Ernesto Ladrón De Guevara Alafita*
El diagnóstico de lo que ha
sido el presupuesto rural es deprimente: la planeación y la coordinación
son prácticamente inexistentes, sólo el 3 por ciento del PEC se aplica
en concurrencia. Somos uno de los países que más gasta y tenemos el
penúltimo lugar en la eficiencia del gasto.
El presupuesto rural fue utilizado por los gobiernos neoliberales
como un instrumento para aparentar que se destinaban más recursos al
campo, aunque en realidad año con año creció el gasto asistencial y se
redujo el gasto productivo.
Los postulados de la Cuarta Transformación exigen una reorientación
sustantiva del presupuesto rural, comenzando por los principios de no
robar, ya que la corrupción ha sido recurrente en los programas del
campo, llegando al grado de que los funcionarios que autorizan los
recursos se queden con 50 por ciento de los apoyos. Así como no
traicionar condicionando recursos a cambio de apoyos políticos. Eliminar
el uso electoral de los recursos y castigar a quienes incurran en este
ilícito.
En este contexto, los objetivos fun-damentales del presupuesto rural deberán ser:
1) Reducir el marcado asistencialismo de los programas sociales y hacer una conversión hacia los programas productivos.
2) Renovar el Pacto Federal. A partir de eliminar la dispersión de
más de mil programas sociales y agropecuarios en los estados para
concentrarse en los 25 programas estratégicos del nuevo gobierno.
3) Evitar que las empresas trasnacionales vuelvan a poner a los secretarios de Agricultura.
4) Una política agroalimentaria que permita reducir la alarmante dependencia en la importación de alimentos.
5) Dejar de realizar evaluaciones a modo de los programas rurales,
dejar de simular evaluaciones imparciales con las universidades y que la
evaluación sea integral y con participación social se traslade como una
función a la Auditoria Superior de la Federación.
El diseño del presupuesto sobre la metodología de Presupuesto Base
Cero permite nuevos programas acordes a la Cuarta Transformación y
evitar la tendencia inercial de las últimas décadas, donde los programas
fueron cambiando sólo de nombre de un sexenio a otro.
La mayoría de los 25 programas prioritarios del Presidente tiene un
impacto para el campo: becas para jóvenes, las cien universidades (en su
mayoría rurales), las becas a preparatorianos, la pensión a adultos
mayores.
La Zona Libre de la Frontera Norte (el corredor migratorio más grande
del mundo) será fundamental para evitar la creciente migración llegando
al grado de que 10 por ciento de quienes han nacido en nuestro país (12
millones de mexicanos) viven ahora del otro lado de la frontera.
Especial mención requieren los programas donde se dará prioridad a
los pequeños productores, a los grupos más vulnerables y a las zonas más
marginadas, en los cuales se debe establecer un presupuesto por metas
para lograr los objetivos hacia 2024, me refiero a:
A) Canasta básica de alimentos.– Garantizando la distribución a
precios accesibles de 36 productos básicos mediante el sistema Diconsa y
Liconsa. Cuyo monto no debe de ser menor a 6 mil millones de pesos.
B) Precios de garantía para la producción de maíz, frijol, trigo y
leche de los pequeños productores, operado por Segalmex, cuyo monto
deberá ser de 8 mil millones de pesos.
C) Crédito a la palabra a pequeños ganaderos, que permita repoblar el
hato y garantizar la reducción en las importaciones de carne. Con un
monto de 4 mil millones de pesos.
D) Un ambicioso programa de fertilizantes que garantice el abasto
oportuno y barato de los mismos mediante Segalmex fomentando el uso de
biofertilizantes. Con un monto de 1.5 mil millones de pesos.
E) La plantación de un millón de hectáreas con árboles frutales y
maderables, generando 400 mil empleos, fomentando la agroecología, la
biodiversidad y al mismo tiempo fortalecer la actividad silvícola y la
cafeticultura.
F) La construcción de 300 caminos rurales apoyará considerablemente
el progreso de estas comunidades y generará empleo en las mismas.
Otro de los cambios estructurales en el presupuesto se refiere a la
conversión de varios programas de padrón a un solo programa denominado
Producción para el Bienestar, con ello el censo que se realiza permitirá
validar y actualizar el padrón, la entrega de recursos vía tarjeta
eliminara corrupción, con esta metodología se reducirá la cantidad de
personal revisando expedientes, aprobando proyectos y calificando los
mismos. Como consecuencia de ello, con la asignación directa de recursos
disminuye el requerimiento de obesas reglas de operación.
Los retos:
A nivel institucional es fundamental tener la capacidad de operar
nuevos programas, de eliminar viejas prácticas, de romper la parcela
institucional y de poder cumplir las metas del nuevo gobierno.
Mientras que del lado de las organizaciones el principal reto está en
poder desarrollar procesos comunitarios y locales para garantizar que
los recursos que lleguen mediante diversos programas sean atendidos por
medio de la producción local, de tal forma que verdaderamente se genere
un mercado interno que transforme el campo.
* Ingeniero agrónomo
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