2/06/2016

Ocho lecturas para globalizar el feminismo


*Proyecto sueco para jóvenes de preparatoria

Leticia Puente Beresford

Nueva York, 25 ene. 16. AmecoPress.- Hablar de mujeres y de la historia del feminismo es hoy un asunto global, no sólo porque al hacerlo se reconoce la participación de todas, sino porque ese interés fortalece por sí mismo a este movimiento por los derechos humanos de las mujeres, siempre en crecimiento.

Así lo afirma Minna Salami, en su artículo de opinión en The Guardian, quien considera la necesidad de que el feminismo sea un tema global, para lo cual recomienda que este año las jóvenes del mundo puedan tener oportunidad de leer a ocho voces, de conocer la obra de ocho escritoras, como lo harán las jóvenes suecas de preparatoria este año en sus escuelas. Esto, como parte de una iniciativa del Lobby de las Mujeres de ese país y la editorial Albert Bonniers.

¿Por qué Suecia? Salami explica que Suecia fue el primer país que rompió techo del cristal del cielo político, al conseguir la representación de 10 por ciento de mujeres en su parlamento en los años 50. Desde entonces ha acumulado muchos otros primeros lugares cuando se trata de igualdad de género.

Los libros

Las suecas seleccionaron el trabajo de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie como un libro de lectura para las jóvenes de 16 años de edad, lo cual es un gran impulso al feminismo, no solo de Suecia sino en el mundo.

Señala Salami que a más de cien años del Primer Congreso Feminista Internacional, celebrado en Buenos Aires, Argentina, en 1910, pasando por las convenciones de México, Nairobi y Pekín, parecía que las voces de las feministas estaban conectadas en todo el mundo, pero eso parece ya no ser verdad, debido a que hoy vivimos una agobiante mentalidad de pueblo, de localismos que impiden ver más allá de los problemas que afectan solo a nuestra comunidad.

No pienso, señala Salami, que tener un punto de vista global sea fácil, ya que las barrera que se presentan por motivos étnicos, de orientación sexual, de clase, muchas veces dificultan ver más allá, más en términos globales y se presentan solo como casos aislados de agresiones, de discriminaciones sin aparente conexión o coincidencia con lo que sucede en otras partes del mundo.

Tampoco creo, dice Salami, que el feminismo no deba tener diferencias regionales. Y eso lo sé bien, afirma, porque escribo para un blog en África.

Todas las situaciones que afectan a las mujeres tienen que ver con una perspectiva global, ya que los sistemas afectan a las mujeres de África, Asia y Latinoamérica, ya sea en aspectos de derechos reproductivos, de fundamentalismo religioso (que cada día crece), en trabajo infantil, pobreza y cambio climático. Y todo esto lo podemos entender solo desde una perspectiva global.

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Eso explica también por qué nos da gusto la inclusión del libro de Adichie, ‘We should All be Feminists’ para las lecturas de las estudiantes de preparatoria. Habla el texto acerca del sexismo en Nigeria, pero está relacionado también con el feminismo sueco.

Todas deberíamos de leer el libro de Adichies, así como innumerables libros feministas provenientes de todo el mundo para expandir y, en consecuencia, fortalecer al movimiento feminista.

Otra de las propuestas es la obra “Sister Out Sider”, de Andre Lorde, quien se autodefine como “negra, lesbiana, mamá, luchadora y poeta”. No son nuestras diferencias las que nos dividen, dice, es nuestra inhabilidad a reconocer y aceptar y celebrar esas diferencias. 

“Sister Out Sider”, es una colección de ensayos que explora la identidad étnica, el sexismo, la homofobia y puede ayudar al feminismo a trascender la forma en que los medios de comunicación tocan estos temas. En Lorde existe una sabiduría inmensa y un compromiso de un feminismo global, señala Salami.

El tercer libro es de Nawal El Saadawi, titulado: ‘Woman at Point Zero’, basado en una historia de una mujer en espera de ser ejecutada en la prisión de El Cairo.

Narra la angustiosa historia de una mujer que creció pobre en Egipto, fue violada sexualmente y casada con un hombre de 65 años de edad cuando jovencita. Este libro enseña la naturaleza viciosa de un patriarcado trastornado, pero también, del despertar del feminismo.

Un libro de Karima Bennoune es otra de las propuestas para la lectura de las jóvenes este año. Se trata de ‘Your Fatwa Does Not Apply Here’, donde aborda cómo hombres y mujeres han enfrentado el fundamentalismo religioso en el Medio Oriente, en el norte de África y Asia del sur, poniendo incluso en riesgo sus propias vidas.

Otro libro similar en la temática lo es el de Mona Eltahawy, ‘Headscarves and Hymens: Why the Middle East needs a sexual revolution’, que revela por qué la visión de género puede aplicar no solo en la revolución árabe, sino en los movimientos de protesta en general.

El sexto libro es de Chandra Talpade Mohantly: ‘Under wester eyes’, que revisa la posibilidad de vislumbrar ensayos acerca de los desafíos y oportunidades del feminismo global.

La séptima recomendación es ‘Why women will save he planet’, que plantea la urgente necesidad de integrar los temas de medio ambiente con los movimientos feministas. Demuestra que los logros de la igualdad de género son vitales para proteger el medio ambiente, del cual todos dependemos. Habla del feminismo de justicia social y justicia del medio ambiente.

Y el octavo libro, de lectura prácticamente obligada, es el de la escritora latinoamericana, nacida en Chile, Gabriela Mistral ‘Madwomen”, Locas mujeres, que son ’retratos hablados’ poemas de mujeres que no responden a la imagen tradicional, a lo que se espera tradicionalmente, de la mujer.
Todas a leer.

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