10/29/2011

Feminicidio: terror extendido

Más allá de Ciudad Juárez, se producen cada vez más crímenes de odio contra las mujeres

Silmar Jiménez

AmecoPress. El feminicidio no es un problema de un solo país. Las muertes incitadas por el odio a las mujeres por ser mujeres, se extienden como una pandemia hasta alcanzar dimensiones globales. Miles de organizaciones de mujeres, alrededor del mundo, luchan para erradicar el problema. Un ejemplo de ello: El Salvador y Guatemala.

En el marco de la campaña ‘Tu voz cuenta: por un mundo sin violencia contra las mujeres’, Solidaridad Internacional ha organizado una serie de coloquios para dar visibilidad a la lucha contra la violencia de género y por los derechos de las mujeres y niñas; el primero tuvo lugar esta 27 de octubre, en los espacios de la Casa Encendida. En él representantes de grupos de mujeres organizadas de El Salvador y Guatemala contaron su experiencia.

La presentación del coloquio estuvo a cargo de Sandra Johansson, responsable del género en el Área de desarrollo de Solidaridad Internacional quien dijo del feminicidio que es “un problema global con raíces compartidas que no se circunscribe solo a los hombres quienes ejercen la violencia, sino del Estado, ya que el Estado está en la obligación de proteger a las mujeres”.

Se trata de un problema que aqueja a las mujeres de muchos países, en algunos de Latinoamérica se vive como una especie de tara cultural dónde la violencia hacia las mujeres, en todo sentido, ha llegado a adquirir visos de normalidad ya que está arraigado en su cultura patriarcal el colocar a las mujeres en posiciones de inferioridad.

No obstante, “en países como Costa Rica, Chile, Guatemala y México se han promulgado leyes que penalizan la violencia contra la mujer y en la que se tipifica el feminicidio como delito en el código penal, lo cual indica avances legales incipientes donde lo que hace falta es garantizar la aplicación real de las leyes”, afirma Johansson.

Así, las mujeres organizadas de los países latinoamericanos se han abocado a luchar por hacer valer sus derechos y para erradicar los males, un ejemplo de ello son las mujeres de Perú, El Salvador y Guatemala que, aunque tardías, han conseguido reivindicaciones y la promulgación y puesta en marcha de leyes que las protejan de esta enfermedad social que es la violencia contra las mujeres, niños y niñas y no cesan en la lucha sobre todo para que estas actitudes de maltrato dejen de ser ‘normales’ y pasen a ser lo que realmente son: delitos.

El Salvador: 582 asesinatos de mujeres

Silvia Matus, es de El Salvador. Miembra fundadora de la Asociación Las Mélidas, se define como feminista, socióloga y poeta; ha participado en procesos fundamentales para el movimiento de mujeres en el país centroamericano entre los que destaca la elaboración de la ‘Ley de igualdad de oportunidades de El Salvador’, así mismo ha participado en diferentes investigaciones sobre el feminicidio en el Salvador entre las que se encuentra ‘El feminicidio en El Salvador, una forma de violencia y discriminación hacia las mujeres’.

“Los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez nos fueron dieron la pista de que aquí en nuestro país (El Salvador) también estaba sucediendo cosas terribles con las mujeres, ya en el año de 1993, se contabilizaban 193 asesinatos de mujeres, que para final de la década llegaron a 3.081 asesinatos de mujeres en El Salvador, cifra que ha ido creciendo con una constancia de 81 por ciento, en relación con los asesinatos de hombres”, inicia su intervención Matus.

La activista explicó que muchos de esos asesinatos son feminicidios, crímenes de odio hacia las mujeres que a veces son perpetrados por hombres cercanos a las víctimas. La saña es una característica común en estos crímenes, según comenta Matus las muertes más atroces son cometidas por los feminicidas “en una forma de horror y espanto que tiene detrás la misoginia, el odio hacia las mujeres y las relaciones desiguales de poder... En la sociedad salvadoreña la desigualdad está manifestada en la política, en la economía (las mujeres ganamos 20 por ciento menos) y en los indicadores de violencia”.

Explica Matus que para el mes de septiembre se habían registrado en El Salvador 542 muertes de mujeres “de las cuales 70 por ciento, aproximadamente fueron feminicidios”, agrega.

