3/25/2011

Los periodistas pal cafe......


Las propuestas de uniformidad periodística que bajo la batuta de Televisa se dieron a conocer ayer, como parte del proyecto mayor denominado Iniciativa México, embonan en tiempo y forma con la necesidad del gobierno calderonista de diluir la percepción social de violencia descontrolada y abusos de poder conforme se acerca el retén enigmático de las elecciones de 2012.
La instauración fastuosa de lo orwelliano sucedió durante una asamblea de notables empresarios del periodismo que creen llegado el momento de cerrar planas, bocinas y pantallas a una parte de lo que con estridencia y desbordamiento sucede en todo el país a causa de una guerra decidida a sus puras pistolas por un impugnado personaje, llegado de mala forma a la cúspide del poder nacional, que se ha equivocado de manera grave en el manejo de sus responsabilidades.
La deslumbrante conformación del Ministerio de la Verdad pretende reducir a términos policiacos suavizados, de aséptico manejo de nota roja, lo que en realidad es un proceso de descomposición del aparato estatal, de sus instituciones, de su clase gobernante y de los aliados y beneficiarios de ese régimen, entre ellos algunos de los firmantes de las pomposas declaraciones correspondientes al Nuevo Periodismo Amordazado (haces públicos los boletines oficiales y te vas), al que prefiere escandalizarse por los aspectos judiciales y gráficos del baño nacional de sangre y no juzgar ni analizar el conjunto, mucho menos la muy importante porción de responsabilidad que corresponde a quienes desataron los horrores actuales y ahora desean meterlos al clóset informativo mientras pasan las elecciones presidenciales.
La versión local del periodismo patriótico, que durante el bushismo abdicó de sus funciones para cerrar los ojos y matizar información que pudiera afectar al magno propósito de la invasión a Irak, es una respuesta inequívoca a las constantes incitaciones del comandante Calderón para que los espacios periodísticos se acojan a los protocolos deseados por el Ejército, la Marina y la Policía Federal, es decir, a un reduccionismo bélico que coloca a la población en campos tajantes de buenos y malos conforme a la visión de la autoridad ejecutora, a una derogación práctica del ejercicio informativo en razón de los intereses superiores de un gobierno así favorecido y de una guerra cada vez más repudiada y fracasada (pero que, justamente en esa etapa crítica, ha implantado una política de exterminio en caliente de quienes son o parecen narcotraficantes a juicio sumario de jefes militares como el retadoramente sincero general Villa, que en todo caso ha dicho con imprudencia lo que es una directriz silenciosa).
La adaptación de 1984 tiene, por lo demás, como destino 2012. George Orwell convertido en promotor del voto panista pues, como se ha publicado en estos días en diversas columnas periodísticas, uno de los objetivos del rediseño político de Los Pinos rumbo a los comicios venideros es el de reducir la apreciación colectiva del caos sangriento, disminuir la visibilidad del tiradero criminal, fomentar la creencia de que las cosas marchan mejor, o cuando menos no peor, a partir del ocultamiento o el adelgazamiento informativo de hechos duros y crudos.
La polarización llevada ahora al terreno periodístico agrega riesgo a los medios que no se alinearon con la mencionada Iniciativa México, colocándolos en una zona de presunta exclusión a partir de su rebeldía y exponiéndolos a acciones y reacciones de origen que puede ser oscuro, pero también sabidamente manipulable. En el fondo, el cierre de filas del periodismo movido más por la búsqueda de ganancias que por el genuino interés social busca presentar un frente unido de intereses que sirva al gobierno en turno y condicione las relaciones y beneficios con el siguiente (entre otros móviles de ese cierre de filas, el fantasma del ausente Carlos Slim y su confrontación con los principales convocantes de ayer, Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego, no sólo por la búsqueda de un canal de televisión para Carso).
Lo sucedido ayer es un movimiento en busca de consolidar el poder fáctico de las televisoras y sus aliados, confirmando su capacidad extraordinaria para modelar las percepciones nacionales y abriendo el camino, prefigurando las posibilidades de manipulación que ya en 2006 ayudaron de manera importante a instalar una opción ilegítima y en 2012 podrán anular desde pantallas, radio y prensa aliadas, los esfuerzos sociales por cambiar no sólo la representación o imagen de los hechos, sino su fondo y sustancia. El poder de Televisa, el centro operativo e intelectual de esta operación mediática, ha arrastrado, para convalidarse, a instituciones y personajes que merecieran otorgarse más consideración sobre ellos mismos, entre otros el rector de la UNAM, José Narro, quien en busca de reflectores y micrófonos parece siempre dispuesto a lo que sea. El chantaje de la presencia o ausencia en las pantallas ha arrollado cualquier reticencia, convirtiendo a los actores y factores políticos en mendicantes de publicidad, en serviciales apoyadores de los teletones ideológicos, políticos o periodísticos de los dueños de las televisoras con tal de aparecer luego en esos espacios tan ansiados.
Se está ya ante una exploración triunfante de las posibilidades de una mayor manipulación informativa y analítica de eventuales conflictos políticos y sociales: hoy se establece una veda a ciertos segmentos de la realidad, para no hacerle el juego al narcotráfico, y mañana esos mismos criterios subjetivos, investidos de patriotismo mercantilizado, podrán censurar sin pudor lo que según su interpretación haga daño a la nación de las elites, a la república del empresariado, al México de la iniciativa privada.
Y, mientras se van descartando los precandidatos a la nominación priísta del estado de México, para que quede el digitalmente designado por Peña Nieto, ¡feliz fin de semana, con encuesta dominical de sabidos resultados en esa misma entidad!
Fax: 5605-2099 •
juliohdz@jornada.com.mx

