8/17/2012

INM arresta de manera ilegal a migrante venezolana y a su hija


Por Guadalupe Cruz Jaimes

México, DF, 16 ago 12 (CIMAC).- De manera ilegal, el Instituto Nacional de Migración (INM) arrestó a la venezolana “Sofía” y a su hija mexicana de 11 años de edad, y las mantuvo privadas de su libertad durante seis meses en la estación migratoria Las Agujas, en la delegación Iztapalapa, en esta capital.

El pasado 3 de febrero, “Sofía” y la niña fueron detenidas en un supermercado, en el municipio de Comalapa, estado de Chiapas, luego de que un grupo de migrantes entró al lugar huyendo de agentes del INM.

En 1997 la venezolana llegó al municipio de Comitán, en la misma entidad, con su esposo, originario de esa localidad, donde pocos años después nació su hija “Mayra”.

Hace seis años, la pareja de “Sofía” murió en un accidente mientras trabajaba para la Comisión Federal de Electricidad. Tras el deceso de su cónyuge, decidió dejar Comitán y mudarse con su niña a Comalapa, donde llegó con el propósito de poner una cenaduría.

Fue ahí donde de manera violenta y sin explicación alguna, la agente de migración Alma Delia Nicolás Carrera la detuvo junto con su hija.

“Acababa de recoger a mi hija de la escuela, fuimos a comprar tres latas de chiles chipotles para preparar las cenas que vendo. Y de pronto entró mucha gente corriendo, en ese momento no entendía lo que pasaba”, relató “Sofía” a Cimacnoticias.

“Yo pensé que se trataba de un secuestro, porque no reconocí el uniforme de migración, y la agente jaló a mi hija del brazo y se la quería llevar, pero no la dejé. Cuando me acerqué me preguntó de dónde era, le dije que de Venezuela, pero que tenía 15 años viviendo en México, y me respondió que teníamos que subir (al vehículo del INM)”, abundó.

Delia Nicolás insistió en que la venezolana tenía que subir a la camioneta del INM, de donde minutos antes se había escapado un grupo de migrantes. Para obligarla, la agente subió “a la fuerza” a la niña “con todo y sus libros, vestida con el uniforme de una escuela pública de Chiapas”.

“No me tenían que sacar así de un lugar público, yo no he matado, no he robado. No tenía porque pagar las consecuencias de que se les hayan escapado otras personas”, señaló “Sofía”, indignada.

La mujer y su hija fueron trasladadas a la estación migratoria Cuauhtémoc, en Tuxtla Gutiérrez, capital del estado, donde la misma agente de migración al contrastar los nombres de “Mayra” y su mamá se dio cuenta de que no compartían apellidos, y amenazó a la venezolana con entregar a la niña al DIF.

La mujer, de 48 años, le explicó al personal de la estación migratoria que la niña sólo llevaba los apellidos de su padre debido a que ella no pudo acudir a registrarla porque en ese entonces sufrió un accidente en el que “me partí la pelvis, estuve postrada dos años en cama”.

Las autoridades migratorias le dijeron a “Sofía” que en cuanto les realizaran a ella y a su hija una prueba de ADN para confirmar el parentesco, las dejarían en libertad, pero pasaron seis meses en detención antes de que les practicaran el estudio y les entregaran el resultado.

VÍA CRUCIS

De la estación migratoria en Tuxtla Gutiérrez las llevaron a otra en Comitán, luego a Tapachula, y el pasado 14 de febrero las trasladaron a la estación migratoria Las Agujas, en el DF, donde permanecieron hasta finales de julio.

“Sufrimos mucho allá adentro, no me daban información de cuándo me iban hacer el ADN, sólo me decían: ‘Usted se va en cuanto tenga el ADN’”, recordó la venezolana.

En la estación migratoria “nos trataron de lo peor, nos negaban todo. Un día hice un escándalo porque no dejaban que me pasaran ropa interior para la niña. Nos daban de comer cada cinco horas, pero a mi hija le daba hambre entre comidas y no me dejaban sacar (del comedor) ni una fruta para que ella comiera”.

Después de cinco meses privadas de su libertad, “cambiaron al jurídico (de la estación migratoria) y al fin nos hicieron el estudio”, a los pocos días pudieron abandonar ese lugar “donde nunca nos hablaron de nuestros derechos”, acusó “Sofía”.

Tras el encierro, la angustia continúa porque “nos quedamos en la calle, lo perdí todo: mi local de la cenaduría (donde vendía platillos árabes y venezolanos), se llevaron todas mis cosas. La señora que me rentaba dijo que después de que nos detuvieron, entraron a robar”, dijo la venezolana.

Afortunadamente, “Mayra” no perdió el año escolar porque “unas monjitas le explicaron a la gente de la escuela todo lo que vivimos y la van a pasar de quinto a sexto grado, aunque con bajas calificaciones”, mencionó.

“Sofía” decidió quedarse a vivir en el DF y empezar de nuevo. Una persona le permitió ocupar un cuarto y le dio una cama para que viva ahí con su hija, mientras logra establecerse.

También consiguió un empleo en un restaurante árabe, donde gana 600 pesos a la semana, insuficientes para comprar lo que la niña necesita para iniciar el ciclo escolar. “Necesito ayuda, dinero para comprar sus uniformes, sus zapatos, su mochila, sus libros”, suplicó.

Actualmente “Sofía” tramita su documento migratorio de estancia legal, apoyada por la organización civil Sin Fronteras, y trabaja para reconstruir su vida tras los abusos cometidos por el personal del INM.

Pamela Castro, encargada de la Clínica Jurídica de Documentación Migratoria en Sin Fronteras, explicó a Cimacnoticias que las autoridades violaron la nueva Ley de Migración al mantener a “Sofía” y a su hija en detención durante seis meses, cuando la legislación establece 60 días como máximo para permanecer en una estación migratoria.

Además denunció que la detención de la niña fue ilegal porque es mexicana. El hecho se agrava porque se trata de una menor de edad.

La abogada precisó que el personal del INM violó los derechos de “Mayra” a la libertad de tránsito, al debido proceso y al interés superior de la menor de edad.


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