En la rueda de prensa matutina, el presidente explicó:
“A veces da la impresión de que lo hicieron de manera deliberada para quebrarlas, para destruirlas (a Pemex y CFE), porque las trataron con saña, en cuanto que las saquearon y crearon todo un andamiaje con ese propósito; parte de ese andamiaje fue la reforma energética que resultó un rotundo fracaso, con todas estas instancias reguladoras supuestamente independientes, cuando de verdad estaban al servicio de los traficantes de influencias, de los saqueadores de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad”.
Presente en la rueda de prensa, el director de finanzas de Pemex, Alberto Velázquez, explicó que el plan consiste en la capitalización del gobierno federal por un monto de 25 mil millones de pesos; acompañado por el prepago de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) correspondiente al pasivo laboral, por 35 mil millones de pesos; además de la reducción de la carga fiscal por 15 mil millones de pesos.
Velázquez agregó que además se prevén ingresos por un total de 32 mil millones de pesos, derivados del combate al robo de combustible.
De acuerdo con el directivo, la petrolera aumentará su inversión en términos reales en 36%, al pasar de 204 mil millones de pesos en 2018 a 288 mil millones para el presente año. Lo anterior irá acompañado con la no contratación de deuda nueva.
En su turno al micrófono, el titular de Hacienda, Carlos Urzúa, aseguró que la carga fiscal de Pemex tendrá una tendencia a la baja.
“Esa disminución de la carga fiscal le va a dar a Pemex un flujo extra de 15 mil millones de pesos, el año que entra; 15 mil millones de pesos de este año, más la reducción del siguiente año, lo que sumarán 30 mil millones de pesos, y así, sucesivamente hasta 90 mil millones de pesos″ al finalizar el sexenio, explicó el encargado de la política fiscal del país.
Con dicho el plan, el gobierno tratará de convencer a los inversionistas sobre la salud financiera de Pemex, luego de la degradación de las notas crediticias de la paraestatal que ya están al borde de ser “basura”, de acuerdo con Fitch Ratings.
Ante este escenario, López Obrador sentenció:
“Los tecnócratas apostaron a la privatización, son responsables del fracaso de Pemex; ahora están en una postura de escepticismo, porque es mucha la deuda de Pemex”.