Enrique Galván Ochoa: Dinero
En los años recientes se ha convertido en un cliché decir que los habitantes de Estados Unidos de origen hispano son alrededor de 15 millones. El Censo Nacional 2010 ha dado una sorpresa: ¡ya son 50 millones! La mayoría, huelga decirlo, de origen mexicano. ¡Qué éxito sensacional de la fábrica de pobres pripánica! Ha conseguido expulsar del territorio nacional, usando como presión la falta de empleo, de oportunidades de educación, la desigualdad en todos los órdenes, y la injusticia, a toda esa gente que pertenece cuando menos a cuatro generaciones distintas. Si hubieran administrado con toda eficacia, por ejemplo, las industrias petrolera y eléctrica, México sería un país de primer mundo, pero en la que han tenido éxito es en la de pobres. Según el censo, hoy en día un hispano cuenta por cada seis americanos, y entre los niños, es uno por cada cuatro. Si esa tendencia se prolonga, cuando los niños sean adultos la cuarta parte de la población del país vecino tendrá una gota de sangre latina en las venas. Y si continúan fortaleciendo su poder político y económico, ejercerán una influencia enorme allá y acá también. Todo comenzó cuando un mexicano supo que no podría llenar la panza ni la de su familia a menos que emigrara al norte.
El adulterio
Era una verdadera complicación para los agentes del Ministerio Público reunir los elementos probatorios en una denuncia de adulterio. El Código Penal Federal dice lo siguiente: Artículo 273. Se aplicará prisión hasta de dos años y privación de derechos civiles hasta por seis años, a los culpables de adulterio cometido en el domicilio conyugal o con escándalo. Quiere decir que si no se cometía en el colchón o el sofá de la casa, o con escándalo, no había adulterio. Y el castigo daba risa: cualquiera podía salir bajo fianza. El artículo 275 añadía otra complicación: Sólo se castigará el adulterio consumado. ¿En qué momento se consuma? ¿Basta con una escandalosa confesión amorosa en Facebook o Twitter? ¿O se requiere filmar en plena acción a los adúlteros? Los miembros de la H. Cámara de Senadores –en esta materia algunos saben latín, latón y lámina acanalada– decidieron ayer cortar por lo sano y desaparecer el adulterio del código. Podrá seguirse practicando, pero sin problemas de barandilla.
Relevo en CFE
Por meses, más bien por años, esta sección vino haciéndose eco de las quejas de los usuarios de la CFE en toda la República. Desde la huelga de hambre de una diputada federal panista a la que el presidente Calderón dejó colgada de la brocha con la promesa de que bajaría las tarifas en la tórrida zona de Mexicali y su valle, hasta las marchas de ciudadanos enfurecidos en Hermosillo, o las millares de quejas por los apagones en distintas partes del país, además del alza inmoderada de las tarifas. Por otro lado, la compañía que nacionalizó el presidente López Mateos fue devuelta a la esfera de las empresas privadas trasnacionales y nacionales, y de pilón está técnicamente quebrada. Finalmente ayer el Presidente dio posesión a Antonio Vivanco como nuevo director general, en sustitución de Alfredo Elías Ayub. Le impuso la tarea de erradicar cualquier tipo de privilegios, opacidad o corrupción. Será difícil, son vicios muy enraizados y tiene muy poco tiempo. Sólo faltó que le recomendara que no le corte la luz al embajador. (Ellos entienden.)
Ejemplos sobran (banca, líneas aéreas, ingenios azucareros, carreteras, etcétera, etcétera) para documentar el daño provocado a la nación por la política privatizadora puesta en marcha desde hace casi tres décadas. Más allá de fortalecer la concentración del ingreso y la riqueza, así como monopolios y oligopolios, sólo hay que recordar que entre sus resultados se cuentan los 120 mil millones de dólares que a los mexicanos costó, cuesta y costará el rescate de las instituciones financieras desincorporadas en el salinato, salvadas en el zedillato y trasnacionalizadas durante los sexenios del propio Zedillo y de Fox, o 15 millones de billetes verdes del rescate carretero, entre otros.
A pesar de los ingratos resultados en este sentido, el grupo en el poder insiste en los beneficios de privatizar la industria petrolera (y terminar de hacer lo propio con la eléctrica) por falta de recursos públicos, es decir, por lo mismo que a lo largo de 30 años han pretextado para desmantelar prácticamente todo el aparato productivo del Estado. Entonces, como no les alcanza la experiencia mexicana, van dos ejemplos concretos sobre privatizaciones energéticas en países latinoamericanos, cuyos gobiernos, en su momento (Carlos Menem y Gonzalo Sánchez de Losada), prometieron el oro y el moro a sus connacionales como producto de la entrega de este sector estratégico al capital trasnacional.
Como ha documentado la Cepal, lejos de haber fomentado una estructura más abierta, transparente, equitativa y competitiva, la privatización petrolera argentina fortaleció el poder de concentración de grupos extranjeros y la inestabilidad financiera de un modelo estructural insospechado antes de las reformas. Desde el punto de vista del impacto sobre la distribución del ingreso petrolero, las reformas favorecieron más en términos absolutos y relativos al sector privado que al Estado. Los productores de petróleo se vieron especialmente favorecidos por la posibilidad de aumentar significativamente la explotación de crudo a costos muy bajos, sobre la base de reservas descubiertas previamente, con costos marginales inferiores a los medios por tratarse de áreas centrales de gran productividad, recibiendo a cambio precios internacionales tanto para el crudo vendido en el mercado interno como el exportado.
