12/16/2010

Medellín 33




Rosario Ibarra

Como solía decirse en las antiguas novelas que leíamos cuando cursábamos la secundaria; “me dieron la encomienda de encontrarlo y de hablar con él largo y tendido”…

Se trataba del encargo de algunos de los presos políticos de Monterrey, que me pidieron que buscara a don José Álvarez Icaza y lo saludara de su parte, ya que yo viajaba al Distrito Federal todas las semanas en busca de justicia para mi hijo Jesús, detenido hacía poco y de quien ignoraba su suerte, ya que la prensa afirmaba que “fue trasladado a la capital”.

Perdí el papelito en el que tenía anotada la dirección de Cencos, aquel, ya para entonces, famoso Centro Nacional de Comunicación Social, pero acostumbrada a los ejercicios de mnemotécnica aconsejados hace muchos años por mi maestra de declamación, había pensado al escribir en él aquella dirección, que se trataba de Medellín, una ciudad situada en el país de origen del “terrible Vargas Vila” y que el número de la casa era igual a la “edad de Cristo” cuando fue crucificado… y no tardé en llegar a la vieja casona.

Un gran desencanto me invadió cuando, después de tocar muchas veces, la puerta no se abrió, ya que me habían dicho: “Don Pepe, de seguro la va a ayudar”.

Dice el refrán que “el que boca tiene a Roma va”, y hablando aquí y allá encontré la manera de llegar a la casa de don Pepe, y en ella sentí lo que fue, no sólo para mí, sino más tarde para todas mis compañeras de infortunio: las madres de los desaparecidos políticos, como un bálsamo para nuestra pena cada vez que acudíamos a Cencos a reunirnos con compañeros de organizaciones solidarias, con las que formamos el Frente Nacional Contra la Represión (FNCR), con cuyas luchas conseguimos la libertad de muchos presos y desaparecidos.

El día en que me enteré de la muerte del ser maravilloso que fue mi entrañable amigo don Pepe, iba a repetir lo que he venido haciendo desde hace ya algún tiempo: no ir al velatorio, no estar cerca del dolor de la familia para no acrecentar la pena que desde hace 35 años se aposentó en mi alma… pero no pude evitar el impulso de ir a estar un rato, aunque fuera, al lado de Luzma, su dulce compañera que siempre me saludaba con la tenue sonrisa de su apacible rostro, y del enorme ejército pacifista de su familia: hijos, nietos, bisnietos, y del otro, el de todos los que gozamos de su amistad, sus colaboradores y sus muchos amigos, todos con el recuerdo vivo de la tranquilidad y de la simpatía que irradiaba aquel ser bondadoso y afable, que en ocasiones me recordaba a mi padre, a quien desde hacía muchos años ya, había perdido.

Aunque pasen muchos años, lo afirmo porque lo he vivido, la tristeza por la pérdida de un ser querido no se extingue. Puede amortiguarse el dolor, pueden hasta quizá dejar de brotar lágrimas, pero la ausencia se siente, su presencia hace falta, la extrañamos, y muy a menudo, (al menos a mí me pasa) soñamos que están cerca, que no se alejan y hasta hablamos con ellos… ¡Bendito sueño que puede acercarlos aunque sea un poco!

Pepe está y estará muy cerca de mucha gente, pero sobre todo muy cerca de los suyos, porque dejó muchísimos recuerdos de su generosidad, de su rectitud, de su pródiga simpatía. Una muestra maravillosa de todo ello fue durante el tiempo en que fue velado, Allí, las lágrimas se secaban con la risa que las chispeantes anécdotas que su ingenio dejó en la memoria de quienes le conocimos, se sucedían una a otra, todas ellas (a lo mejor así lo pensaba él) destinadas a atemperar las penas que nos acongojaban. Sea lo que fuere que él pensara, allí, el dolor que inevitablemente acarrea la muerte, el recuerdo de todo aquello que su ingenio dejó en la memoria de quienes le conocimos, le respetamos y lo quisimos, fue como un maravilloso elixir que apaciguó la pena que nos produjo su ausencia y la de todos los nuestros que se fueron por el camino sin retorno.

No voy a decir como se acostumbra, que descanse en paz, porque estoy segura de que aquel su espíritu bondadoso siempre vivió en “la paz de una buena conciencia”.

Dirigente del Comité ¡Eureka!

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