8/25/2014

Consultas populares del PRIAN, cinismo extremo


Las encuestas en el país reprueban contundentemente al actual gobierno federal


Frente a la sólida respuesta ciudadana en contra de la reforma energética y el cada vez más notorio fracaso de Enrique Peña Nieto como Titular del Ejecutivo, como lo demuestran encuestas donde está reprobado su gobierno (la última encuesta de Reforma señala que el 60% de los líderes del país desaprueba su gestión), donde el 64% opina que se debe cambiar el rumbo del gobierno y el 66% considera que los problemas del país han rebasado al Presidente de la República (encuesta de El Universal y Buendia y Laredo), el régimen priísta ha echado a andar una estrategia evidente: Volver a mandar a Peña Nieto a hacer campaña televisiva en programas y entrevistas a modo, donde sin ningún cuestionamiento crítico sus "entrevistadores" le permiten publicitar su gobierno, lo que deja de manifiesto la farsa de la reforma Telecom y de la reforma política, en franca violación al artículo 134 constitucional. Nosotros nunca caímos en el garlito de ambas reformas producto del Pacto por México.

Como parte de esta estrategia EPN y el PRI, al igual que el PAN, han decidido caricaturizar la consulta popular y de paso mandar un mensaje autoritario para desviar la atención del robo que perpetraron con la reforma energética y que se busca revertir con la consulta popular sobre dicha reforma. En tal sentido y en un cinismo extremo, los dos grandes responsables del despeñadero que enfrenta el país en materia política, económica y social han anunciado que harán campaña para juntar las firmas necesarias para preguntarle a la ciudadanía sobre dos cuestiones: el PAN sobre el salario mínimo y el PRI sobre la reducción del Congreso.

En el caso del PRI pretenden la eliminación de 100 diputados de representación proporcional y 32 Senadores por el mismo principio, supuestamente por el gran ahorro que esto representa.  El PAN repentinamente se preocupa por el salario de las y los trabajadores después de que con Fox y Calderón sus gobiernos castigaron a los trabajadores y empobrecieron terriblemente, al igual que el PRI, a la población. Ambas propuestas pretenden frivolizar un ejercicio de participación ciudadana tan importante como la consulta popular que establece el artículo 35 constitucional.

Buscan desviar la atención de los negocios corruptos y el acto de traición a la patria que cometieron con la contra reforma privatizadora que permitirá que las empresas extranjeras se apropien de nuestro petróleo y nuestros hidrocarburos; buscan al mismo tiempo, sobre todo en el caso del PRI, exaltar los ánimos ciudadanos en contra de la democracia representativa y el papel del Congreso, utilizando la mala imagen bien ganada por varios legisladores prepotentes, faltistas e improductivos, la inmensa mayoría por cierto provenientes del Revolucionario Institucional, que hace que un amplio segmento ciudadano tenga una actitud hostil al parlamento.

Esta propuesta demagógica y populista entraña de prosperar, lo cual sería un exceso autoritario y el prólogo de una dictadura, la posibilidad de sobrerepresentar a una fuerza por encima de todas las demás y el tirar literalmente a la basura millones de votos ciudadanos que optaron por otras opciones y que no tendrían representación en el Congreso de la Unión.

Es una cortina de humo para distraer la atención, tratan de trivializar el ejercicio de las consultas populares, consagradas en el artículo 35 constitucional, y al mismo tiempo envían un mensaje autoritario con esta propuesta cínica del PRI: Reducir el tamaño del Congreso de la Unión y sobrerepresentar a una fuerza política por encima de las demás de manera artificial y tramposa para que ésta cuente con la mayoría calificada.

No conformes con privatizar el petróleo, empobrecer a la población del país, ahora el PRI quiere acabar paulatinamente con el Congreso de la Unión, a similitud de lo que hizo en 1913 otro traidor a la patria (Victoriano Huerta), que acabó disolviendo el Congreso y asesinó a legisladores como Belisario Domínguez.

