6/21/2011

Enorme fracaso


José Antonio Crespo


No me refiero exclusivamente a la aprehensión de Jorge Hank Rhon, que al no haber cuidado el debido proceso terminó por caerse, sino a la estrategia general contra el narcotráfico. Cuando termine “el sexenio en que vivimos en peligro” y se haga un balance de la guerra, probablemente los resultados habrán sido pobres, cuando no contraproducentes. Eso depende, desde luego, de cuáles sean los objetivos contra los cuales se haga la evaluación, pues éstos han cambiado a lo largo de estos años en el discurso presidencial. Si se trataba de que “la droga no llegue a tus hijos”, pues el consumo se incrementó. Si era recuperar control territorial por parte del Estado, se ha perdido más.

Si se trataba de debilitar a los cárteles a través de la detención de sus jefes, pues un reflejo de ello sería que se redujeran los delitos (extorsión, secuestros, homicidios, desapariciones); de nada sirve a la sociedad que se “debiliten los cárteles” si eso no se traduce en una reducción significativa del crimen. La violencia se tomó como un costo que habría que pagar, y por ello su incremento se quiso leer como una señal de que “vamos ganando, aunque no parezca”. La reducción de la violencia se convirtió ya en un objetivo en sí mismo, y por ello se presume la disminución de homicidios en Ciudad Juárez como un logro (qué bueno que así sea, pero con el criterio que hasta hace poco se utilizó eso sería señal de que “vamos perdiendo, aunque sí parezca”). Y el Ejército ha perdido confianza y credibilidad. Saldo negativo.

Pero si uno de los propósitos ocultos de la militarización de esta lucha era el incremento de legitimidad y popularidad presidencial (así lo creo), entonces también esa decisión fracasó. No fue así en los primeros años del actual gobierno, pues la política fue aplaudida por la mayoría de ciudadanos y analistas. Pero probablemente nadie le advirtió a Felipe Calderón que esta estrategia le daría popularidad al principio, y después se volvería en su contra, pues el costo político se haría impagable.

Así lo refleja con claridad la encuesta GEA-ISA de mayo de este año. La imagen favorable de Calderón como gobernante cayó del 62% al 37% entre diciembre de 2006 y mayo de este año. Quienes creían que Calderón cumplía con dar más seguridad pasaron del 55% al 30% entre 2007 y ahora. En el mismo lapso, los que creen que tiene capacidad de gobernar caen de 46% a 18%. La aprobación de los operativos militares pasó de un espectacular 88% en 2007 a un más modesto (aunque todavía mayoritario) 53%. Sin embargo, quienes creen que la estrategia está logrando sus objetivos pasó del 66% a un ya no mayoritario 43%. Y también, un 58% no considera que se estén respetando los derechos humanos en esta guerra, mientras que 83% piensa que hay víctimas inocentes. Y quienes creen que van ganando los criminales duplican a quienes conceden la victoria al gobierno federal.

Por otro lado, quienes piensan que las muertes eran evitables de haberse adoptado otra estrategia conforman el 54%, mientras que quienes lo asumen como un costo ineludible son 45%. También, 74% piensa que la guerra está afectando la economía, contraviniendo lo afirmado por Ernesto Cordero en sentido contrario.

De quienes han oído de movilizaciones ciudadanas en protesta por la estrategia de Calderón, y que alcanzan un 62%, el 79% coincide en que se esclarezcan los asesinatos, 76% que se dé fin a la guerra, 85% que se combata corrupción e impunidad, y 84% que se actúe contra el lavado de dinero (estas dos últimas propuestas constituyen en sí mismas una estrategia alternativa a la que ha seguido Calderón).

Éstos son indicadores del impacto que podría estar teniendo el movimiento de Javier Sicilia, el más visible contra la actual estrategia anticrimen. También, 58% piensa que un diálogo del gobierno federal con los movimientos en cuestión lograría modificar la estrategia. Mucho me temo que no será así, pues Felipe Calderón ha dejado bien claro que no dará “ni un paso atrás”. Ha dicho que: “Estamos siempre dispuestos a cambiar lo que no funciona y a mejorar lo que marcha bien para hacer realidad el gran potencial que, sabemos, tiene nuestro querido México” (17 de mayo de 2011). Entonces, ¿por qué no modificar la estrategia en esta última fase? Porque no está considerada como “lo que no funciona”. De cualquier manera, no creo que sea buen negocio para el candidato panista —quien quiera que sea— ofrecer la continuidad de esta estrategia, como ya lo ha hecho Ernesto Cordero quien, como Calderón, no ve más opción que la actual política o la claudicación, como si no hubiera otras alternativas.

