10/15/2016

Las Kellys, las limpiadoras de hotel, se asocian para luchar por sus derechos


Madrid, 13 oct. 16. AmecoPress. Son limpiadoras de habitaciones de hotel. Sufren una precariedad laboral muy cercana a la explotación y no son valoradas socialmente. Por ello, unas 2000 empleadas en la limpieza de hoteles y pisos de siete ciudades del Estado español se han unido para crear Las Kellys -acrónimo de “las que limpian”-, una asociación para defender sus derechos. Aunque comenzó su andadura en marzo, ‘Las Kellys’ se presentó de manera oficial este 11 de octubre en Barcelona.


Con grupos constituidos en Barcelona, Benidorm, Cádiz, Fuerteventura, Lanzarote, Mallorca y Madrid, Las Kellys se definen como una asociación autónoma de camareras de piso, que funciona de forma autoorganizada y mediante el apoyo mutuo. Piden para el sector la reducción de la edad de la jubilación, la garantía de los derechos laborales de las embarazadas, la conciliación del trabajo con la vida familiar y los mismos derechos para todas las obreras, sean contratadas en prácticas, eventuales, indefinidas o fijas discontinuas. También reclaman que se les aplique el convenio de hostelería.


Y es que su situación es absolutamente precaria. Las camareras de piso denuncian sueldos de 2,5 euros por habitación que limpian. Las Kelly calculan que hay 400.000 camareras de piso en España, la mitad fuera de convenio. Su perfil es el de mujeres con cargas familiares, inmigrantes y “con mucho miedo”.
La asociación lleva meses realizando acciones de denuncia, movilizaciones, y de difusión de la situación laboral y social de las camareras de piso, y va a seguir haciendo visibles los problemas que padecen las trabajadoras del sector, reivindicando sus derechos y presionando a las administraciones, a las patronales y a las centrales sindicales; para resolver estos problemas y mejorar las condiciones laborales, y por tanto, de calidad de vida.

Las camareras de piso es un colectivo muy diverso. En este sentido, la presidenta, Myriam Barros aclara que “no somos la marca blanca de ningún sindicato”. Parte de las portavoces que tomaron la palabra durante la presentación pertenecen a algunos sindicatos, tanto mayoritarios como minoritarios. En este sentido, Barros ha recalcado que “para todo lo que sea la defensa de nuestros derechos, cualquier sindicato nos tendrá al lado; si nos fallan, nos tendrán enfrente”.
Otro punto fundamental en sus reclamaciones es el reconocimiento de las enfermedades profesionales: hernias de disco, lumbalgias o ciática, entre otras. “Es a nosotras a quienes nos duele la espalda, tenemos voz”, denunció la portavoz en Benidorm, Yolanda García. La portavoz en Mallorca, Encarnación Sánchez, resaltó que “sufrimos todo tipo de lesiones, y a menudo, coger la baja representa un despido. Esto nos obliga a automedicarnos”.
En este sentido, la presidenta de la Asociación Las Kellys, Myriam Barros reclamó que “los estudios ergonómicos se hagan, que se hagan bien, y que se cumplan”, ya que son la herramienta que sirve para la prevención de sobrecargas de trabajo y por lo tanto de lesiones. Y recalcó: “no puede ser que el propio hotel sea quien contrate el estudio ergonómico”.

En la página web de la asociación figuran testimonios como el de Rosmery, inmigrante, residente en Barcelona y camarera de piso hasta que tuvo que renunciar al empleo. “Nunca más trabajaré como camarera de piso”, concluye de la experiencia. “Siempre he trabajado para empresas externas y eso ha empeorado mi salud”, afirma. Soportaba los ritmos de trabajo “insostenibles” por sus hijos, hasta que comenzó a sentir dolores en el brazo. Intentó entonces adaptar la posición corporal a las tareas del hotel, pero las molestias continuaban. Con el tiempo, la lesión se ha convertido en permanente: desgarros en el hombro y en el codo, y un brazo que ya no volverá a la situación anterior. A la trabajadora se le concedió la baja médica, y de inmediato le llegó la comunicación del despido. “Nunca recibí de la empresa la indemnización pertinente”, relataba en una carta publicada el pasado 23 de julio. Rosemary añade que la mutua le notificó que iba a otorgarle el alta médica (“contradiciendo a mi médico de cabecera”), lo que impediría el reconocimiento de la incapacidad laboral. La trabajadora ha contado con el apoyo de Las Kellys de Barcelona y de la Plataforma contra els Abusos del ICAM (Institut Català d’Avaluacions Mèdiques de l’Institut de Catalunya). 
Desde marzo de este año, la Asociación Las Kellys ha interpuesto más de 30 denuncias en Inspección de Trabajo a cadenas hoteleras y empresas externas, por incumplimiento del convenio; más de 15 denuncias en los juzgados a cadenas hoteleras y empresas externas por vulnerar los derechos laborales e incumplir la ley. También ha llevado a cabo una docena de movilizaciones de protesta en hoteles que acumulan denuncias; y se ha reunido con Inspección de Trabajo, para más actuaciones de oficio. La Asociación seguirá con la línea de interponer denuncias, de presionar para incluir mejoras en los convenios, y de fomentar y promocionar formación sobre derechos laborales.

Foto: archivo AmecoPress, tomadas de la web de Las Kellys; 

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