5/03/2020

Columnas y opinión del periódico La Jornada sabado 2 mayo


Agresiones en la zona norte de Chiapas
Si las agresiones al personal de salud en el contexto de la pandemia deben ser condenables y debidamente sancionadas, qué tendría que proceder contra los policías que dispararon contra población indígena en cuya comunidad se han detectado casos positivos de Covid-19, como ocurrió esta semana en la zona norte de Chiapas.
Cercados, sin alimentos y con contagios de coronovirus, indígenas de la comunidad Hidalgo Joshil, del municipio de Tumbalá, realizaron un plantón en el punto conocido como Pulpitillo, para protestar contra el cerco sanitario que se implementó en el municipio de Yajalón por un brote de Covid-19, que les impide movilizar a personas que requieren, paradójicamente, atención médica, denunció el Comité de Derechos Humanos de Base de Chiapas Digna Ochoa (Comité Digna Ochoa) el pasado 27 de abril.
La respuesta de las autoridades a la movilización, señala el organismo de derechos humanos, fue enviar a la policía municipal y a civiles armados de Yajalón a dispararles con armas de alto calibre, sin ningún intento por dialogar, ni aviso alguno. El saldo de la embestida fue de cuatro heridos, uno de gravedad de nombre Romario Guzmán Montejo, que fue trasladado a la cabecera municipal de Tumbalá.
Muchas las comunidades choles de la zona norte de Chiapas se encuentran cerradas, y en algunas, como la cabecera de Yajalón, hay toque de queda decretado por las autoridades municipales. Esta zona es foco rojo por Covid-19, pues se han detectado brotes en los municipios de Tila, Tumbalá y Yajalón.
Una cosa son las medidas sanitarias organizadas al interior de cada comunidad, y otras las que los condenan a permanecer encerrados sin posibilidad de buscar servicios médicos y alimentos, entre otras necesidades básicas. No hay sustento legal para ello, advierte el Comité Digna Ochoa.
La versión de la policía de Yajalón es que los indígenas intentaron cruzar el filtro sanitario por el Covid-19 y por eso fueron detenidos. El video tomado por los pobladores de Tumbalá muestra lo contrario, pero aunque hubiera sido cierto, no hay ninguna justificación para dispararle a una población que sólo quiere acceso a la salud.



Las Afore a revisión

Pensiones de miseria a los trabajadores
¿Qué factores deberían cambiarse?
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El presidente López Obrador anunció que pasando la crisis será revisado el esquema de las Afore, el cual no garantiza una pensión suficiente para que los trabajadores lleven una vida digna cuando se retiren. Va a haber momento, pasando esta situación, para revisar lo que se hizo en el periodo neoliberal de privatizar los ahorros, las pensiones de los trabajadores, dijo.¿Qué elementos del esquema deberían ser cambiados prioritariamente?, preguntamos en el sondeo de esta semana. Ver resultados en la gráfica.
Metodología
El sondeo fue distribuido por redes sociales. Participaron mil 214 personas: en Twitter, 288; en El Foro México, 626 y en Facebook, 300.

Twitter
A los genios neoliberales les faltó visión y cálculo, no tomaron en cuenta los precarios salarios de la mayoría de los trabajadores. Hoy sabemos que al retirarse, un trabajador, bajo ese esquema, estaría recibiendo una pensión por abajo del salario mínimo actual. Urge revisar la cuantía básica y las abultadas comisiones que cobran las administradoras.