cres5501@hotmail.com
@Josjacres.com
Investigador del CIDE


Jugando a la política con la ley
Samuel Schmidt
schmidt@mexico.com

Detuvieron a Jorge Hank Rohn en Tijuana, al zar de los juegos de apuesta en el país y varias partes del mundo, porque al controlar las apuestas a larga distancia ha logrado globalizar esa actividad, la que durante muchos años los gobiernos moralistas del PRI prohibieron y la que moraligenos de la derecha panista han permitido que se expanda como plaga, bastaría ver lo que está sucediendo en Jalisco bajo El Yunque. El personaje ha estado en la mira de los gobernantes panistas pero no han podido con él, pero siguen buscándole por lo menos para el efecto mediático, aunque sea de corto plazo y para impactar elecciones.

El gobierno había telegrafiado su intención de golpear a un ex gobernante priista justamente para influir en las elecciones. Este tipo de maniobra no es nuevo, lo han puesto en marcha cada vez que quieren golpear a alguien a quién le temen. Recordemos el Michoacanzo cuando se detuvo a tres docenas de políticos ligados al PRD de los cuáles tal vez uno queda detenido, con lo que esperaban influir en las elecciones de Michoacán pero no pudieron, en cambio la fracción parlamentaria del PAN se prestó para meter en la cajuela de un carro a un diputado michoacano acusado de narcotraficante, apoyaron darle posesión para que gozara de fuero, y finalmente habiendo perdido el apoyo de su partido, el PRD, el diputado se fugó. Con Hank se intenta golpear a Peña Nieto y tratar de mejorar en las encuestas al candidato del PAN a la gubernatura quién ha hecho una campaña ruinosa, o queda el recurso de golpeando a Peña ayudar al PRD para facilitar la continuidad de la alianza perversa entre la derecha e izquierda corruptas.

Acusar a un ex gobernante es fácil, muchos tienen una gran cola que les pisen, probárselos está un poco más complicado porque son corruptos no estúpidos, y si como muestra queremos un botón, ahí está el exgobernador de Oaxaca denunciado una y otra vez y él tan campante se pasea por la Ciudad de México. Pero si de limpiar de ratas el ambiente se trata, sería buena una barrida donde nos expliquen el origen de las fortunas de los políticos: podríamos empezar por la explicación de la fortuna de Diego Fernández de Ceballos que al parecer pagó decenas de millones de dólares por su liberación; seguiríamos por Francisco Barrio (ex gobernador de Chihuahua), hoy premiado como embajador en Canadá, a quién Patricio Martínez, candidato a la gubernatura, le propuso intercambiar la fortuna que los Martínez hicieron en tres generaciones por la que hicieron los Barrio en cinco años. Roberto Madrazo, ex candidato a la presidencia no toca mal las rancheras, o Napoleón Gómez Urrutia que maneja un sindicato desde Canadá pero se niega a dar cuentas por varios millones de dólares que se esfumaron, y para el caso podríamos hablar de otros líderes sindicales (PEMEX). Pero si en un país de corruptos, donde hay una gran tolerancia a los malos manejos, se detiene a alguien, entonces se trata de persecución política.

Cuándo el gobierno lanzó el balón de prueba de que actuaría para influir en la elección del Estado de México, filtró que iba tras el ex gobernador de Durango y de inmediato ciertas voces priistas (Beltrones) lo conminaron a frenarse, era una bravata preventiva para cubrirle las espaldas a los cómplices.

El golpe de Tijuana estaba encaminado a Atlacomulco (Atraco mucho le dicen), porque está muy documentada la relación de los fuertes intereses de los Hank en varias partes del país y sin duda con el candidato del Estado de México, que por fin lograría llevar a ese poderoso grupo a controlar la presidencia de la república. Está por verse si: La maniobra legal funciona porque ya la defensa de Hank ha empezado a demostrar la ilegalidad del acto y sostienen que las armas fueron plantadas; si la maniobra funciona, hay que ver si la gente en verdad cambia su voto contra Peña porque Hank fue detenido, aunque el PARD (PAN-PRD) ya acusa la asociación. Y todavía existe la posibilidad de que lo tengan que soltar cuando se caiga el caso o se mueva la maquinaria política que obligue a Calderón a negociar.

Calderón sigue escupiendo para arriba, hace un uso faccioso del aparato judicial, intenta influir en las elecciones con maniobras sucias y termina por descalificar a las instituciones de gobierno y a sí mismo.

Siempre se termina negociando. ¿Por qué será que ya no se habla de los hijos de Marta Sahagún o de las corruptelas de Vicente Fox? Tampoco se menciona a Marín (Puebla). La duda es ¿cuánto costará políticamente la liberación de Hank? Esa es la clave..

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