1/27/2010

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Informe del PNUD y la OIT sobre América Latina y el Caribe

Conciliar trabajo y familia permite a trabajadoras enfrentar crisis

Por Guadalupe Cruz Jaimes

México DF, 26 enero 10 (CIMAC).- Frente a la crisis económica, es preciso que gobiernos, empresas y organizaciones sindicales asuman la responsabilidad social de invertir en medidas que garanticen la conciliación entre el trabajo y familia, pues, de este modo, la participación laboral de latinoamericanas y caribeñas generará mayor riqueza para abatir la pobreza de la región.

Así lo refirieron representantes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en América Latina y el Caribe, durante la presentación del informe Trabajo y familia: hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social, que se celebró ayer en la Secretaría de Relaciones Exteriores.

El informe, elaborado en 2009 por el PNUD y la OIT, indica que en América Latina y el Caribe 7 de cada 10 mujeres en edad reproductiva (de 20 a 40 años) son activas económicamente. En total son más de 100 mil, las latinoamericanas y caribeñas que participan en el mercado laboral de la región.

A decir de Rebeca Grynspan, directora regional del PNUD, durante las últimas dos décadas, estas mujeres han experimentado cambios en el mundo del trabajo, pero sus responsabilidades en el hogar se han mantenido intactas, por lo que, “los cuidados y las labores domésticas constituyen una fuente de desigualdad”.

DESIGUALDAD DUPLICA JORNADA DE MUJERES

La desigualdad de responsabilidades del hogar, no sólo duplica la jornada de trabajo de las mujeres, también perjudica la economía de la región, pues, en etapa de crianza, más mujeres que hombres abandonan sus empleos, refiere el informe.

En México, las mujeres dedican 5 veces más tiempo al trabajo doméstico que los hombres, según informó Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo y Previsión Social (STPS), durante la presentación del informe.

En consecuencia de la falta de corresponsabilidad en el cuidado del hogar, a pesar de que las mujeres tienen más años de educación a comparación de los hombres, ellas aún presentan una menor inserción laboral. El promedio regional de esta brecha es de 25 por ciento, sostiene el documento.

Y explica que una vez concluida la instrucción escolar, los hombres, a diferencia de las mujeres, entran al mundo del trabajo y permanecen activos hasta la jubilación. Mientras que la inserción laboral de las mujeres está condicionada por la presencia de niñas, niños o personas mayores en el hogar, así como también del matrimonio, que determina una menor incorporación en ese ámbito.

Según la investigación Trabajo y familia: hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social, las mujeres casadas tienen una tasa de participación laboral menor que las solteras, divorciadas o viudas.

Asimismo, mientras formar una familia y consolidar una unión conyugal significa un aumento en la participación laboral de los hombres, para ellas significa una disminución.

Sin embargo, hoy en día, son más los hogares donde el aporte económico es generado por ambos cónyuges, y donde las mujeres son el sostén de la familia, que en los que prevalece la figura del hombre como único proveedor.

APORTE ECONÓMICO FEMENINO DISMINUYE POBREZA

De acuerdo con el informe del PNUD y de la OIT, en la región, el ingreso laboral de las mujeres alivia la pobreza de manera evidente. Según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe la contribución de las cónyuges al ingreso familiar reduce la pobreza de manera considerable.

El documento menciona que sin el aporte de las latinoamericanas y caribeñas, la pobreza urbana aumentaría 10 por ciento y la rural 7 por ciento.

En la región, la participación de más de 100 millones de mujeres en el mercado laboral, “ha tenido efectos importantes en la generación de riqueza de los países, el bienestar de los hogares y la disminución de la pobreza”.

El aumento constante de la participación económica de las mujeres se observa en el crecimiento de las jefaturas femeninas. El informe indica que alrededor de un tercio de los hogares de la región dependen de los ingresos de una mujer que mantiene a su familia, sin el apoyo de una pareja.

En México, para mediados de 2010, el 24 por ciento de los hogares tendrá a una mujer como jefa del hogar, señaló Rocío García Gaytán, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, durante la presentación del documento.

Frente a este panorama, Rebeca Grynspan refirió que los costos por invertir en la conciliación trabajo-familia son mínimos en comparación con los beneficios, pues, con la corresponsabilidad social del cuidado “ganan las mujeres, las asociaciones laborales, las empresas, por lo que los gobiernos lejos de negarle valor, deben reconocer su ganancia”.

Al respecto, Jean Maninat, director regional de la OIT, expresó que “la conciliación entre la vida familiar o personal y vida laboral constituye uno de los mayores retos de nuestro tiempo y es un requisito importante para avanzar hacia el trabajo decente”.

A estas opiniones, se sumaron las de García Gaytán, Lozano Alarcón, y Margarita Zavala, presidenta del Sistema Nacional del Desarrollo Integral de la Familia, quienes sostuvieron la importancia de conciliar la relación trabajo-familia, desde las políticas públicas y se comprometieron a trabajar por ello.

Al cierre de la presentación, el titular de la STPS, indicó que en breve consultará con las dependencias pertinentes la aprobación del Convenio 156 de la OIT, el cual hace referencia a la corresponsabilidad de las y los trabajadores en el cuidado de las y los hijos, así como las labores del hogar, a fin de que sea suscrito por México lo antes posible.

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