Como era de esperarse, “en ningún caso las inversiones privadas fueron significativas con relación a la magnitud de la rentabilidad y los ingresos obtenidos. Por su parte, el Estado argentino percibió ingresos que, en términos de su aplicación a gastos fuertemente influenciados por el alto costo nacional –derivado de la misma apreciación monetaria– fueron insuficientes para contribuir a un mayor equilibrio presupuestario. Así, la privatización petrolera lejos de resolver el problema fiscal y financiero nacional, contribuyó a la acumulación estructural de desequilibrios… Se concluye que el único objetivo que se cumplió plenamente con el programa de reformas es el de la maximización del valor presente neto de las inversiones realizadas previamente (con recursos del erario) y cuyos beneficiarios han sido actores predominantemente financieros y las empresas petroleras privadas que ya operaban. En cambio, el objetivo de lograr una mayor competencia y disputabilidad de los mercados con características oligopólicas no se ha logrado” (las trasnacionales son propietarias de 90 por ciento del crudo producido en Argentina, Repsol la mayor de ellas, con cerca de la mitad. Son las mismas que se quedaron con el 85 por ciento del gas natural).
En Bolivia (antes de Evo, desde luego) las trasnacionales energéticas que operaban en aquel país sudamericano reportaban uno de los más altos índices de ganancia en la industria petrolera mundial. Informes oficiales del gobierno (aún con Carlos Meza en la silla) detallaban que esos consorcios tomaron el control de los ricos yacimientos petrolíferos y gaseros con los costos de producción más bajos del mundo, al haber recibido, sin mayores inversiones, los gigantescos pozos y campos desarrollados por el Estado, y pagando impuestos simbólicos. Repsol y Amoco, que en la época de capitalización (privatización) de las empresas del Estado tomaron el control de YPFB, registraban los costos unitarios de producción y exploración de hidrocarburos más bajos entre 200 empresas analizadas internacionalmente. En 2004 el costo promedio para la producción de un barril equivalente de petróleo era de 5.6 dólares a nivel mundial (4 dólares para Pemex), pero en Bolivia se reducía, en el caso de Repsol, a sólo un dólar y en el de Amoco a 97 centavos.
Otras trasnacionales que sin restricción operaban en Bolivia, como Total, Maxus, Petrobras, British Gas, Panamerican Gas y Shell, también tenían costos muy bajos, producto de las excesivas y onerosas concesiones que el Estado boliviano otorgó en la década de los años 90, cuando se privatizó la industria petrolera de aquel país y se desmanteló la empresa estatal. Los costos de producción incluyen gastos operativos, mantenimiento de pozos, infraestructura y equipamiento, gastos administrativos directos e impuestos de producción. Todas las inversiones y trabajos de prospección, exploración y desarrollo de campos realizadas por el Estado boliviano beneficiaron directamente a las petroleras extranjeras, que sin invertir mayor cosa encontraron gas y petróleo a raudales.
Con una tributación prácticamente simbólica, costos tan bajos y aprovechando al máximo el trabajo anterior desarrollado por el Estado, invertir en Bolivia se convirtió en sinónimo de altas ganancias y escasos riesgos para las trasnacionales del ramo. La tasa de éxito para encontrar gas y petróleo en aquel país se cuenta entre las más altas del mundo: 50 por ciento.
Mientras las trasnacionales beneficiadas con la privatización se hinchaban de utilidades, los consumidores bolivianos –domésticos e industriales– pagaban sus hidrocarburos a precio de importación. A cambio, empresas como Repsol pagaba impuestos de mentiritas: 4.3 millones de dólares como promedio anual, no obstante sus exorbitantes ganancias.
¿Cuál sería la ruta privatizadora del petróleo mexicano? ¿Quiénes los beneficiarios? Sólo hay que reflejarse en el espejo argentino y boliviano para saber de qué se trata.
Las rebanadas del pastel
Al cierre de febrero, la tasa oficial de desocupación abierta fue de 5.28 por ciento de la población económicamente activa, mayor a la de enero, de tal suerte que 2.5 millones de mexicanos se mantienen en la desocupación abierta y, como diría el carismático pianista que despacha en la Secretaría del Trabajo, cada uno de ellos tiene nombre y apellido, y no comen discursos.
cfvmexico_sa@hotmail.comhttp://twitter.com/cafevega
Abraham Maslow relata que, para hacer lo que hizo y que lo volvió famoso (su teoría de la jerarquía de las necesidades), tuvo que abandonar los estrechos márgenes de la sicología experimental y conductista en la cual fue formado. En esta ruptura sus lecturas de antropología social fueron clave. Por ello durante mucho tiempo, en mi búsqueda por entender las potencialidades y realidades del ser humano, pensé que no podría encontrar luz alguna en la sicología experimental. Sin embargo, he encontrado muy interesantes ideas en dos sicólogos experimentales (Deci y Ryan) que siguen la corriente de la sicología humanista fundada, entre otros, por Maslow.1 En la serie que hoy inicio pongo lado a lado la sicología humanista que usa métodos experimentales y la antropología social clásica (empirista también), abordando la obra de Deci y Ryan y la clásica de Bronislaw Malinowsky. Ambos formulan, como parte de concepciones más amplias y divergentes, teorías sobre las necesidades humanas, de donde proviene mi interés en estos autores.

