8/28/2014

Limitada presencia femenina en la industria informática: Cepal

   Brecha de género en la producción de “software libre”




Las mujeres tienen una baja presencia en las carreras relacionadas con la informática, y por tanto un limitado protagonismo en los puestos de decisión en las corporaciones, entre los emprendedores y en los órganos de formulación e implementación de políticas sobre software y servicios informáticos.
Según el documento “La industria del software y los servicios informáticos. Un sector de oportunidad para la autonomía económica de las mujeres latinoamericanas”, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en esta área hay demasiada brecha de género.
De acuerdo con la investigación, en América Latina (AL) las indagaciones sobre la participación femenina en el rubro comenzaron a desarrollarse a fines de los años 90 y principios del 2000, y luego se ampliaron a temas que van más allá del acceso a la tecnología.
Por ejemplo, ahora se sabe que hay brechas de género relacionadas no sólo con el acceso al equipamiento y conectividad de calidad a redes de internet, sino también inequidad en las modalidades de usos, participación de las mujeres en las carreras informáticas, creación de contenidos y herramientas, y en su representación en la industria.
De acuerdo con la Cepal, estudios realizados en AL sobre la participación de las mujeres en la industria informática, el software y la sociedad de la información, muestran un panorama poco alentador porque indican que hay una baja presencia femenina en las carreras y en la industria informática.
En el estudio se señala que, además de tener un diagnóstico sobre la participación de las mujeres en el sector, es necesario indagar cuál ha sido la experiencia de las mujeres que, pese los obstáculos, se han integrado a los ámbitos de producción, ocupan posiciones jerárquicas en grandes corporaciones o son líderes emprendedoras.
La Cepal hizo una indagación al respecto en Argentina, Costa Rica y Colombia, donde entrevistó a mujeres involucradas en el sector; la mayoría de ellas cuestionó la pertinencia de diferenciar por género y estimaron que esto no es relevante para el desarrollo de la industria.
En general, estas mujeres parten de la creencia de que las tecnologías de la información y la comunicación son un territorio neutral en términos de género, lo que las lleva a sostener una actitud de extrañamiento respecto de la posibilidad de que existan políticas orientadas a la población femenina.
Sin embargo, el organismo internacional indica que hay espacios donde las mujeres no tienen una presencia significativa, por ejemplo, en la producción de software libre o de código abierto, que a diferencia del propietario, se distribuye bajo condiciones de libre disponibilidad (gratuidad o distribución a costo nominal), y brinda la posibilidad de modificar el código fuente de los programas y sistemas, y adaptarlos a las necesidades e intereses de diferentes grupos.
Según el documento, la producción del software libre se basa en el aprendizaje colectivo, la apropiación comunitaria del conocimiento y la promoción de una filosofía de inclusión, diversidad y solidaridad entre las y los usuarios, generando una “cultura” o “comunidad” alternativa con esta modalidad.
Estas características generales podrían llevar a pensar que se trata de un ámbito más abierto a la participación femenina. Sin embargo, los estudios y encuestas muestran una tendencia contraria: en Europa sólo un 1.5 por ciento de los miembros de la comunidad del software libre son mujeres, comparado con 28 por ciento en el software propietario.
La mayoría son graduadas de carreras universitarias (algunas de estudios especializados) vinculadas a la informática, la computación y los sistemas; muchas de las que han creado una pequeña empresa realizaron cursos de posgrado o maestrías en el área de negocios o gestión de empresas.
Es por ello que la Cepal asegura que las mujeres en la informática, como sucede en la esfera de las finanzas, no encuentran desigualdades a primera vista porque ocupan altos puestos, forman parte de un sector moderno y de un grupo de élite, obtienen buenos salarios, incluso en algunos casos acceden a más beneficios que los establecidos en las legislaciones laborales de sus países.
Sin embargo, muchos de los testimonios de la investigación dan cuenta de situaciones de desigualdad, o “micro-desigualdades”, que en general no se atribuyen a factores propios de las condiciones de trabajo, porque son parte de las culturas organizacionales.
En este contexto, la Cepal indica que además de que faltan más indagaciones con perspectiva de género en esta área, también son necesarios instrumentos normativos y de regulación de la actividad que fomenten la participación femenina en las carreras y las empresas.
 CIMACFoto: César Martínez López
Por: la Redacción
Cimacnoticias | México, DF.- 

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