5/14/2012

Los periodistas pal café....


El mundo sería otro si se le permitiera a Enrique Peña Nieto imponer su visión mediática de las cosas. Casi un mundo de chocolate (con fresa). Véanse, para tener un contundente ejemplo, las maravillas de edición digital ( http://bit.ly/IWkAeC ) que el equipo del candidato presidencial priísta colgó en Youtube apenas unas horas después de que la realidad había sido implacable con él en la Universidad Iberoamericana.
Nada por aquí, nada por allá: basta un buen manejo de los instrumentos tecnológicos para desaparecer los insultos, las pancartas (casi todas, aunque exactamente en el minuto tres puede verse una intrusa cartulina que dice Te odio), los gritos (el más destacado, el de ¡asesino!), la persecución y, sobre todo, el nerviosismo, la incapacidad, el acorralamiento y los secos gestos descriptivos del ánimo del mexiquense entrampado por la historia (el recuerdo de la represión todavía impune que ordenó en San Salvador Atenco) y no solamente por un buen número de estudiantes de una importante universidad privada.
Gestos cambiantes (registrados en http://bit.ly/Jr2TRN por Cecilia Villaverde) que mostraban al presuntamente todopoderoso Peña Nieto en condición de asombro, precaución, enojo, auscultación angustiada y precariedad ejecutiva, convertido en rehén provisional junto a una de las áreas de sanitarios de la Ibero, planeando como escabullirse, dotado en momentos de expresiones tan endurecidas que parecían revivir los perfiles políticos del diazordacismo con cuyos aires de fanfarronería histórica fallida, cuando aquel presidente asumió la responsabilidad del 68, coincidió quien ahora es candidato presidencial al detenerse, ya cuando había terminado su de por sí accidentada intervención formal en el auditorio de la Iberoamericana, para regodearse ofensivamente en la adjudicación a sí mismo de la carga de la represión brutal contra pobladores y activistas de San Salvador Atenco.
Pero nada del verdadero Viernes Negro quedó en el registro histórico a modo que se ha fabricado Peña Nieto en el video mencionado en el primer párrafo de esta entrega (en el que solamente se aceptó un comentario, obviamente a favor, pero en el cual ayer, casi a las ocho de la noche, con 59 mil 456 visitas, tenía un marcador de 8 mil 923 no me gusta y solamente 405 de sí me gusta). Igual sucedió en algunas coberturas periodísticas, con Televisa dedicando muy poco tiempo a una reseña superficial en su noticiero estelar nocturno, con Joaquín López Dóriga como conductor, y con la cadena de periódicos de la Organización Editorial Mexicana, propiedad de Mario Vázquez Raña, que colocó al aspirante priísta como heroico vencedor de una conjura estudiantil en su contra a partir de la nota de Carlos Lara que bajo el título de “Intentan boicotear en la Ibero a Peña Nieto” emitió así su relatoría subjetiva: “En la Universidad Iberoamericana, estudiantes sin conocer la situación de San Salvador Atenco, ni los feminicidios en el estado de México y con una actitud violenta en contra del candidato de la coalición Compromiso por México, Enrique Peña Nieto, intentaron boicotear su participación en un foro organizado por esta casa de estudios”.
El revoloteo del fantasma del diazordacismo fue más allá de la manipulación y el silenciamiento informativos, pues quedó de manifiesto en las insinuaciones persecutorias del presidente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, y de otros declarantes peñanietistas que creyeron brillante apoyarse en las hipótesis de las conjuras y las maquinaciones, sacando del cajón de la obsolescencia términos como desestabilización, provocadores, manipulados, convencidos de que los jóvenes por sí mismos no podrían haber desatado una protesta de tal magnitud.
El verdadero rostro político del peñanietismo ha quedado así plenamente develado, en una combinación del diazordacismo y el echeverrismo clásicos con el talante personal de quien se siente orgulloso de haber ordenado una operación represiva contra Atenco que significó muertes, lesiones, secuestros, violaciones y múltiples agravios a los derechos humanos sin que hubiera castigo más que en algún nivel ínfimo y para fines meramente expiatorios. Que nadie se llame a engaño: Atenco es el estigma que caracterizaría el próximo sexenio si Peña Nieto llegara a triunfar y la Iberoamericana habrá sido el sitio donde se marcó el verdadero punto de batalla de las elecciones presidenciales de 2012.
(Al otro día, por cierto, en Saltillo, líderes de organizaciones priístas golpearon a activistas y les arrebataron una manta de protesta contra los Moreira: uno, Humberto, que fue pieza clave para instalar la primera fase del peñanietismo rumbo a la candidatura presidencial y sus alianzas básicas, sobre todo con Elba Esther Gordillo; otro, Rubén, heredero de la gubernatura que ocupaba su hermano Humberto y actual guardaespaldas político y financiero, sobre todo en razón de la enorme deuda estatal contraída durante la administración del primer Moreira. Al respecto, como si le fuera un asunto distante, como si esos préstamos desbordados no hubiesen servido para financiar precampañas y campañas, Peña Nieto se manifestó con energía en demanda de que se indaguen esos endeudamientos y se castigue a quien resulte responsable, ¡sí, señor!).
Mientras tanto, en Nuevo León se produjo una nueva masacre, sin que ello conmueva a la administración funeraria a cargo de la versión local de Peña Nieto, el atildado pero ineficaz gobernador Rodrigo Medina. Cuando menos 49 cuerpos desmembrados en Cadereyta, a los que con insolencia criminal las propias autoridades condenaron sin investigación alguna a la condición de miembros de bandas de delincuentes confrontadas entre sí, como si este hecho, en caso de ser cierto, eximiera a los presuntos gobernantes de cumplir con las obligaciones procesales y justicieras derivadas de esos hechos de sangre.
Y, mientras los josefinistas tratan de encontrar formas de convergencia con los seguidores de AMLO para enfrentar a Peña Nieto, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero

Llegaron hambreados al gobierno. Después de medio siglo de envidiar cómo los priístas manejaban para su provecho el presupuesto federal –incluyendo los miles de millones de Pemex, CFE, los bancos oficiales, inclusive el Banco de México– finalmente los panistas pudieron tomar Los Pinos. Ahora parece inevitable su salida tras 12 años de disfrutar el botín. La derrota tendrá efectos económicos de enorme importancia. En estos años los blanquiazules han manejado más de 30 billones de pesos; es la suma aproximada del presupuesto federal de 12 años. Y lo han hecho de manera irregular. La Cámara de Diputados no ha dado su aprobación a varios años de las administraciones de Fox y Calderón. Un nuevo gobierno que quisiera exigirles cuentas encontraría elementos de sobra para abrirles un expediente penal. Faltan siete semanas para el día de la elección y no prende su candidata, Josefina Vázquez Mota. Hoy está en una situación peor que cuando empezó la campaña. Incluso encuestadores amigos la colocan en tercer lugar, debajo de López Obrador. ¿Todavía es tiempo de sustituirla? Sí, el Cofipe abre la puerta, tanto al partido como a la candidata. Sin embargo, ¿sustituirla con quién? Los dos aspirantes que compitieron con ella, Ernesto Cordero y Santiago Creel, ni siquiera prendieron entre sus correligionarios. Sea Peña Nieto o López Obrador quien gane la elección, habría dos consecuencias en el terreno económico: el desempleo de 50 mil panistas de los mandos medios y altos de la burocracia. Es la elite dorada, principalmente la que está en la nómina del sector financiero y bancario. Creen que serán contratados por el siguiente gobierno, se sienten indispensables, pero no lo son. Y en otro sector, el de las compras de productos y servicios, serían reemplazadas las empresas –tipo Hildebrando– que han ganado millones de pesos durante la docena trágica. El botín del año 2013, de casi 4 billones de pesos, comenzará a ser discutido por un nuevo Congreso en cuanto pasen las elecciones, pero tendrá otros dueños. Y es que Josefina no prendió.
Gasolinazo el Día de las Madres
Algunos negocios, sin embargo, tendrían duración transexenal. Uno de ellos es la gasolina. Los diputados del PRI y el PAN hacen mayoría en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados y votaron juntos en favor de extender los gasolinazos por tres años, cuando debieron concluir la pasada Navidad. El sábado fue ejecutado el quinto de la nueva serie que comenzó en enero. Fue el regalo de Calderón del Día de las Madres. La Magna subió a $10.18, la Premium a $10.84 y el diésel a $10.54. Se prolongarán por tres años y por tanto todavía faltan 31 gasolinazos. Cuando termine la serie, la Magna será mas cara que su equivalente de Estados Unidos. Sin embargo, allá los salarios continuarán siendo diez veces más altos que en México. ¿Un comparativo? Cuando Fox entró al gobierno el litro de Magna costaba $4.79 y hoy más del doble. Como los contribuyentes le pagamos la gasolina, la renta, lo tenemos bien alimentado y seguirá siendo así por el resto de sus días, aunque termine su gestión como presidente, gracias a la millonaria pensión Calderón puede darse el lujo de hacer bromas. Cada aumento de nueve centavos a la gasolina, que es menos de un centavo de dólar, es un escandalazo político. Hasta juicio político me quieren hacer por eso, dijo en una reunión el fin de semana. No es por los gasolinazos que la mayoría de los mexicanos quisiera someterlo a juicio político, aunque un Congreso cómplice lo detiene. Hay cosas peores.
Los que avalaron las alzas
Cada mes, cada gasolinazo, esta sección publica los nombres de los diputados de la Comisión de Hacienda, y sus respectivos partidos, que votaron por la extensión de los aumentos a tres años más. Como ocupan mucho espacio, los iremos rotando. El próximo mes aparecerán los del PRI y luego sus aliados de la chiquillería legislativa.
Contabilidad creativa en Petróleos Mexicanos
Así le llaman a los trucos que emplean contadores, auditores y abogados fiscalistas para hacer que los números chequen, aunque no cuadren. No está claro lo que esconde el agujero por 400 mil millones de pesos en los estados financieros de Pemex. Y Suárez Coppel sigue sin dar la cara.

