9/12/2008

Los Amigos de Calderón


José Gil Olmos

MÉXICO, DF, 3 de septiembre (apro).- La incapacidad de gobernar de Felipe Calderón se ha hecho evidente en su segundo informe, pero también la urgencia de cambios en su gabinete, pues el amiguismo ha sustituido al compadrazgo priista, aunque con la agravante del fracaso.

Desde que arrancó su gobierno y se conformó su gabinete legal y ampliado, en toda la estructura oficial se hizo patente la llegada de los amigos de Calderón, sin importar que éstos tuvieran experiencia para desempeñar las funciones en sus respectivas áreas, como fue el caso del exsecretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, que tomó el puesto sólo por haber lanzado la candidatura presidencial de Calderón antes que cualquier otro panista.

El relevo del exgobernador jalisciense por Juan Camilo Mouriño confirmó el estilo de gobernar de Felipe Calderón, es decir, apoyarse en sus amigos más cercanos antes que en personajes capaces de resolver los distintos retos a los que se enfrenta el país.

Las lealtades de los amigos no son la mejor fórmula para gobernar; al contrario, ello revela la inseguridad con la que Calderón arribó a la silla presidencial, pues apunta a que prefiere la incondicionalidad o el comentario gratuito, al análisis crítico del que sabe en qué situación nos encontramos y que evita anticipar falsas salidas.

Además de Mouriño, el gobierno calderonista colocó a sus amigos en puestos clave, a los que arribaron sin ninguna experiencia o sin el conocimiento necesario. Uno de ellos es Jordi Herrera, quien fue colocado al frente de la Subsecretaría de Planeación Energética y Desarrollo Tecnológico de la Secretaría de Energía sin tener ninguna base para este puesto.

Jordi Herrera apenas rebasa los 30 años y su gran logro fue haber sido secretario particular y amigo de Calderón en su efímero paso por la Secretaría de Energía y en Banobras.

En la campaña del 2006 fue el coordinador de las redes de Calderón. Antes que por sus capacidades, se le reconoce su gran cercanía con Felipe Calderón, con quien compartía la vida bohemia.

Javier Lozano es otro caso. Cuando estaba en el PRI nunca brilló y, cuando Francisco Labastida Ochoa perdió y en la dirigencia nacional priista hubo cambios, se enquistó en la secretaria de prensa del partido, donde su único rasgo fue la prepotencia y la incapacidad para relacionarse con los medios. También fue subsecretario de Comunicación Social de la Secretaría de Gobernación con Diódoro Carrasco y presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones; fungió, así mismo, como subsecretario de Comunicaciones y oficial mayor de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

¿Y qué méritos tuvo para llegar a la Secretaría de Trabajo?, se preguntarán, pues ninguno, salvo que brincó al PAN y ha defendido ciegamente a Calderón ante cualquier intento de crítica por parte del PRD.

Del caso de Mouriño se ha escrito mucho, pero lo principal para que alcanzara los niveles más altos de la política nacional fue haber acompañado a Calderón en su última etapa como funcionario público y amarrar sus negocios en Pemex, cuando el michoacano precisamente pasó por la Secretaría de Energía.

Lo mismo ocurre con otros secretarios como Salvador Vega Casillas, quien llegó a la Función Pública gracias a las buenas relaciones con la familia Calderón; o el caso del titular de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, con quien hizo amistad en las aulas del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y por ello lo colocó al frente de esta institución clave para el combate a la pobreza, no obstante carecer de antecedentes sobre el tema.

Gerardo Ruiz Mateos es otro ejemplo más. Ingeniero industrial y de sistemas por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), con apenas una especialidad en economía y finanzas, fue designado hace apenas un mes por Calderón como nuevo secretario de Economía sólo por la amistad que iniciaron hace unos cuantos años.

En la campaña del 2006, fue el primero en aportar recursos al equipo de Calderón -donó 214 mil 288 pesos-, y luego se hizo cargo del área administrativa del equipo del candidato presidencial panista.

De ahí saltó a coordinar el área de Gabinetes y Proyectos Especiales de la Oficina de la Presidencia, y sin más experiencia ahora es nada más y nada menos que el responsable de manejar la economía nacional.

