3/19/2018

La izquierda anti AMLO




Hernán Gómez Bruera,
López Obrador es hoy el único político capaz de enarbolar una agenda de centro-izquierda con cierta credibilidad
Cuando se antoja más clara que nunca la posibilidad de que López Obrador gane las elecciones presidenciales y con él llegue al poder un gobierno de centro-izquierda, llama la atención que un sector de la izquierda en México —o de gente que cree estar ubicada en ese espectro— piense votar por un político panista.
En este grupo —más numeroso de lo que dicta la lógica— no solamente habita un PRD que tan sólo apuesta a la supervivencia. También algunos cuadros y activistas sociales, así como intelectuales públicos que se identifican con el progresismo y hoy coquetean con el frentismo (ilusionados quizás en que bajo un gobierno de coalición estarían llamados a ocupar un lugar que AMLO no ha sabido ofrecerles y Anaya está más cerca de prometerles).
A varios les he preguntado qué es lo que les hace preferir a un candidato panista por encima de AMLO. La mayor parte ha respondido con una larga lista de críticas a López Obrador, casi todas ya conocidas, algunas probablemente ciertas: que si sus ocurrencias y sus desatinos, que si conservadurismo en ciertos temas, que si su agenda es una vuelta a los setenta o no representa lo para ellos es una “izquierda moderna”.
Más allá de ser “inteligente” y “prometedor”, pocos citan razones de peso para preferir a Anaya desde la izquierda, salvo el hecho de no incorporar las agendas específicas de ciertos grupos y organizaciones. Lo que en el fondo los mueve es un rechazo visceral, por momentos elitista, frente a López Obrador. Rechazo a su manera “poco articulada de expresarse”, dicen unos, a su falta de sofisticación intelectual, alegan otros. En cambio, Anaya los seduce por su frescura, su manera de hablar, sus idiomas y sus posgrados.
Dentro de los más informados un argumento es que Anaya es “un liberal progresista” (en lo personal, hay que subrayar). Una postura que se expresa en temas como la despenalización de las drogas, el matrimonio gay o el aborto. Algunos intelectuales sostienen que al hablar con Anaya se han convencido de que su apertura a esta agenda es genuina. Y aunque probablemente lo sea, estas no son ni serán las posiciones de su partido ni ocuparían un lugar central en un remoto gobierno frentista.
En los temas centrales de la izquierda —el combate a las desigualdades— Anaya no tiene con qué. Por eso ha adoptado una propuesta de Ingreso Básico Universal (IBU) (http://eluni.mx/2APEk4V) que, a pesar de ser deseable, es electorera, totalmente artificial entre los suyos y no tiene otro objetivo que rebasar discursivamente a la izquierda y atraer a sus simpatizantes. La propuesta, además, no incluye una reforma fiscal que la haga viable y le dé un carácter genuinamente distributivo que es lo que haría de la renta básica una propuesta progresista. Recordemos que el propio panismo estuvo en contra de la pensión universal para adultos mayores cuando la propuso López Obrador como jefe de Gobierno y el año pasado votaron contra la renta básica cuando se planteó su incorporación en la Constitución de la Ciudad de México.
Claro que Anaya tiene virtudes. Como me han dicho algunos investigadores del CIDE, es un político “listísimo”, “que asume riesgos” y “supo romper en los hechos con el grupo de Peña Nieto y de Felipe Calderón en un tema tan relevante como es el control político de la justicia”. No cabe duda que Anaya es un excelente candidato, sí, pero para enarbolar el surgimiento de una nueva derecha (¡la derecha liberal que necesita el país!). Para los temas que hacen la izquierda, Anaya representa la continuidad, no el cambio.

Con todos sus defectos —y le veo varios— AMLO es hoy el único político capaz de enarbolar una agenda de centro-izquierda con cierta credibilidad, conducir un gobierno guiado por una noción mínima de justicia social, hablarle al pueblo llano (aunque sea de forma lenta y “desarticulada”) y —mal que bien— representar los intereses populares tan largamente postergados.

Profesor-investigador del Instituto

Mora. @hernangomezb

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