Peña Nieto y el PRI han dado golpe tras golpe al país y buscarán seguir haciéndolo. Por esas razones urge un cambio de fondo en el país para frenar la devastación y recuperar el futuro nacional. Así como ellos proponen reducir el número de diputados, nosotros proponemos que se vaya a consulta popular sí debe seguir o no como presidente de la República Peña Nieto, dados sus nulos resultados en materia económica, seguridad pública y estabilidad social.

En el artículo 35 constitucional se prohíbe expresamente hacer consultas populares en materia electoral, sin embargo el PRI lo hace para sembrar este tema en la opinión pública y generar una polémica absurda y porqué sabe que en un momento dado la Suprema Corte de Justicia de la Nación que tiene sometida podría acceder a esta atrocidad constitucional. Al igual que ellos hacen propuestas (que pueden calificarse de ocurrencias), nosotros hacemos planteamientos, pero con auténtico apoyo social.

Las encuestas en el país reprueban contundentemente al actual gobierno federal y la consulta sobre la revocación del mandato de Peña Nieto que, además tiene el soporte del artículo 39 constitucional, tiene asideros sociales frente a su pobre desempeño y su traición a la patria con el robo del petróleo.

Es mentira que con esta reducción al Congreso se vayan a ahorrar considerables gastos. Un dato: El avión faraónico de Peña Nieto más su hangar tendrán un costo de ocho mil quinientos millones de pesos. Todo el presupuesto de un año de la Cámara de Diputados es igual a seis mil setecientos millones de pesos. Por su lado, la Auditoría Superior de la Federación gasta mil ochocientos millones de pesos. Esto significa que el avión de Peña Nieto y la transformación del hangar son equivalentes al presupuesto total de un año de la Cámara más el presupuesto anual de la Auditoría Superior de la Federación.

No buscan ahorrar. Buscan terminar de someter al Congreso de la Unión. Ya sometieron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la cual acaba de resolver que es válido el IVA de 16% en las fronteras. Esto significa que EPN tiene arrodillada a la Corte, y quiere acabar con las voces críticas en el Congreso.

Vivimos una República simulada con instituciones que lejos de defender y actuar en función de los intereses de la ciudadanía le sirven al poder autocrático prianista. Algunos ejemplos de este mundo al revés: La Comisión Nacional de los Derechos Humanos avala la Ley Bala en Puebla que autoriza el uso de armas por parte de las policías para reprimir movilizaciones sociales y que ya ha costado la vida de personas; la SEMARNAT alienta el uso de la fractura hidráulica Fracking en la explotación del Gas de lutitas; el IFAI no presenta acción de inconstitucionalidad en contra de la Ley Telecom que afecta las comunicaciones privadas y los datos personales. Y así podríamos mencionar muchísimos ejemplos más.

En este contexto de instituciones sometidas se pueden vislumbrar los siguientes escenarios: uno, que la SCJN resuelva que ninguna de las solicitudes de consulta popular es procedente, empatando facciosamente las tres consultas (la de la reforma energética de la izquierda, la de la reducción del congreso del PRI y la del salario mínimo del PAN) como sí las tres tuvieran la misma relevancia, cuando es evidente que las del PRIAN son distractoras del tema de fondo que es la recuperar nuestro petróleo y nuestros hidrocarburos. De esta manera el régimen desplegaría su aparato propagandístico para decir que fue equitativa la Corte y que ninguna de las tres fue viable.

Otro escenario es que la SCJN sólo autorice la consulta del PRI, a pesar de estar prohibido el tema electoral expresamente en la Constitución, para seguir encaminando al país hacia un autoritarismo excluyente, sepultar el pluralismo y apuntar baterías para disolver de facto el Poder Legislativo.

El escenario que hay que provocar a partir de la movilización social es que, a pesar de la consigna del gobierno y las trasnacionales, la SCJN apruebe la consulta energética. No será fácil frente a los inmensos intereses económicos corruptos que representa este desfalco al país y sus resoluciones apegadas a la línea presidencial. Pero no nos podemos rendir, ni podemos claudicar. Sólo dando está batalla podremos dar pasos firmes en el rescate de nuestra nación.



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