Pedro Echeverría V.
1. Luego mi cabezota no sirve para recordar. Olvidé que desde hace más de tres o cinco mil años, el Estado, los gobiernos, el ejército, las armas, las leyes, las cárceles, los abogados, todo, fue creado por la clase dominante, por los grandes propietarios, por los ricos, y ¿saben para qué? Para someter, perseguir, encarcelar, asesinar, a los miserables oprimidos por robarse una gallina o una cartera. Así ha sido por miles de años y sólo se acabará cuando destruyamos la sociedad, el Estado y la clase social que lo ha dominado. Entre tanto seguiremos viendo que los ricos, empresarios y políticos, siguen saqueando, acumulando riquezas que con violencia arrebatan a la sociedad.
2. Los que han dominado toda la vida condenan la violencia y les sangra la boca hablando de paz; han condenado la violencia porque temen por ese método que siempre usan para apropiarse de las riquezas que crean los trabajadores. Ellos quieren vivir en paz mientras gozan con sus hijos, su familia, de las enormes riquezas que acumulan. Por ello hace milenios crearon el Estado, el ejército y todo el aparato de la violencia para amenazar cuando la población sale a las calles para exigir lo que les pertenece. Los gobiernos, como todos, siempre amenazan con cárcel a los pobres para que no pongan nerviosos a los ricos. ¡Por ello se busca silenciar la lucha de clases!
3. En México –supongo que en todo el mundo- desde hace milenios, las cárceles fueron construidas para encerrar a los pobres calificándolos de delincuentes, de malhechores, de “lo peor de la sociedad”. Por el contrario, desde hace milenios, los grandes empresarios y políticos ricos, se les da la categoría de los grandes señores, ilustres, aunque sean los delincuentes opresores y asesinos más destacados. Incluso a éstos se les da premios por los gobiernos y se les erige monumentos. Nunca en la vida he sabido que se premie a un trabajador, pero sé que más de diez banqueros o millonarios y 50 políticos han premiados por los gobiernos.
4. La realidad es de imbéciles lloriquear porque los gobiernos de ricos premian a sus iguales, compinches. Recuerdo hace unos 50 años que algunos tontos, medios oportunistas, pedían que el nombre de Ricardo Flores Magón –el más grande luchador y anarquista de México- sea inscrito “con letras de oro” en el parlamento. Los anarquistas se burlaron del gobierno diciéndole que quería “lavarse la cara” con ello, porque Flores Magón combatió contra la revolución mexicana burguesa y como anarquista no permitiría una cosa de éstas. Sería para él una ofensa ser homenajeado por la burguesía que era su enemiga a muerte. Sería como una mentada de madre.
5. Habría que exigir al presidente AMLO que deje se perseguir a los llamados delincuentes que, para vivir junto a su familia, tienen que acudir a diversos métodos para alcanzar qué comer. Los verdaderos delincuentes, los que deberían sustituir a los 250 mil pobres que están en prisión, comienzan con Slim y todos los multimillonarios de la “lista de Forbes”; los últimos cinco expresidentes con vida integrando a todos sus gabinetes; a todos los multimillonarios como Salinas Pliego y Larrea. ¿Cuántos millones han acumulados funcionarios que cobran cientos de miles de pesos al mes, mientras los trabajadores no alcanzan ni el cinco por ciento de sus salarios? ¡Basta ya de perseguir a los pobres! (3/I/23)
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