6/23/2011

¿Mal de muchos...?


Rosario Ibarra


Hace algunos días, el lunes 13 de este mes, en la primera plana de un conocido diario, leímos: “Con el PRI hubo masacres y desapariciones”, palabras del señor Calderón, quien se atrevió a añadir: “Desde joven decidí sumarme a una cruzada heroica para derrotarlo”… y justo al lado derecho del encabezado, se leía: “Ayer, 69 asesinatos en el país por la ola criminal. En Chihuahua, Jalisco y la Comarca Lagunera, 42 de los decesos. Matan en la Tarahumara a tres mujeres y dos niños”.

El día 9, en el puesto donde acudo a comprar el periódico, un vecino en el colmo del enojo decía casi a gritos: “¿Pero qué le pasa a este hombre? No se conforma con haber llegado a donde está por un fraude, sino que se burla de los sentimientos de la gente que sufre la pérdida de seres queridos calificándola como ‘un precio a pagar’… que lo pague con los suyos para que sepa lo que se siente”.
En otra página, el mismo día 9 se leía: “Mil 627 desaparecidos en Morelos desde 2007. Ignoran Sedena y PGR invitación del Congreso estatal para aclarar desaparición de joven”. Era una larga nota sobre muchos jóvenes desaparecidos…

Desde hace ya muchos años, mis compañeras del Comité Eureka y yo hemos luchado por la vida y la libertad de nuestros familiares desaparecidos en la época nefasta del echeverrismo y de los que llegaron después. De los años de Díaz Ordaz solamente tenemos denunciado al primero de nuestra larga lista, el maestro Epifanio Avilés Rojas, detenido en Coyuca de Catalán, Guerrero, por el mayor Antonio López Rivera y el general Miguel Bracamontes. Con Luis Echeverría inició una era de terror con su persecución a los jóvenes integrantes de los diversos grupos armados que proliferaron en el país contra el autoritarismo y la ilegalidad de LEA, como apodaban al sátrapa.

Recuerdos tremendamente dolorosos por el sadismo y la crueldad de quienes servían a Echeverría en la ilegal Dirección Federal de Seguridad (Circular de Morelia No. 8), en donde, en testimonios notariados de jóvenes salvajemente torturados por Miguel Nassar Haro y subalternos, se narró lo que sufrieron y de lo que fueron testigos. Documentos valiosos entregados hace muchos años a organizaciones como la ONU… pero que… triste es decirlo, jamás hicieron cosa alguna para enmendar la situación que se vivía (¿mal de muchos…?). Tal vez, pero aquí es necesario decir que mis compañeras y yo, hartas de injusticia, decidimos cambiar las siglas de la famosa ONU, por OGU, o sea Organización de Gobiernos Unidos… y hubo alguna que añadió en tono interrogante: “¿Dios los cría…?” y una frase que no alcancé a comprender, que tenía que ver con la palabra cañón.

En fin, luchamos 36 años contra la sevicia de los malos gobiernos, contra la hipocresía de quienes ocuparon (como hoy) puestos obligados por ley a respetar y hacer respetar las leyes, pero que se pliegan a los designios del poder y del dinero... Y que no nos venga a presumir el actual titular fraudulento del Poder Ejecutivo Federal de que “su gobierno, sostiene, asume el desafío de vencer a la impunidad y someter a criminales” y que deje de repetir mentiras como que “el país avanza sin cesar en la protección de los derechos humanos”… Y que los organismos “creados” para defender los derechos humanos (sobre todo uno que formó un especialista en violarlos), no presuman de que “inicia una nueva etapa en sus trabajos”… que trabajen a favor de las víctimas, de las personas cuyos derechos humanos no son respetados, que se alejen del poder y que se acerquen al derecho, a la justicia y sobre todo… al pueblo.

No saben hurgar en el pasado, en ese negro, oscuro tiempo en el que los malos gobiernos hacían lo que les daba la gana…

¿Cómo vamos a cambiar las cosas si no nos remitimos al pasado siniestro que hizo de la ilegalidad su fuerza? ¿Vamos a seguir creyendo las mentiras de un “Presidente” ilegal, ilegítimo, como creyeron en los que desaparecieron a nuestros familiares y amigos…? ¡Nosotros no!... y la gran mayoría del pueblo tampoco. Es necesario tomar conciencia de lo que pasa. Hay que defenderse de sus negras intenciones… y me refiero a los “unos” y a los “otros”, porque a la hora de la hora se entienden muy bien, si hasta parecen hermanitos siameses.

Es necesario sembrar en el ánimo del pueblo de México que los derechos establecidos en la Constitución son para todos los mexicanos; que tenemos derecho a exigir que se nos respeten; que ahuyentemos la sombra maligna de “las palancas” y “el cuatachismo”; que desterremos esos vicios creados por la infamia y la ilegalidad de los de arriba que se sienten dueños de todo. El Poder (así con mayúscula) es patrimonio del pueblo, de los que trabajan, de quienes generan la riqueza y no de los zánganos que viven a expensas del trabajo de las mayorías. Nosotros no encajamos en ese mal que da nombre a estas líneas y menos en el complemento de la frase “Mal de muchos”…

Dirigente del Comité Eureka

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