Duarte y Borge, como Anaya, ascendieron con velocidad en las filas de su partido pero sus carreras se eclipsaron rápidamente por sospechas de corrupción e investigaciones judiciales
En su artículo “Ricardo Anaya, la traición como método” el periodista Wilbert Torre destaca que unos días antes del tercer y último debate presidencial y a dos semanas de las elecciones, Anaya enfrenta otra acusación, “un signo constante en su breve, pero intensa biografía política”.
Además, señala que la posición que tiene el aspirante presidencial de la alianza “Por México al frente” en las preferencias electorales, es reflejo de que en solo cinco años dividió al PAN.
“En campaña, el candidato panista ha procurado presentarse como la versión mexicana de Justin Trudeau o de Emmanuel Macron: joven, progresista, atento al centro político y respetuoso de las instituciones”, sin embargo, subraya el Times, está más cerca de parecerse a los exgobernadores Javier Duarte y Roberto Borge, acusados de corrupción.
“Asediado por acusaciones de corrupción y sin poder encontrar un equilibrio entre el discurso populista de López Obrador y el perfil tecnócrata de José Antonio Meade, hasta ahora Anaya parece acercarse más bien a los jóvenes políticos del México del siglo XXI que, como los exgobernadores Javier Duarte y Roberto Borge, ascendieron con velocidad en las filas de sus partidos, pero cuyas carreras se eclipsaron rápidamente por sospechas de corrupción e investigaciones judiciales”, dice el artículo.
El rotativo señala que al seguir la trayectoria de Anaya es posible asociarlo a una nueva estirpe de políticos jóvenes en el México contemporáneo con una ideología más moldeable que sus predecesores.
“Estos nuevos políticos son más preparados académicamente, pero tienen menos contacto con la calle y el ciudadano, y suelen ser más pragmáticos a la hora de trabar alianzas con movimientos o partidos que en el pasado eran sus antagonistas”, anota el periodista.
Quizá por ello, añade, “afianzó una singular alianza entre el PAN, conservador y derechista, con Movimiento Ciudadano, fundado por un expriista, y las ruinas del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD)”.
El periodista destaca también la relación que ha tenido Anaya con el gobierno de Enrique Peña Nieto, primero como aliado y después como enemigo declarado al que acusa de usar a las instituciones en su contra.
“Anaya ha denunciado al gobierno del presidente Peña de espiarlo. Sus temores no son del todo infundados si se atienden las dos etapas que ha vivido el panista en los últimos cinco años: la primera parte como aliado del presidente Enrique Peña Nieto y la segunda como enemigo conjurado del priismo.
“En la política mexicana —inundada de corrupción, trampas y conductas poco fiables—, suele otorgarse un alto valor a la ‘palabra entre damas y caballeros’. Es por ello que romper acuerdos y alianzas es un mecanismo de alto riesgo. Y Ricardo Anaya lo ha hecho con destreza”, destaca el periodista.
Torres destaca que conforme se acerca el 1 de julio, Anaya “sigue perdiendo preferencia en las intenciones de voto y se encuentra combatiendo dos frentes de guerra pues el gobierno de Enrique Peña Nieto lo acusa de desconocer acuerdos y un sector del panismo de fragmentar al partido.
“Con Anaya no nos sentaremos ni a beber un vaso de agua”, le dijo al periodista del Times Eduardo del Río, a cargo de la comunicación social del candidato priista, José Antonio Meade.
“El PRIAN [como López Obrador bautizó a la alianza histórica entre el PRI y el PAN]construyó un buen modelo económico en los últimos treinta años y ahora está muerto. Lo mató Anaya”, le dijo.
A unas semanas de la elección, estancado en el segundo lugar, Torres dibuja así al candidato panista:
“Anaya luce acorralado por las acusaciones del gobierno de Peña Nieto y por su incapacidad de presentarse como el candidato del cambio (López Obrador) o el de la continuidad (Meade).
“Parecería que Ricardo Anaya ha optado por la ardua y no siempre redituable vía de entablar acuerdos para luego romperlos. ¿Cómo confiar el futuro del país en un político cuya carrera ha sido impulsada por intereses políticos y a través de pactos y traiciones?”, remata el periodista.