1/06/2012

¿Por quién votar? El mal menor




Samuel Schimidt

Cada vez que los republicanos se declaran en contra de los inmigrantes Barak Obama debe dar un brinco de alegría, pero la comunidad migrante debe preocuparse, porque los republicanos parecen estar inmersos en una competencia de extremismo anti-inmigrante que alimenta el clima de odio e intolerancia.

Según un reporte de Rasmussen de diciembre de 2011, las preocupaciones de los estadounidenses son economía 80%, ética gubernamental y corrupción 67%, impuestos 65%, seguridad social 60%, educación 60%, inmigración 49%, seguridad nacional/guerra contra el terror 48%, Afganistán 24%, Irak 19%.

La inmigración claramente no es uno de los temas centrales en la agenda estadounidense, pero los pre candidatos republicanos han hecho todo lo posible por impulsar el tema hasta arriba, sea porque quieren evadir el debate sobre los otros temas que reclaman un compromiso para el que no están dispuestos, que muestran su verdadera cara racista o buscan a quién culpar de los problemas que ellos han causado.

El tema de la guerra Obama lo ha enviado hasta el fondo, se salió finalmente de Iraq, cayó Gadaffi sin una guerra prolongada, y aunque la primavera árabe se complica para los árabes, a Estados Unidos no termina de desdibujarle su estrategia mundial. Con el asesinato de Bin Laden la guerra contra el terror también perdió importancia.

La economía no se arregla y todo indica que se complicara, en parte porque las decisiones son erróneas, impera la desregulación que impulsaron los republicanos y que permitió el apoyo y protección a los bancos, en lugar de a los ciudadanos, y Obama no pudo o quiso hacer a un lado la herencia que recibió de Bush; aquellas políticas en las que Obama ha acertado, los republicanos se han dedicado a bombardearlas, porque su apuesta es la derrota del presidente y no el bienestar de los ciudadanos. El speaker del congreso declaró con énfasis que de lo que se trataba era de derrotar al presidente.

Durante las primeras semanas de la campaña los republicanos parecían competir entre ellos a ver quién salía con la propuesta más radical contra los inmigrantes, cuándo Perry con toda inocencia expresó una postura moderada, empezó a caer en las encuestas, aunque siguió cayendo por la debilidad de su inteligencia, solo a un tonto se le ocurre sostener que cerrará tres agencias gubernamentales y no acordarse del nombre de las mismas.

Después de algo de silencio y de un esfuerzo concentrado en descalificarse mutuamente, el puntero Mitt Romney da un paso adelante y sostiene que de ser electo, vetará el Dream Act, la que es tal vez una de las leyes más añorada por la común inmigrante, porque a los que trajeron a sus hijos, se les estaría haciendo justicia abriéndole el camino al éxito a sus vástagos y actualmente existen 800,000 jóvenes en esta condición.

Muchos hispanos se han debatido en la disyuntiva de por quién votar. Es totalmente claro que Obama no tiene credibilidad, no cumplió con las ofertas/promesas que hizo como candidato, y piensan que de volver a votar por él, no solamente ya no tiene la responsabilidad de cumplir. Una opción es votar por los republicanos, pero estos están haciendo esfuerzos desesperados para alejar al voto hispano, claro que siempre pueden cambiar su postura y haciéndose de la candidatura moderar el discurso y buscar un acercamiento. Como ya nos hemos acostumbrado a los políticos que hoy dicen una cosa y mañana otra, podremos no prestarle mucha atención a lo que dicen. Claro que hay otra opción: no votar. No queda nada claro a donde puede llevar esta postura, aunque a juzgar por los resultados de hace 4 años, una abstención masiva posiblemente le daría el triunfo a los republicanos y un endurecimiento en la política migratoria.

Me decía un amigo: hay que votar por el malo para que nos toque el peor, y al parecer, estamos llegando a la misma conclusión. Obama es el menos malo para la comunidad hispana y migrante en general, la opción republicana es verdaderamente la peor. Aunque desafortunadamente, tal vez la pregunta deberá ser quién infligirá el mayor daño.

Obama permitió una política de deportaciones muy agresiva como concesión a los republicanos para ablandarle un corazón endurecido hasta extremos inconcebibles, pero los republicanos descartaron el gesto, y de ganar, seguramente la intensificaran.

Siempre queda la esperanza de que reelecto, Obama se juegue el todo por los hispanos, pero a juzgar por sus promesas, como dicen los panameños, no cantemos sin guitarra, porque siempre lo peor es posible. A juzgar por las posturas de los republicanos, creo que no queda la menor sombra de duda de que agravaran la agresión contra los inmigrantes y la gran mayoría de éstos son mexicanos.

PD. En el recorte al presupuesto de defensa (bravo) el secretario habla de futuras guerras, ¡ya es hora de hablar de paz!

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