7/08/2011

Describen vía crucis de migrantes centroamericanas


Presentan libro sobre violación a sus derechos en Chiapas


Por Gladis Torres Ruiz

México, DF, 7 jul 11 (CIMAC).- “Mujeres migrantes en el Soconusco”, libro que se presenta hoy en la noche, denuncia cómo miles de guatemaltecas, hondureñas y salvadoreñas que habitan en esa región del estado de Chiapas, sobreviven en condiciones precarias, sin respeto a sus derechos laborales, a la salud y a la identidad.

En entrevista con Cimacnoticias, Fabiola de la Chica, una de las autoras del texto, señaló que se trata de una investigación sobre la violación a los derechos a la salud, al trabajo y a la identidad, de las mujeres migrantes centroamericanas.

La investigadora de Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social (Incide-Social) informó que las mujeres que habitan en el Soconusco son migrantes provenientes en su mayoría de Guatemala, le siguen las de Honduras y finalmente El Salvador.

Destacó que la gran parte de estas mujeres tiene entre 18 años y más de habitar en Chiapas. “No son migrantes que están de paso, si no que ya residen en la región. Que vienen huyendo de condiciones de violencia en sus países y familias y llegan a trabajar en busca de mejores condiciones de vida”.

La investigadora precisó que estas mujeres migran solas o con algún familiar también mujer (prima, madre, tía), que les dice que pueden hacerlo a pesar de que es muy peligroso el proceso de cruce, ya que hay mujeres que llegan violadas sexualmente y después de haber padecido una serie de abusos.

Aunque ya tienen tiempo de residir en México las mujeres no han logrado regular su estatus migratorio.

“En las investigaciones realizadas encontramos que son discriminadas al tratar de adquirir su documento migratorio; las migrantes se ven limitadas ante los largos trámites burocráticos que tienen que realizar, además de que son costosos y ellas no cuentan con el poder adquisitivo para realizarlos”, explicó.

Detalló que se entrevistó a unas 75 mujeres; de ellas, menos de la mitad ya tuvieron alguna vez su documento migratorio, pero no lo renovaron, lo dejan vencer porque el renovarlo es un trámite que les cuesta cerca de 2 mil pesos.

“Esto es mucho dinero para ellas. Tan sólo si se acercan al consulado y dicen que no tienen trabajo ya no les dan una forma migratoria por que deducen que no tendrán dinero para terminar el trámite”, abundó Fabiola de la Chica.

La investigadora destacó que hay maneras para que las mujeres pueden acceder al documento sin pagar un costo, pero las autoridades no les informan al respecto o les dicen que lo tramiten por internet, cuando algunas ni leer saben.

“No hay políticas o acciones que realmente respondan a las necesidades de las mujeres migrantes, a lo que se suma que los tramites no son amigables”.

Con ello, su derecho a la identidad está siendo violentado, y no sólo el de ellas, si no el de sus hijas e hijos, ya que hasta hace cerca de tres años las niñas y niños que nacieran en Chiapas no podían ser registrados por una extranjera, tenían que ser registrados por una persona mexicana.

Por eso las mujeres recurrían a sus vecinas mexicanas, amigas o familiares del padre de sus hijos para que les hicieran “el favor de registrarlos”; lo que las colocaba en un gran problema ya que no podían comprobar de manera legal que efectivamente ellas eran las madres de las y los menores de edad.

CONDICIONES LABORALES PRECARIAS

Fabiola de la Chica agregó que la discriminación de identidad jurídica frena el acceso a otros derechos como los laborales, ya que no cuentan con un trabajo digno y buenos salarios por no tener sus documentos en regla.

Precisó que las migrantes trabajan en las fincas cafetaleras, de papaya y mango, mientras que otra parte lo hace en el servicio doméstico y en centros botaneros, como meseras y que muchas de ellas se encuentran en situación de explotación sexual comercial.

Entre los hallazgos de la investigación se encontró que la discriminación inicia desde la contratación, ya que son contratadas sin que se les explique en que consiste su trabajo; y no es hasta cuando están laborando —en el caso de los centros botaneros—, que se dan cuenta que tienen que salir tarde y atender gente.

Una situación similar viven las trabajadoras del hogar que no cuentan con vacaciones ni un salario fijo. “Las trabajadoras migrantes, no tienen derecho a vacaciones ni prestaciones laborales”.

Agregó que la situación para las trabajadoras agrícolas se agrava ya que están expuestas a pesticidas y químicos nocivos para su cuerpo, ya que no cuentan con equipo de protección, lo que las hace victimas de enfermedades en la piel, y respiratorias.

SIN ACCESO A LA SALUD IGUAL QUE LAS MEXICANAS

En este sentido la atención de salud es sólo en el primer nivel, es decir en un consultorio de comunidad. Ahí llegan con enfermedades respiratorias y gastrointestinales, y esperan largas filas para ser atendidas.

Las migrantes no tienen acceso a los programas Oportunidades y Seguro Popular a pesar de que estos servicios no especifican que sean sólo para mexicanas, por lo que las migrantes podrían acceder a ellos.

POBLACIÓN INCIERTA

La región del Soconusco está en la parte baja del estado de Chiapas; se encuentra conformada por ocho municipios. A decir de la investigadora, dependiendo del municipio es el tipo de trabajo que realizan las mujeres.

Así, por ejemplo en el municipio Unión Juárez el clima es cafetalero; en la zona de las playas están los centros botaneros y en las fronterizas con Guatemala destaca la situación de mujeres en condiciones de explotación sexual comercial.

“Mujeres migrantes en el Soconusco” fue realizado por las investigadoras Fabiola de la Chica, Nancy Pérez, Genoveva Roldán, Melissa Vértiz Hernández, Luisa Díaz y el investigador Santiago Martínez y fue presentado esta tarde.

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