10/10/2018

México SA : Carlos Fernández-Vega


Reservas petroleras: cuento de hadas
Precios de la canasta básica, a galope


Petróleos Mexicanos (Pemex) anunció ayer el descubrimiento de siete yacimientos, “ubicados con dos pozos de las cuencas del Sureste, denominados Manik-101A y Mulach-1, con los cuales se espera incorporar más de 180 millones de barriles de crudo equivalente a las reservas 3P (probadas, probables y posibles) de México”.
Parece buena noticia, pero algo falla en todo esto y a la hora de la verdad, porque cada vez que la ex paraestatal, el director general en turno, el secretario de Energía o, de plano, el inquilino de Los Pinos anuncian grandes hallazgos petroleros, en los hechos descienden las reservas de hidrocarburos.
De lo anterior se dio cuenta días atrás en este espacio, las reservas mexicanas de petróleo crudo equivalente (probadas, probables y posibles, conocidas como 3P) registraron un desplome de 43 por ciento, al pasar de 44 mil 530 millones de barriles en 2012 a 25 mil 467 millones en 2017. Al mismo tiempo, la tasa de restitución de reservas probadas pasó de 10 años en 2012 a ocho en 2017, de 28 a ocho en el caso de las probables, y de 90 a nueve en el de las posibles (cifras de Pemex utilizadas por Enrique Peña Nieto en la estadística de su sexto Informe de gobierno).
Y como recordamos en esa ocasión, antes del anuncio de ayer, por la ahora empresa productiva del Estado, cuando menos en tres ocasiones cercanas se festejaron grandes hallazgos que incrementarían sustancialmente las reservas 3P, por mucho que en los hechos éstas muestran una caída en picada.
El 29 de agosto de 2012, a escasas semanas de abandonar Los Pinos, Felipe Calderón presumió el primer gran hallazgo de un sistema petrolero en aguas profundas del Golfo de México, con un potencial de producir de 4 mil a 10 mil millones de barriles de petróleo crudo. De confirmarse, el potencial de todo el sistema podría aportar reservas probadas, probables y posibles (3P) de 42 mil millones a 55 mil millones de barriles.
El 10 de junio de 2015, el entonces director general de Pemex, Emilio Lozoya, dio a conocer el “descubrimiento de cuatro nuevos yacimientos petroleros (pozos Esam-1, Cheek-1, Batsi-1 y Xikin-1) que pueden contar con reservas de 350 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, el mayor hallazgo de hidrocarburos en los pasados cinco años. Se calcula una producción incremental de al menos 200 mil barriles diarios de petróleo crudo y 170 millones de pies cúbicos diarios de gas. Con los descubrimientos realizados se podrá revertir la tendencia decreciente que se venía registrando en las reservas y la producción de la empresa productiva del Estado”.
En noviembre de 2017, Peña Nieto dio a conocer “el hallazgo del pozo Ixachi-1, yacimiento de petróleo y gas asociado en campos terrestres que Petróleos Mexicanos descubrió cerca de Cosamaloapan, Veracruz. Es el más importante en 15 años. Estudios iniciales indican que tiene un volumen original de más de mil 500 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, que podrían representar reservas totales (3P) de alrededor de 350 millones de barriles; la extracción se iniciaría en poco tiempo y con bajos costos”.
¿Qué sucedió con los grandes hallazgos? Fácil: se desplomaron (43 por ciento) las reservas de petróleo crudo equivalente, sin considerar la caída libre en producción, refinación, etcétera, etcétera.
Ahora sale el director en turno de Pemex, Carlos Treviño, a presumir nuevos yacimientos petroleros, y lo hace a escasas semanas de concluir el gobierno peñanietista. Entonces, ¿cuento de hadas o algún día México incrementará sus reservas?
Las rebanadas del pastel
Y para documentar nuestro optimismo (Monsiváis dixit), en agosto la inflación creció 5.02 por ciento a tasa anual y la correspondiente a la canasta básica (la de mayor consumo en el país) 8.14. Los precios de los energéticos se mantienen como el acicate de la carestía.
Twitter: @cafevega

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