Me la esperaba, pero no tan tupida. La regañada fue demasiado severa pese a que, aclaro, jamás pretendí una trasnochada defensa del joven Juan Pablo Castro. Intenté, si acaso, la explicación de un comportamiento que lo muestra más víctima que culpable.
Juan Pablo no surgió de generación espontánea: tiene padres, espero que también abuelos, o sea, raíces. Es producto, resultado. Sabemos que el sistema de creencias y valores de cada persona se conforma desde los momentos iniciales de la vida: padres, hermanos y, por supuesto, la escuela y los grupos sociales de los que forma parte la familia toda, van conformando su escala valorativa.

La semana pasada el presidente Obama anunció su apoyo al matrimonio entre parejas del mismo sexo. No obstante que la decisión última sobre este asunto corresponde a los estados, según él mismo dijo, su decisión es trascendente por muchos motivos. El primero, porque considera que quienes trabajan a su lado y tienen una pareja del mismo sexo poseen el mismo derecho de criar a sus hijos que cualquier otro matrimonio; porque es incongruente que quienes trabajan en las fuerzas armadas –en las que hay hombres y mujeres que luchan por la seguridad del país– y tienen una pareja del mismo sexo no tengan los mismo derechos que cualquier otra pareja; porque abre un nuevo capítulo en la lucha por los derechos civiles en un país en el que el conservadurismo de amplios estratos de la población y el fanatismo religioso han impedido que las parejas del mismo sexo tengan el mismo lugar en el escenario social, como lo tiene cualquier pareja heterosexual.