México, en el sótano salarial
Competitividad neoliberal
A lo largo de los años la Cepal ha subrayado uno de los grandes problemas de México: el salario mínimo que allí se paga es el menor de todo América Latina, el más bajo de los países de la OCDE y con un poder adquisitivo muy lejano a las necesidades de la población que lo recibe, dada la constante pérdida real que se acumuló en las últimas cuatro décadas.
En el gobierno de López Obrador se han registrado dos aumentos sustanciales al mini ingreso, pero, aunque se avanza, falta recorrer un largo camino para que la recuperación del poder adquisitivo real del salario mínimo sea equiparable –y sólo eso– al de 40 años atrás.
Durante el periodo neoliberal, gobierno y empresarios –el primero descaradamente al servicio de los segundos– cacarearon la altísima competitividad laboral de nuestro país, la cual resultaba muy atractiva para la llegada de inversión foránea. En los hechos, esa altísima competitividad laboral no fue otra cosa que salarios miserables para los trabajadores mexicanos, constante incumplimiento (con el aval gubernamental) de la Ley Federal del Trabajo, evasión de pagos a los organismos de seguridad social y crecimiento exponencial del outsourcing (legalizado por el comandante Borolas, práctica ahora defendida a capa y espada por Luisa María Alcalde y Ricardo Monreal), entre otras gracias.
Pues bien, a la OCDE le tomó seis sexenios (de Miguel de la Madrid a Enrique Peña Nieto) reconocer que México no sólo es el país con los salarios más bajos dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, sino donde es más barato para los empleadores contratar una vez sumados impuestos y retribuciones a la seguridad social ( La Jornada, Dora Villanueva).
La información publicada por La Jornada detalla que “en el informe Tax wages la OCDE expone que los 14 mil 187 dólares que gana en promedio un trabajador formal en México están lejos de la media de 47 mil 855 de la región y también se despegan de Chile –el país que le hace segunda como el más bajo en cuanto a remuneraciones–, que paga 24 mil 160 dólares anuales. En las antípodas, los salarios promedio en Suiza alcanzan 79 mil 38 dólares al año, casi cinco veces el salario en México. Y entre los principales socios comerciales del país, Estados Unidos y Canadá, el ingreso medio es de 57 mil 55 y 45 mil 813 dólares, respectivamente”.

Total vigilancia
Nadie puede negar que las nuevas tecnologías son útiles para contener la pandemia del Covid-19 en Moscú –megápolis que concentra más de 60 mil contagiados, la mitad de todos los que a la fecha tiene Rusia–, donde la alcaldía aplica su programa de Ciudad Inteligente-2030, concebido para mejorar los servicios urbanos y facilitar los trámites de los ciudadanos por Internet.
Ante la necesidad de restringir la movilidad de la gente para frenar la propagación de los contagios, en este momento hay más de 200 mil sospechosos de enfermar que de plano no pueden salir de su casa, igual que todos los mayores de 65 años.
Para verificar que se cumpla el confinamiento, aparte de los controles policiales tradicionales, se usan las 175 mil cámaras de video instaladas en las calles (Moscú ocupa el sitio 18 de ciudades del mundo por número de cámaras, pero va a la vanguardia en cuanto a la instrumentación de programas de reconocimiento facial); la información de las compañías de telefonía celular (sobre todos los datos de geolocalización de los clientes); y el reporte de los puntos de acceso gratuito a wifi.

La historia de una foto
Reporteros choperos
Cada sábado, el tianguis del Chopo vive situaciones, en apariencia rutinarias: recorrer los pasillos para chacharear, buscar una sombra para chorear con los cuates mientras llega la persona citada, ir a Radio Chopo a escuchar rock en vivo con bandas de diferentes géneros roqueros. Y cada sábado, hay cosas diferentes, como encontrar un disco de colección o la chava menos esperada, al cantante de Bostik, a Tere Estrada. Y en una ocasión coincidieron media docena de conocidos entre sí. Eso sucedió un fin de semana cualquiera cuando, en el puesto de La Jornada, se juntaron –sin cita previa– unos reporteros, algunos, visitantes asiduos al tianguis. De repente, Arturo gritó: “ ¡Selfie!” Y de volada, nos acomodamos para la foto del recuerdo. En el orden acostumbrado, dijeran los clásicos, posaron, Luis Jasso, Chico Migraña, uno de los meros meros en eso de escribir sobre rock pesado, sobre todo, en su blog Sangre de Metal, el cual siempre está al día; le sigue Jesús Tepepa, quien ha trabajado en diferentes diarios y revistas; aparece también Chava Rock, reportero y personaje del medio roquero; luego está nuestro inolvidable Paco Zamudio, él trabajó en diversos medios escritos y electrónicos y fue incansable promotor del rock mexicano; la dama de la foto es Imperio Reséndiz, fotógrafa; al frente de la imagen está Arturo J. Flores, escritor de media docena de libros y actual editor en jefe de Playboy, y en un extremo de la postal se coló su servibar. Por supuesto, ese día andaban por terrenos choperos otros periodistas: David Cortés, Xavier Quirarte, José Luis Pluma, Marco Antonio Rueda. Otros visitantes frecuentes a terrenos choperos son Pepe Návar, Carlos Martínez Rentería, Guillermo Martínez, Pedro Fer Humm, Itzel Cruz Alanís. Mención aparte, merecen los más aferrados a la tecla y al rock, como Walter Schmidt, Merced Belén Cruz, Oso Munguía, Eduardo Leduc y desde el puesto de la Banda Rockera, el Rolly hace talacha. Aparte, claro, la nueva generación de redactores cibernéticos tiene una presencia importante en los aconteceres choperos.


