5/10/2017

Las madres que piden de 'regalo' volver a ver a sus hijos



Alejandro Juárez Cárdenas / @juarezcale

CIUDAD DE MÉXICO (Expansión) -
Sus ojos nublados hacen juego con la piel maltratada de sus pómulos, la inflamación cutánea delata a quien ha llorado durante un tiempo prolongado. Hilda Legideño no tiene nada que celebrar este 10 de mayo. Ella es una de las madres que perdieron a sus hijos en la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, la fecha que nunca olvidará.
Ese día, su hijo, Jorge Antonio Tizapa Legideño partió desde la normal de Ayotzinapa hacia Iguala y eso fue lo último que supo de él. Lo demás han sido casi tres años de sufrimiento y especulaciones, que se suman, según ella, a la falta de voluntad de las autoridades para buscar con vehemencia a los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.
"Desde el 26 de septiembre no hemos tenido paz, pero mantengo la esperanza de encontrarlo. No hay evidencia científica de que estén muertos, por eso tenemos la esperanza de volver a verlos”, dice con tristeza y lágrimas en los ojos.
De acuerdo con la 'verdad histórica' sobre el caso, revelada por el entonces procurador, Jesús Murillo Karam, el 7 de noviembre de 2014, los estudiantes fueron capturados por policías municipales y entregados al grupo criminal Guerreros Unidos, para luego ser quemados y sus restos quedaran en un basurero y en un río de Cocula, un poblado cercano a Tixtla, Guerrero.
Los familiares de las víctimas rechazaron esa versión, porque a su parecer no se han presentado pruebas científicas suficientes, y hasta la fecha piden que siga la búsqueda de los jóvenes, y que se indague al Ejército.
Para Hilda, ha sido una estrategia para disuadir a los padres de buscar a sus hijos.
“El gobierno nos ha intentado quitar del camino. Hasta nos ofrecieron hasta un millón de pesos, casas, coches, becas, pero a nosotros no nos sirven. Quizás lo necesitamos, pero lo que queremos es a nuestros hijos de regreso”, asegura con la voz entrecortada sin querer revelar quién, específicamente, les ofreció estos recursos.
Durante las investigaciones, tres titulares pasaron por la PGR, Murillo Karam, Arely Gómez y Raúl Cervantes, pero ninguno de ellos, según Hilda, ha logrado mitigar su dolor y el de las otras madres de los normalistas, quienes no dan tregua en la búsqueda de sus hijos.
Hilda, de 45 años de edad, no cree que exista un dolor tan intenso como el que siente cuando extraña a Jorge. En ocasiones, admite con melancolía, que se levanta creyendo que su hijo aún está con ella, pero en segundos, su ausencia la aterriza en la realidad que la ha perseguido sin descanso durante varios meses.
"Ha sido una pesadilla no saber de nuestros hijos desde el día 26 ( de septiembre de 2014). Día con día nos levantamos pensando que no ha pasado nada pero despertar a la realidad, eso duele", dice con la voz entrecortada.
"Algunas personas se inconforman porque marchamos pero no se detienen a pensar en que esta situación que vivimos en México, los puede llegar a tocar", señaló.
Ella dice que su labor como madre no termina pues tiene otros hijos, Iván y Carol, de 20 y 24 años, respectivamente. No oculta sus lamentos por haber descuidado al más pequeño de ellos, a quien, dice, restó atención a raíz de la desaparición de Jorge, aunque encuentra consuelo en el amor de madre, uno incomparable según ella, no solamente en México, sino a nivel mundial.

Las madres que buscan a los normalistas de Ayotzinapa no son las únicas. En diversos lugares, otras madres se han manifestado para exigir la aparición de sus seres queridos.
Cientos de mujeres marcharon este miércoles por el centro de la capital mexicana para exigir a las autoridades que encuentren a sus hijos desaparecidos, coincidiendo con la celebración del Día de las Madres en el país.
"¿Dónde están nuestros desaparecidos?", mostraba uno de los carteles que portaron las madres acompañadas de familiares, en su marcha desde el Monumento a la Madre al emblemático Ángel de la Independencia.
"No soy la única, hay bastantes madres que están sufriendo y que hemos tocado puertas para que nos escuchen y nos ayuden, y realmente no nos hacen caso", dijo a la AFP, Sara Álvarez, de 62 años, que sigue buscando a su hijo.

Con un tono aún más desgarrado, Esperanza Legorreta habló sobre su hija de nueve años desaparecida.
"Vengo a pedir justicia. Si alguna persona la ve, si me puede hablar, estamos bien desesperados. Solo tenía nueve años, no le hizo daño a nadie, era solo una bebé", comentó a la AFP.


En la marcha resaltaban las pancartas con las fotografías de infinidad de personas y la leyenda "¡¿Dónde está?!".
Madres de migrantes que sospechan que sus hijos desaparecieron a su paso por México de camino a Estados Unidos también se sumaron a la manifestación.

Más de 177,000 personas han sido asesinadas y unas 30,000 están desaparecidas en México desde que el gobierno federal lanzó un operativo militar antidrogas en 2006, según cifras oficiales.

Las madres argentinas de plaza de mayo

Durante los años 70 y 80, la cruenta ‘operación cóndor’, de las dictaduras sudamericanas de la época, dejó a 30,000 desaparecidos o asesinados en Argentina; 3,197 en Chile; 352 en Brasil; 288 en Uruguay, y entre 70 y 2,000 en Paraguay, según el libro Operación cóndor: Terrorismo de Estado en el Cono Sur de Nilson Cezar Mariano.
En 1977, surgió en Buenos Aires el movimiento de las Madres de Plaza de Mayo, que comenzó con 14 mujeres reunidas en la plaza del gobierno argentino que protestaban por sus hijos que fueron separados de manera violenta de sus casas, en medio de la noche o secuestrados en las calles.
Como muestra de las cicatrices que dejó la matanza sistemática más grande de la región, desde entonces las madres se reúnen cada jueves, con pañuelos blancos en la cabeza como símbolo, para protestar por los argentinos disidentes que desaparecieron durante la dictadura del presidente Rafael Videla.
Bajo la dirección de Hebe Pastor de Bonafini, en agosto del año pasado, el grupo completó 2,000 jueves protestando en la icónica pirámide de la plaza y el 30 de abril se cumplieron 40 años del inicio del movimiento... 40 días de la madre.
"A 40 años, encontrarme aquí es una sensación hermosa, completamente distinta de aquel 30 de abril de 1977, cuando estas 14 mujeres estábamos ahí, pensando que íbamos a hacer una forma de presión para que Videla, ese genocida, nos diera alguna información por la ausencia de nuestros hijos", dijo Mirta Acuña, una de las fundadoras del movimiento que ahora tiene 92 años de edad, según AFP.

Movimiento migrante mesoamericano

Más recientemente, en 2005 nació la Caravana de Madres Centroamericanas y aunque sus orígenes están en la frontera entre Chiapas y Guatemala, el reclamo es contra el gobierno de México, país que se ubica como el segundo más violento del mundo.
Se presume que en territorio mexicano se ha perdido el rastro de al menos 10,000 migrantes, según cifras de organizaciones nacionales, aunque el Movimiento Migrante Mesoamericano asegura que son más de 70,000 las madres que perdieron a sus hijos en el país.
Desde hace 12 años, el movimiento atraviesa desde sus tierras de origen hasta la frontera de Tamaulipas con Estados Unidos exigiendo la recuperación de sus vástagos. Año tras año, la costa del Golfo de México es testigo del peregrinar de quienes les fueron arrebatados los motivos para festejar el día de las madres.

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