La lista de amigos de Calderón que han asumido una responsabilidad pública, carentes de conocimiento o de experiencia, es larga.

Dos casos más son el joven Salomón Chertorivski, que está al frente de Diconsa únicamente porque fue compañero de aulas y fiestas de Calderón cuando éste hizo un curso en Harvard.

En Liconsa colocó a Jesús Galván Muñoz, un abogado que únicamente ha tenido algunos cargos en el partido y cuyo conocimiento en la comercialización y distribución de la leche se resume en una tienda de quesos que tiene como negocio familiar.

Con este gabinete es que Calderón ha tratado de hacer frente a los grandes retos que tiene el país, y con él ha fracasado en todo: en la creación de empleos y el combate a la pobreza, en la lucha contra la inseguridad y la injusticia, en la aprobación de la reforma energética y en el mejoramiento a la educación.
Cuatro años le faltan para que termine su administración, aún es tiempo de que se dé cuenta que no basta con la amistad para gobernar un país y que en su gabinete falta gente experimentada y con conocimientos para salir lo mejor posible de la crisis en la que ya nos encontramos.



Un Hombre Llamado Fracaso
Alvaro Delgado

MEXICO, D.F., 1 de septiembre.- La decisión de Felipe Calderón de enviar a Juan Camilo Mouriño a la Cámara de Diputados para entregar al Congreso el informe del segundo año de gestión gubernamental es una muestra de desprecio a quienes con sinceridad se manifestaron, el sábado, justamente contra la delincuencia y la impunidad.

Sólo por ignorancia, complicidad o simulación --esa enfermedad nacional que ahoga a la sociedad-- puede soslayarse que Mouriño es un delincuente confeso de usar sus influencias como servidor público para beneficiar a los negocios familiares, y ya hasta panistas reconocen que ese comportamiento es un ejemplo más de la ruptura de carácter ético del partido de la derecha.

Por supuesto, la multiplicación de las conductas delincuenciales desde el poder --esas que soslayan los histéricos locutores y amanuenses oficialistas-- no se explica sin la impunidad, sello de la casa con Calderón, tal como lo expresó Germán Martínez, presidente del Partido Acción Nacional (PAN), en una declaración que se enmarca en la galería de las desvergüenzas: "Que quede muy claro: En Acción Nacional lo respaldamos, lo hacemos con orgullo. Él es una muestra de la nueva clase política que está construyendo el país, una buena muestra de profesionalismo, de decencia pública y capacidad. ¡Eso representa Juan Camilo Mouriño!".

Martínez expresó, con esas palabras, la hondura de la impunidad en la actual administración, pero lo hizo sobre todo en los hechos cuando fungió, transitoriamente, como secretario de la Función Pública, en teoría encargado de vigilar el comportamiento legal y ético de los servidores públicos, de los exfuncionarios y de sus parientes.

Fue la política del encubrimiento y no su breve paso para luego presidir por órdenes de Calderón el apéndice partidista del gobierno --como él mismo lo aceptó y consta en el libro El engaño: Prédica y práctica del PAN-- lo que explica que Fox no sólo ostente groseramente su fortuna --y las de sus hijastros--, sino que haya sido llamado como mariscal del inminente proceso electoral.

Así, en materia de combate a la delincuencia común y organizada, incluyendo la que ostenta cargos gubernamentales --como lo prueba el caso Mouriño, Fox y su mujer--, los marchistas del sábado 30 de agosto pueden estar seguros de que no ocurrirá nada eficaz, más que encuentros de relaciones públicas como los efectuados el mismo domingo, con Calderón y Marcelo Ebrard.

Ocurrió exactamente lo mismo hace cuatro años: Entre los 80 puntos que hizo suyos, como ahora Calderón y Ebrard -y seguramente lo harán el resto de los gobernadores, incluyendo el señoritingo Enrique Peña--, Fox les dio por su lado a los convocantes y se comprometió a crear, por ejemplo, un Instituto de Seguridad Pública y Justicia Social, que hasta se publicó en el Diario Oficial de la Federación.