Editorial
Activistas y representantes de los trabajadores de empresas maquiladoras ubicadas en Baja California, protestaron ayer en contra del gobierno de la entidad por permitir la reapertura de plantas industriales mediante una reclasificación de sus actividades como presuntamente esenciales. En un manifiesto dado a conocer por distintas organizaciones, denunciaron como criminal la decisión del gobernador, Jaime Bonilla, cuya administración sostuvo que los trabajadores están más seguros dentro de las empresas, y, asimismo, denunciaron que los dueños de las fábricas anteponen sus ganancias a las vidas de los empleados.

Hasta siempre, Óscar Chávez
Una noticia terriblemente triste: el entrañable Estilos ha emprendido el viaje a través del Universo.

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▲ Si las sociedades determinan sus propias tasas de mortalidad, entonces es evidente que en Estados Unidos mueren de Covid-19 más personas de las que tendrían que haber fallecido. Foto Ap
Eric Manheimer*

El 13 de abril 2020 el presidente Andrés Manuel López Obrador atestiguó el Convenio marco para la prestación subrogada de servicios médicos y hospitalarios entre Ssa-Sedena-Semar-Insabi-IMSS-Issste-Pemex y el sector privado de la salud que establece una alianza –coyuntural y exclusiva con vistas a enfrentar Todos Juntos contra el Covid-19– para que el sector público haga uso de 50 por ciento de la capacidad instalada de los privados en un marco no lucrativo, con costos mínimos, durante el periodo de la contingencia (23 abril-23 mayo). Esos costos serán asumidos por el gobierno federal liquidando a los privados con una tarifa idéntica al monto que respresenta el pago recíproco que se realiza –vía intercambio de servicios– entre el IMSS-Issste-Ssa.

La crisis sanitaria originada por el Covid-19 nos coloca en un escenario inédito, al menos entre los conocidos y relacionados hasta ahora con la amplia crisis de civilización que enfrentamos en estos últimos tiempos.

La humanidad se está enfrentando a una pandemia que está afectando a prácticamente todos los países del mundo, con enormes cantidades de infectados y, lo peor, de decesos. La ciencia no ha alcanzado hasta ahora ningún medicamento o vacuna para enfrentarlo más o menos exitosamente y se sigue cuestionando si realmente las personas inmunes son tales y ya no pueden infectar. De ahí que la estrategia propuesta por los expertos haya sido el aislamiento para tratar de detener el contagio y, sobre todo, evitar la saturación de los hospitales para dar la atención debida a los enfermos. A partir de los acuerdos decretados por el Consejo de Emergencia Sanitaria, se suspendieron actividades no esenciales en el sector público, privado y social, lo que no todos han acatado, hasta la evaluación en mayo 17, aunque la fecha de terminación sería el 30 de mayo. Es decir que a lo sanitario se suma prácticamente el parón de la economía, de enormes efectos negativos, para empresas, sectores, especialmente para los trabajadores que enfrentarán desempleo, restricciones, pobreza y pobreza extrema, además de una grave caída de 6 por ciento del PIB.

¿Qué sucede cuando a una sociedad se le sustrae el principio básico que la instituye? Antes de hablar, de pensar o de trabajar, tocamos –nos tocamos. El tacto es el sentido primordial con el que nos asomamos al mundo y el mundo se asoma en nosotros. El con/tacto es la manera esencial de percibir al otro/los otros. Esencial significa aquí sin mediaciones, de manera directa, inmediata. A los seres y los objetos los definimos a través de palabras y nos vienen a la mente en tanto que imágenes. Pero cobran su presencia más íntima sólo cuando forman parte de nuestro mundo a la mano. Basta con observar a una madre y su hijito. A una nieta jalando el vestido de la abuela. O tener en las manos el libro que siempre releemos. El smartphone, que ha puesto fin a una parte mayoritaria de esta experiencia íntima, más que un objeto –es decir, algo que nos objeta– se ha transformado en una prolongación del cuerpo; en la práctica, casi en otro órgano, como los pies o las manos. Hay gente que prefiere pasar hambre antes que quedarse sin datos.

En recuerdo a El Gran Caifán, por los momentos de alegría que nos regaló.
¿Cuál guerra? Me disgusta que se haga el símil de la pandemia del coronavirus con la guerra, porque es un pretexto que sirve a los intereses de líderes e instancias autoritarias en el propósito de erosionar los derechos fundamentales. Es, también, una mampara tras la cual se eluden los dilemas centrales de este momento: la relación entre emergencia sanitaria y capacidad de atención médica a todos los ciudadanos; la relación entre el impacto económico de la pandemia y las diversas crisis de la globalización económica que venían gestándose; las fragmentaciones sociales que conducen a la anomia frente las expresiones solidarias en el ámbito familiar o comunitario; el egoísmo y el aislamiento internacional frente a la necesidad de idear o reforzar mecanismos de cooperación.