Penultimátum
Cuando la Benemérita Universidad Autónoma de Angangueo, Mich., le negó hace poco el doctorado honoris causa a don Juan Osorio, un grupo de académicos publicó una carta expresando su desacuerdo con dicha medida. Citaban los elevados servicios prestados a la cultura del país por el también llamado Maestro del Melodrama. La misiva no tuvo respuesta.
Por fortuna, el agravio lo borró la semana pasada el mismísimo secretario de Educación Pública, el licenciado, y también maestro, Alonso Lujambio. En emotiva ceremonia el funcionario reconoció la contribución de Osorio a la lucha contra el rezago educativo a través de las telenovelas. De paso, Lujambio reiteró lo que en público y en privado ha dicho siempre: que la televisión, la caja tonta (que Emilio El Tigre Azcárraga definió como el medio ideal para entretener a los jodidos), “puede también ser la caja más lista, el instrumento más poderoso para la educación de millones y millones de personas

El Correo Ilustrado
Soldados propagandísticos
Felicitamos la dignidad de La Jornada y de los medios de comunicación que no suscribieron el Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia.
Continuar

La inercia, la resistencia natural de la materia a los cambios, se está apoderando del pensamiento crítico. La descomposición sistémica en curso hace más notorias las limitaciones de nuestros análisis, que ya no pueden dar cuenta del conjunto de cambios acelerados que transcurren ante nuestros ojos. La reciente visita de Barack Obama a Brasil es buena muestra de la inoperancia de análisis que hace pocos años lucían actualizados y rigurosos.Continuar
Uno de los aspectos en los que se expresa la crisis global del sistema capitalista es el de las limitaciones de la ciencia hegemónica para ofrecer soluciones a muchos de los problemas actuales más importantes. Es por ello impostergable hacer una crítica profunda de lo que ha sido la ciencia moderna, sus métodos, conceptos, preceptos y al tiempo que se rescate aquello que sea salvable de ese esquema, se descarte todo aquello que no sirva.Continuar

No hay comentarios.:

Publicar un comentario