8/27/2019

PRD, un cadáver en venta

Sus jefes ya vendieron hasta las siglas y están repartidas desde ahora las plurinominales de las elecciones de 2021


El PRD es ya un cadáver. Su muerte fue decretada por quienes han puesto a la venta sus despojos para, paradójicamente, dar vida a una formación que integran exactamente los mismos que lo mataron: Fu-turo 21.

“(El PRD) está dispuesto a poner al servicio de la sociedad y de los distintos actores políticos del país su registro para conformar una fuerza política que lo trascienda, así como a las demás organizaciones por separado”, proclama el documento de la Asam-blea Nacional de Futuro 21, el sábado 24.

La frase no da lugar a equívocos: A 30 años de su fundación y repu-diado por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y Andrés Ma-nuel López Obrador, el PRD ha muerto. En medio del funeral, más que el festejo por la nueva formación polí-tica, la dirección colectiva de lo que queda de este partido que dice tener un millón 300 mil afiliados, pretendió algo de decoro: “El PRD no desaparece”.

Demasiado tarde: Sus jefes ya vendieron hasta las siglas y están re-partidas desde ahora las candidaturas plurinominales de las eleccio-nes de 2021, de ahí el nombre del membrete que se propone ser el “contrapeso” al proyecto de López Obrador, aunque sus principales figuras no arrastran multitudes.

Salvo Miguel Ángel Mancera, quien en 2012 llegó a la jefatura de gobierno al amparo de López Obrador y Marcelo Ebrard –a los que después traicionó–, los principales promotores de Futuro 21nunca han ganado nada.

Al frente de Futuro 21 se encuentran Jesús Ortega y Jesús Zambrano, los famosos Chuchos, que jamás han ganado una sola elección –bueno, sí, “planchazos” en el PRD–, algo que tampoco ostentan en sus vitrinas los expriistas Beatriz Pagés y José Narro, menos aún Gabriel Quadri, guiñapo de Elba Esther Gordillo, y Rubén Aguilar, consejero de Vicente Fox, Ricardo Anaya y Rubén Moreira.

Salvo que los grandes figurones de Futuro 21 estén agazapados y aparezcan en las plurinominales, sus animadores son de la talla de Purificación Carpinteyro, Fernando Belaunzarán, Ricardo Pascoe, Guadalupe Acosta y otros residuos del PRD, así como personajes de partidos que se quedaron en proyectos por falta de apoyo popular, como Vamos y Cambiemos.

Quizá la oferta de Futuro 21 a los mexicanos no sea sus personali-dades, sino su discurso ante la “restauración autoritaria” que representan de López Obrador y Morena y porque “no hay democracia sin partidos políticos representativos, sin el respeto a la oposición y sin contrapesos de poderes”. Si hay quien les compra que están en peligro las instituciones republicanas, el pacto federal, el equilibrio entre poderes, la pluralidad y la democracia ante un régimen presidencial centralista, unipersonal y autoritario, ya la hicieron. Los perredistas y sus aliados no sólo están en su derecho de generar Futuro 21, sino que pueden ser útiles si son capaces de generar propuestas de política pública contra la desigualdad y la corrupción, por ejemplo, a lo que han estado ligados y por lo que fueron repudiados por los electores. 


POR ÁLVARO DELGADO

ALVARO.DELGADO@PROCESO.COM.MX

@ALVARO_DELGADO

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