El Inegi recién informó que entre el primer trimestre de 2011 e igual periodo de 2012 alrededor de un millón 700 mil mexicanos lograron colarse al mercado laboral, con lo que plenamente se habría atendido la demanda de puestos de trabajo y, de pilón, reducido la tasa oficial de desocupación, así sea en apenas tres décimas de punto porcentual en ese lapso. De entrada parece algo positivo, un bonito arreglo floral en tiempos de campaña –durante los cuales siempre circulan buenas noticias para adornar el ambiente–, pero ¿existen motivos reales para celebrar, o la referida información es otro obsequio de temporada?
Para saberlo hay que desmenuzar el arreglo floral, ir al fondo de la información, analizarla a detalle, algo que por lo demás realizó el Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, en su estudio, recién salido del horno, El avance de la precarización laboral, del que se toman los siguientes elementos: es favorable tener una economía que genere empleos, pero cuando los mismos no garantizan a las personas un mejor nivel de vida no hay nada que celebrar. Y en este sentido, la información del Inegi permite dejar en claro que la mayor parte de ese millón 700 mil plazas no proporcionaron la prestación de seguridad social.
De hecho, se ha fortalecido la tendencia de que la mayor proporción ocupacional corresponde al sector informal, lo que a su vez evidencia que el crecimiento económico reportado por el país no se genera a partir del fortalecimiento las capacidades productivas formales. Una afectación directa se tiene en la captación de impuestos por parte del sector público: la informalidad constituye a un grupo de personas que no tributan lo correspondiente por su participación en la actividad productiva. De igual manera la informalidad representa un pasivo que en el mediano y largo plazos presionará la estabilidad económica y social de México: son personas que no cuentan con servicios de salud ni con un sistema de pensiones que les garantice una vejez digna. El resultado presentado por el Inegi indica que dichos saldos se van incrementando, aún en un periodo en el que se registró crecimiento económico. Tan sólo en el último año 1.17 millones de personas se agregaron al grupo de trabajadores que no reciben prestaciones de seguridad social, sumando casi 30.5 millones.
Un aspecto adicional, e igualmente preocupante, es el de la precarización del empleo. El CIEN indica que en el último año se agregaron 694 mil mexicanos que tuvieron una remuneración que en el mejor de los casos llegó a un salario mínimo, y 194 mil más se sumaron al grupo de personas ocupadas pero que no reciben ingresos. Al mismo tiempo se observó una contracción de los ocupados que obtienen más de tres salarios mínimos, una caída de 612 mil personas para el rango de entre tres y cinco salarios mínimos y una baja de 18 mil para aquellos que gana más de cinco salarios mínimos.
Lo descrito sintetiza que si bien existió un aumento en el número de personas ocupadas, ello se gestó al mismo tiempo que se presentó una reducción entre quienes perciben remuneraciones que realmente permiten mantener a las familias fuera de los rangos de pobreza. Los 282 mil trabajadores adicionales que no contaron con un contrato por escrito terminan por consolidar el ejemplo del avance en la precarización del mercado laboral. Es claro que el desafío del mercado laboral mexicano no es únicamente el de generar empleo, también lo constituye hacerlo en el mercado formal, el que proporciona las prestaciones sociales adecuadas. Los desequilibrios anteriores no se resolverán si México no alcanza un crecimiento económico ligado a actividades productivas formales y que estén vinculadas a la generación de mayor valor agregado. De igual forma contener la precarización del empleo es un aspecto estratégico a realizar, el problema es que ello será tarea heredada al siguiente gobierno, el actual no tuvo la capacidad de evitarlo y ello tiene como colofón el irrefrenable aumento de la pobreza, uno de los signos negativos que caracterizará a la actual administración.
En el periodo referido, la información disponible confirma el aumento en las condiciones de precariedad laboral. Las cifras son contundentes: un crecimiento de los trabajadores no remunerados de 2.9 por ciento (80 mil personas más que no reciben remuneraciones); 694 mil se adicionaron al grupo que a lo sumo percibe un salario mínimo (12.2 por ciento de aumento); 776 mil personas se agregaron al cúmulo de mexicanos que reciben entre uno y dos salarios mínimos, y que por lo tanto no reciben lo suficiente para mantener a sus familias fuera de la línea de pobreza; existen cerca de 3.7 millones de personas que tienen una ocupación pero que no reciben ingresos por la misma (5.5 por ciento más que en el primer trimestre de 2011); en contrasentido se observó una reducción de las personas que reciben ingresos superiores al promedio: una contracción de 612 mil para los que ganan entre tres y cinco salarios mínimos (en el caso de quienes perciben más de cinco salarios mínimos la caída fue de 18 mil).
Lo anterior sintetiza dos hechos: una mayor concentración económica y la precarización del empleo para aquellos que tienen la fortuna de encontrar una ocupación. Por tanto, es evidente que el descenso en la tasa oficial de desocupación es algo que debe revisarse con cuidado, las condiciones bajo las cuales se dio la reducción son altamente cuestionables, porque 11 por ciento de los nuevos ocupados en el país durante el primer trimestre de 2012 en comparación con igual periodo de 2011 se dieron a costa de no recibir un ingreso. Además, 40 por ciento de estos mismos corresponde a personas ocupadas que reciben hasta un salario mínimo, y 68 por ciento de la nueva ocupación no cuenta con acceso a la salud. Peor aún, de ese millón 700 mil personas 44 por ciento se ocupó en la informalidad. El impacto es profundo. Por ejemplo, en el estado de Tlaxcala 42 por ciento de la población ocupada está en la informalidad; en Hidalgo, 35.8; en Oaxaca, 35.6; en Guerrero, 35.4, y en el estado de México, 35.1. Entonces, el arreglo floral no es tan bonito como parece.
Las rebanadas del pastel
Que Mexicana de Aviación ya tiene nuevo dueño y ya se resolvió el entuerto, aunque en el mejor de los casos comenzaría a volar allá por septiembre, siempre y cuando la SCT y amigos que la acompañan no obstaculicen el proceso. Pero ojo: nadie sabe si a la aerolínea le devolverán las rutas que cubría, porque otras empresas, con la venia gubernamental, se repartieron el pastel. Así, más que nunca los trabajadores deben estar a las vivas, porque sobran los empresarios carroñeros.