Nada ocurrió por una sencilla razón: No hubo voluntad política y se mediatizó la legítima expresión de un importante sector de la sociedad civil para fines políticos, particularmente en la disputa electoral del 2006. Ahora, lamentablemente, se apunta en el mismo sentido, en una maniobra distractora para encubrir un problema tan grave como la inseguridad: La implacable crisis económica que se abate sobre la sociedad.

La semana pasada, en este espacio, apuntamos el deterioro de indicadores económicos, que ahora ratificamos: La inflación se dispara --el Banco de México hoy justamente subió su estimación de 5.07 a 5.61%--, mientras que se sigue contrayendo la actividad productiva --el año pasado el gobierno estimaba un crecimiento de 3.7%; en enero redujo sus estimaciones a 2.8% y ahora si acaso será de 2%--, cae la inversión nacional extranjera, las remesas de dólares que envías los mexicanos de Estados Unidos se desploman y el desempleo cunde.

Hoy mismo, lunes 1 de septiembre, se materializó otro gasolinazo: El precio del litro de las gasolinas subieron entre dos y tres centavos. Y de pilón, el pactito que Calderón firmó con las grandes cadenas de supermercados para congelar los chiles enlatados --previamente reetiquetados-- se desbarató, como se había anticipado.

Por eso no es cierto lo que desde las atalayas oficialistas se grita con histeria: Que el grupito --cada vez menor, como miden las encuestas-- de fanáticos de Andrés Manuel López Obrador quiere "tumbar" a Calderón.

En realidad, este personaje, si cae, no será en razón de un plan cuidadosamente urdido por sus más fieros adversarios --que para él y su jauría son enemigos--, sino por su propia ineptitud y el hartazgo de quienes lo llevaron al cargo, es decir, el amasijo de intereses a menudo delincuenciales entre políticos y traficantes de influencias, uno de cuyos ejemplares se llama Juan Camilo Mouriño.

Sí, el mismo que hoy --por cierto, estrenando lentes-- entregó en la Cámara de Diputados una copia del informe de gobierno, un documento burocrático en el que --en una rápida lectura-- no se atisba ninguna grandeza...

Apuntes

Pero si Calderón no cumple como gobernante de todos los mexicanos, no lo hace ni siquiera con los suyos: Justo a la hora en que Mouriño llegó al recinto de San Lázaro, a unos pasos de ese lugar la diputada federal del PAN Dolores de María de Manuell-Gómez Angulo, mejor conocida en Baja California como Dolores de Méndez, inició una huelga de hambre en protesta por las altísimas tarifas de luz eléctrica que, en campaña, Calderón se comprometió a bajar si votaban por él y que ya se le olvidó. Los habitantes de Mexicali pagan tarifas 58% más altas y los recibos son de más de 5 mil pesos mensuales y por eso le exige a Calderón que cumpla con su palabra de aplicar un subsidio.

La legisladora, quien se define como "socialista" en el PAN, tiene antecedentes de rebeldía: Cuando fue diputada local entre 1989 y 1992, justo cuando el PAN conquistó con Ernesto Rufo la primera gubernatura, se declaró independiente y fue suspendida de sus derechos. Ahora no sólo está dispuesta a que la expulsen del PAN, como ya la han amenazado, sino inclusive a morir. "Ya viví 60 años", dice la mujer, quien desde aquellos años proclamaba: "Soy luchadora social por encima de siglas y partidos"...

Aunque constitucionalmente se finiquitó el mensaje del jefe del Ejecutivo en turno en sesión de Congreso General --uno de los rituales más grotescos del régimen presidencial vigente--, la reforma electoral permite que, por ejemplo, funcionarios como Calderón utilicen tramposamente la autorización legal para que durante 13 días fastidien con propaganda a los ciudadanos, sobre todo en radio y televisión.

Pero si de suyo es grave el despilfarro, que se replica con todos los gobernadores y alcaldes, de todos los partidos --con cargo al presupuesto público--, lo más deleznable es el tuteo de Calderón a los ciudadanos... Por cierto, por salud pública, es necesario que se informe --con veracidad-- sobre el estado que guarda la salud, física y sicológica, de Calderón para frenar especulaciones sobre las razones ciertas de su caída...

Comentarios
: delgado@proceso.com.mx

No hay comentarios.:

Publicar un comentario