Juan Arturo Brennan: Dos monstruos, dos filmes
El pasado jueves 30 se conmemoró en el mundo (en la virtualidad a distancia) el Día Internacional del Jazz, celebración importante y ciertamente necesaria. Ante la imposibilidad de celebrarlo con jazzistas en vivo y música viva, las alternativas son numerosas, aunque nunca tan satisfactorias como the real thing. Mi propuesta: mirar y escuchar con atención (y en paquete) dos documentales que circulan en la red (venturosamente, ambos en el mismo sitio), en los que se explora con muy buenos resultados la vida, la música, los conflictos y el legado de dos de los jazzistas más notables de la historia: el saxofonista John Coltrane y el trompetista Miles Davis. Mi recomendación de verlos en paquete se debe a que son muy buenos filmes documentales, a que los músicos ahí retratados y glosados son indispensables, y que hay importantes paralelos y puntos de contacto entre ambos. Chasing Trane (John Scheinfeld, 2016) y Miles Davis: Birth of the Cool (Stanley Nelson, 2019) son documentales de planteamiento, forma y factura tradicionales, sustentados en amplias y bien investigadas iconografías fotográficas y fílmicas, mucha música interpretada por los protagonistas y numerosos testimonios de personajes asociados de cerca con ellos, o estudiosos de su trabajo. Un elemento complementario importante en ambos es la presencia de textos de Coltrane (a partir de entrevistas) y Davis (de sus apuntes autobiográficos), en las voces de Denzel Washington y Carl Lumbly, respectivamente. El paralelismo entre las vidas de ambos se inicia, curiosamente, con una divergencia: Davis nace y crece en un ambiente relativamente acomodado, mientras Coltrane proviene de un estrato social más bajo. Ambas películas exploran con fuerza el importante elemento racial que permeó la vida de los dos músicos, y que dejó una huella profunda en su respectivo quehacer musical; he ahí la poderosa e inolvidable imagen de Miles Davis cubierto de sangre por la brutal agresión de un soberbio policía blanco. Si bien las discografías de ambos son extensas, los filmes de Scheinfeld y Nelson destacan algunas de sus producciones más significativas: por ejemplo, Giant Steps y A Love Supreme, de Coltrane, y Kind of Blue, Birth of the Cool, Bitches Brew y esa joya que es el soundtrack de la película Ascensor para el cadalso (Louis Malle, 1958), de Davis. Lo mejor de estos documentales es la oportunidad de asistir al crecimiento artístico de estos músicos sin parangón: Coltrane en una acelerada curva de desarrollo inexorable hacia una sola meta; Davis hacia numerosos experimentos de fusión realizados sobre el final de su carrera, incluyendo sus notables cambios de loo k. Se explora también la batalla de ambos contra la adicción a las drogas, su deterioro físico y el trágico y prematuro final de cada uno. En el filme sobre Coltrane destaca su actitud religiosa, filosófica, pacifista, casi mística, mientras en la película sobre Davis el espectador percibe a un creador que guardaba una enorme dosis de rabia que descargaba explosivamente en su música y en su vida personal. La coincidencia fundamental entre ambas vidas y ambos filmes: ese breve pero irrepetible momento histórico en el que, entre 1955 y 1958, estos dos monstruos del jazz coincidieron en el primer gran Quinteto de Miles Davis, con Red Garland, Paul Chambers y Philly Joe Jones. Por otra parte, se hace enfática mención al Cuarteto de John Coltrane, con Jimmy Garrison, Elvin Jones y McCoy Tyner, como el mejor combo de jazz de la historia, lo que no es una afirmación menor. Estas dos muy buenas películas permiten al espectador identificar a John Coltrane como un músico de un desarrollo tan rápido que todos sus colegas le iban quedando chicos sucesivamente, y a Miles Davis como el trompetista que llevó su instrumento a una altura a la que quizá sólo uno o dos de sus pares lo hicieron; en particular, ahí queda como ejemplo el sabio uso que Davis supo hacer de la singular sonoridad de la sordina Harmon. Decía Carlos Santana sobre Coltrane: Unos tocan jazz, otros blues, otros reggae; él tocaba la vida.

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