En 2011, el PIB de Estados Unidos fue de 15 billones 094 mil millones de dólares, 1.7% real sobre 2010, tasa apenas una décima arriba de la media de crecimiento anual de la década 2001-10 (1.6%), pero mucho mejor que la media del quinquenio 2006-10 (0.7) (Gráfico 1). Esta recuperación se espera continúe en 2012 con un crecimiento cercano a 2.1%.

También el consumo privado tuvo una recuperación al crecer 2.2% (0.9 de tasa media 2006-10), así como la inversión privada 4.8% (-4.6 anual en el quinquenio). A la inversa, el consumo y la inversión gubernamentales bajaron -2.1% en 2011 tras un crecimiento medio quinquenal de 1.5% (Gráfico 1).
Comparado a valores reales, el hecho es que el PIB de 2011 es casi igual al de 2007 en dólares constantes (quitando la inflación) (Gráfico 2) debido al colapso de 2008 y 2009. Tal inflación, cabe mencionarlo, fue de 3.0% en 2011, medio punto arriba del 2.4% promedio de la década 2001-10.
El PIB per cápita llegó en 2011 a 48 mil 372 dólares anuales. En valores reales (dólares constantes), sin embargo, el PIB por habitante fue en 2011 aun inferior al de 2006 (Gráfico 3).



    El hallazgo de 49 torsos humanos en el municipio neoleonés de Cadereyta, ocurrido la madrugada de ayer, marca una nueva sima en la espiral descendente hacia la barbarie por la que se ha llevado al país y exhibe en forma descarnada la descomposición social e institucional en curso, la disolución del estado de derecho y las consecuencias, en cinco años y medio, de la estrategia de seguridad y de combate a la delincuencia impuesta en diciembre de 2006.

    A Gabino Cué Monteagudo
    Gobernador de Oaxaca: En junio del 2010, antes de la elección constitucional del 4 de julio, signó el Nuevo Pacto Social para Oaxaca con Espíritu Juarista. Con nuestro voto, muchos oaxaqueños nos hicimos corresponsables con sus compromisos para reconstruir las instituciones del estado, como: transparencia en el manejo de los recursos públicos, combate a la corrupción y al nepotismo, juicio y castigo a los malos funcionarios públicos, consulta ciudadana como manera de consensuar las propuestas y soluciones y concurso de la obra pública.

    Apesar de todas las apariencias, no hay posibilidad alguna de restauración del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Pero la coalición mafiosa que usaría la franquicia es mucho más peligrosa.
    Con la facilidad con que un mago saca de su sombrero conejos y elefantes, doña Beatriz Paredes prometió resolver definitivamente el problema del abasto de agua si es elegida para gobernar la ciudad de México. Lo que no pudieron tantos gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y, desde 1997, los del Partido de la Revolución Democrática (PRD) la licenciada lo alcanzará en apenas seis años. En tiempos en que las instancias oficiales suelen invocar la ayuda del Altísimo para tener éxito en sus proyectos, veremos este milagro porque su gobierno será "responsable, serio e institucional con las autoridades del gobierno federal; además, si el presidente es Enrique Peña, quien conoce la problemática del agua y las estrategias de coordinación metropolitana". En pocas palabras, la sobrexplotación del manto freático, el abasto desigual de líquido, la falta de medidas para retener el agua de lluvia en la cuenca, las acciones para evitar que se pierda casi una tercera parte de lo que se inyecta a la red de conducción, la carencia de plantas de tratamiento de las aguas provenientes de los hogares, se debe fundamentalmente a una mala relación de las autoridades citadinas con el gobierno federal. Con Peña Nieto presidente, todo se soluciona. Porque él si sabe de coordinación metropolitana, él si se lleva bien con el poder central, como lo comprueban los habitantes de Chalco, Ecatepec, Chimalhuacán y Valle Dorado, que padecen inundaciones en la época de lluvias y en la de secas.
En la democracia suele pasar que lo de fuera se convierta en lo relevante y no lo de dentro; que lo que cuente sea el ritual, y si después no hay imputados las cosas se acomodan mejor para unos y peor para otros.

 Qué extraña alineación de los astros –o de la programación de las empresas del espectáculo, que ya viene a ser lo mismo– permitió que en una sola semana se presentaran en la ciudad de México, con impactos diferenciados pero muy fuertes, Patti Smith, Paul McCartney y Bob Dylan, ofreciendo memorables tocadas, y por lo menos los dos primeros conviviendo con los chilangos con inmenso afecto. Ciertamente ya pasa de todo por nuestra cartelera, no estamos en los años 60 o 70, cuando resultaba inimaginable que alguno de estos iconos mayores asomara por acá y le tocara a la gente sus rolas favoritas




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