó con emoción que acá se vinieron a enterar que somos muchos y además que ellos, los rarámuris fueron nombrados. Cierto que no están enterados como otros pueblos de la situación nacional o del crimen contra Miroslava Breach, pero es un hecho que están resintiendo sus efectos y nada de esta descomposición criminal y grave riesgo les es ajeno.
El estrés que viven los ciudadanos encuentra una de sus causas más poderosas en el pantano en que se vuelve el mar de vehículos, varados en calles y avenidas, mismo que viene acompañado, para la desesperación ciudadana, del brutal rugido de motores que produce un calentamiento infernal, en el inútil consumo de combustibles de origen fósil originado en las horas perdidas en el pantano y en su bárbaro aporte a la contaminación ambiental.
Así se titula el más reciente libro de Martí Batres. Una selección de textos que nos permiten seguir el esfuerzo de centenas de miles de mexicanos para, a contracorriente, construir un partido de oposición cuando los que en el pasado lo habían sido, decidieron convertirse en apéndices del PRI-gobierno.

Pedro Miguel: Edomex: la proeza posibleEn el estado de México el PRI ha puesto en juego el catálogo de mapacherías para impedir el triunfo de la oposición en las elecciones estatales del 4 de junio: derroche de recursos públicos para repartir dádivas entre los electores, presencia intensiva de miembros del gabinete para hacer campaña por el aspirante del peñato, uncimiento a los intereses de la facción gubernamental de las decisiones de la autoridad electoral local y apoyo y aliento a candidatos sin ninguna posibilidad real de triunfo pero capaces de restar votos a la única candidatura de verdadera oposición: la de Delfina Gómez Álvarez.
A pesar de que el proyecto de presupuesto del presidente de Estados Unidos es intencionalmente muy poco claro en algunos aspectos que tienen que ver con los recursos para la ciencia, lo que queda fuera de toda duda es su propósito de reducir el gasto en algunas áreas del conocimiento, en particular las relacionadas con la investigación en salud y medio ambiente. La propuesta presidencial está siendo analizada por el Congreso, en el que Donald Trump cuenta con la mayoría republicana, lo que sólo hace crecer la incertidumbre. Mientras tanto, en sectores importantes de la comunidad científica estadunidense se van confirmando los temores sobre la visión anticientífica del actual ocupante de la Casa Blanca, y se avanza en los preparativos de lo que será la gran marcha por la ciencia que se realizará el próximo 22 de abril

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