Pero este ingrediente del desmadre nacional no traerá como consecuencia la producción de un litro más de gasolina en el país. La refinería cuya construcción anunció el panista Felipe Calderón y para la que embarcó al gobierno de Hidalgo en la adquisición de un terreno, fue detenida por él mismo, seguido de Peña, antes de terminar el levantamiento de la barda perimetral. Mas el país destina a la compra foránea de ese combustible unos 15 mil millones de dólares anuales sin que nadie en el gobierno se preocupe por construir industria, generar empleos, obtener beneficios. Nada. Lo único que se busca es que el esquema de mercado se apegue a un manual práctico del perfecto neoliberal, cuyo programa social consiste en valerle madre la sociedad.
¿Por qué se escogió este momento para “liberar” precios de gasolinas? El país tiene ya una presión inflacionaria con el proceso devaluatorio de la moneda y el aumento del rédito. Pero al parecer esto no es suficiente para profundizar el desmadre, sino que se requieren más elementos de disturbio. Al parecer, las cosas no van a parar aquí, sino que se van a proyectar durante los próximos dos años, luego de los cuales tendremos que hacer el inventario completo de daños.