En el Salvador las mujeres organizadas además de llevar un registro de los feminicidios promueven la denuncia y hacen seguimiento a casos que han sido emblemáticos; promueven la atención a mujeres violentadas a fin de que abandones relaciones de pareja agresivas o violentas y en el año 2010 lograron “conquistar” la promulgación de la ‘Ley integral para una vida libre de violencia’ “que conceptualiza la misoginia, la educación laica, el desaprendizaje y se establecen siete formas de violencia: económica, patrimonial, física, psicológica y la violencia feminicida por razones de odio hacia las mujeres y la violencia simbólica que es la que se da a través de los medios de comunicación” explica Matus.

Otra de las labores llevadas a cabo por las organizaciones de mujeres en El Salvador es la de formación de comités municipales en contra de la violencia para apoyar a las víctimas y para que los perpetradores sean debidamente sancionados.

En El salvador se promulgó este año la ‘Ley de igualdad de oportunidades y no discriminación contra las mujeres’ “la cual se logro con mucho esfuerzo y con el apoyo de las parlamentarias es apenas ahora que estamos logrando permear a la sociedad y también a los legisladores y legisladoras, tarea difícil porque las estructuras son patriarcales pero cuando el conservadurismo es hegemonía, lo es más.

Pero la lucha más difícil es contra el Estado, “el Estado que crea un clima de impunidad; retrasa, obstaculiza y crea una asimetría entre la ciudadanía y las instituciones del poder judicial. Además que hay una serie de situaciones que naturalizan esta situación de violencia, tales como la religión que dice: “esta es tu cruz” así como las que culpabilizan a las mujeres por la violencia perpetrada hacia ellas... lo importante es cambiar la cultura denigrante, ir cambiando los patrones ”, afirma Matus.

Guatemala: 510 muertes en lo que va de año

Desde Guatemala se hizo conexión con Cécilia Álvarez, feminista del Grupo guatemalteco de mujeres, comunicadora social con estudios de políticas públicas y delegada en Guatemala de la campaña ‘Punto final a la violencia contra las mujeres’ promovida por Naciones Unidas en varios países de Latinoamérica. Le acompañó Mercedes Barrios quien es dirigente sindical y también participante en la precitada campaña.

Cécilia Álvarez destaca que son varias la organizaciones en Guatemala que trabajan, en conjunto, en contra de la violencia hacia las mujeres un trabajo que tiene 20 años y que representan un reto para los grupos de mujeres guatemaltecos, entre todas han ido construyendo el interés de las instituciones y la sociedad reconociera el problema de la violencia como problema pero más que todo como un problema de seguridad ciudadana.

“Este problema tiene que ver con esas relaciones históricas de desigualdad entre hombres y mujeres que nos pone en situación de desventaja revelar estas causa es difícil ya que culturalmente tenemos enraizada la violencia contra las mujeres lo cual hace que la situación persista legitimando la violencia contra las mujeres”

Pero el problema más grave de Guatemala es que además de la violencia perpetrada en contra de las mujeres, estas son criminalizadas al vincularlas con bandas armadas o de narcotráfico cuando son víctimas de violencia o feminicidios. “Esta criminalización es lo que más nos ha costado desmitificar”, dice Álvarez.

Aún así en 2008 se aprobó la ‘Ley contra el feminicidio y otras formas de violencia en contra de las mujeres’ “que reconoce por primera vez el delito de violencia contra las mujeres como un delito de acción pública, es decir que tiene que ser perseguido por las autoridades aun cuando no exista el testimonio de la mujer agraviada y se reconocen todos los tipos de violencia” afirma.

Esta Ley ha tenido resistencias en Guatemala, y muchos detractores y detractoras, de hecho “y si aunamos a eso la persistencia de los imaginario sociales que legitiman la violencia en contra de las mujeres encontramos una incipiente aplicación de la ley que se refleja en la cantidad de sentencias que se emiten en relación a los casos denunciados ante los operadores de justicia”, comenta la dirigente.

Asimismo la Ley está siendo recurrida, según explica Álvarez tres letrados del departamento de Quetzaltenango presentaron un recurso de inconstitucionalidad contra artículos de la Ley que determinan los delitos de violencia en contra de la mujer, la acción pública y el delito de violencia económica.

“Afortunadamente llevamos a cabo una acción en contra y el 4 de octubre la corte de constitucionalidad, a través de una audiencia pública, emitió dictamen favorable a la desestimación del recurso de inconstitucionalidad, apoyado por el ministerio público, la procuraduría general de la nación y el Ministerio público”.

En Guatemala la situación no es menos grave, en lo que va de año son 510 mujeres han muerto por el simple hecho de ser mujeres, las últimas fueron asesinadas a mansalva, allí también mueren violentamente y son víctimas de los peores maltratos. En este sentido Ciudad Juárez no está sola.

Fotos AmecoPress

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