Escrito por Diana Hernández Gómez
Fotografía: Twitter @FCBfemeni
El pasado 22 de enero, el equipo femenil del Barcelona se llevó la Supercopa de España Femenina 2023. Su ceremonia de entrega de premios y medallas fue muy distinta a la de sus compañeros varones, quienes ganaron la Supercopa masculina el mismo mes. Las jugadoras expresan que esto es normal para ellas; aun así, esto evidencia brechas de género en el mundo futbolístico que están presentes de múltiples formas tanto en los torneos internacionales como en las ligas locales.
En estos días se ha hecho viral el video de parte de la ceremonia de premiación de la Supercopa de España Femenina 2023. En él se observa a las jugadoras recogiendo sus propias medallas de una mesa y colocándoselas entre sí, sin que ninguna autoridad deportiva se las entregue, como suele suceder en este tipo de torneos.
Muchas personas se han mostrado indignadas al comparar esta ceremonia de premiación con la del final del torneo de la Supercopa Masculina. En él, el presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), Luis Rubiales Béjar, se encargó de colgar las medallas a los jugadores varones en el cuello luego de que éstos saludaran a diversos representantes árabes.
De acuerdo con el diario El País, el cuerpo directivo del equipo femenil del Barcelona ha afirmado que estas comparaciones están fuera de lugar. También, que esto no debe considerarse una señal de desprecio contra las jugadoras. Ellas, por su parte, han dicho que quizá fue una ceremonia “cutre”, pero que no se dieron cuenta porque es a lo que están acostumbradas.
Cabe destacar que sí hubo una ceremonia de premiación para las jugadoras no obstante la forma tan llana en la que recibieron sus medallas. Así como en la premiación masculina, el presidente de la RFEF entregó la copa a la capitana del equipo y al segundo lugar, y saludó al resto de las jugadoras y al resto del equipo asistente.
Sin embargo, a diferencia de lo sucedido en el torneo masculino fueron las jugadoras quienes tuvieron que subir al palco a saludar a los representantes institucionales, entre ellos Luis Rubiales y el entrenador de la selección española, Jorge Vilda Rodríguez. Al observar el video, es inevitable pensar en una estructura jerárquica donde las mujeres continúan estando en una posición inferior a la de las autoridades patriarcales.
Tras la polémica desatada por estas impresiones, la RFEF declaró que el evento se realizó de esta forma porque eran muchos representantes (ocho, dos personas menos que las que estuvieron en el palco durante la Supercopa Masculina 2023) y era complicado que todos bajaran del palco a la cancha. No fue complicado, sin embargo, que hicieran subir y bajar el mismo trayecto a las jugadoras.
Independientemente de estas apreciaciones y argumentos, la ceremonia no es más que una expresión simbólica de algo que ha quedado comprobado en diversas ocasiones: el futbol es una cuestión eminentemente masculina en la que los varones se llevan muchas más ganancias que las mujeres.
La desigualdad y la estructura patriarcal en el futbol
Más allá de las acciones simbólicas, en el futbol hay diversas brechas de género bien identificables. Una de ellas es la brecha salarial. Para ejemplificarla, recordemos la Copa Mundial Femenina de Futbol del 2019 celebrada en Lyon, Francia.
El equipo estadounidense, que resultó ganador en aquella ocasión, se llevó un premio de cerca de 4 millones de dólares. Un año antes, en el mundial masculino de 2018, la selección francesa se llevó un premio económico de 38 millones de dólares. Las mujeres recibieron la sexta parte de las ganancias de sus colegas hombres.
Las cosas no se han transformado mucho en el presente. Apenas el año pasado, los jugadores del mundial masculino se repartieron premios que sumaron un total de 440 millones de dólares, mientras que ellas recibirán 60 millones de dólares por su participación en el mundial femenil que se llevará a cabo este 2023.
Uno de los “argumentos” de las directivas futbolísticas para justificar este trato desigual es el mito de que los torneos femeniles no generan la misma ganancia que los partidos entre hombres. ¿Y cómo, si tan solo en México, los boletos para ver partidos de la Liga MX Femenil se regalan en lugar de ponerles un precio justo para ellas?
Este desinterés hacia el futbol femenil es evidente desde diferentes ángulos, incluyendo también a la esfera política. Y la imagen de los personajes que se pararon en el podio de la final de Qatar 2023 dice mucho al respecto.
Tras el partido entre Francia y Argentina, el presidente francés Emmanuel Macron y el multimillonario emir Tamim ben Hamad Al Thani (dueño del equipo donde actualmente juega Lionel Messi) subieron al podio a entregar sus premios a los campeones y subcampeones. El empresario y el político tienen una buena relación, e incluso se han reunido para tratar asuntos diplomáticos como el visado en sus respectivos países. Sin embargo, la presencia de Tamim ben Hamad Al Thani levantó sospechas sobre la supuesta compra del campeonato para Messi y su equipo.
En el campo de futbol, los intereses políticos, económicos y personales también dominan la balanza. Y, aunque el peso no esté del lado de las mujeres, jugadoras como las de Estados Unidos siguen realizando esfuerzos día con día para transformar esa situación.
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