11/15/2014

Población: Sin indicadores, poco que hacer en materia de migración femenina


Escrito por Juana María Nava Castillo      

Aguascalientes, México, noviembre (SEMlac).- Por sí sola, la migración es un problema de derechos humanos no atendido ni resuelto; pero al tratarse de mujeres, se convierte en un asunto más delicado por la condición de vulnerabilidad en que la mayoría de ellas se traslada de frontera a frontera, siendo principalmente víctimas de violación sexual.

Pese a que tienen algunas referencias, no se cuenta con una estadística oficial y desagregada por sexo que permita dimensionar el problema para implementar acciones concretas y eficientes que atiendan este asunto, dijo la experta en el tema Monserrat Hernández, de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Durante el "XV Encuentro Internacional de Estadísticas de Género. Balances y desafíos en el marco de la Agenda de Desarrollo Sostenible Post 2015", efectuado del 5 al 7 de noviembre en Aguascalientes, al centro del país, Hernández refirió que en el mundo hay 214 millones de personas migrantes, de las cuales 50 por ciento son mujeres.

Se estima que para 2050 se duplique el número de personas migrantes en el mundo para llegar a 405 millones. La migración interna en las naciones se calcula en alrededor de 750 millones de personas actualmente, según la OIM.
En el transcurso del XV Encuentro de Estadística, que convocan conjuntamente el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), ONU-Mujeres México y la División de Asuntos de Género de la CEPAL, la experta mencionó que el contexto social e institucional es lo que hace a las mujeres más vulnerables a ser víctimas de la violencia generalizada, a la trata y tráfico de personas, al abuso sexual, a la discriminación y en general a una constante violación a sus derechos humanos

A esto se suma la vulnerabilidad interseccional, pues no enfrenta las mismas condiciones una mujer mayor, que una joven, una mujer indígena o embarazada, una niña o una adolescente.

Según la "Encuesta sobre Migración y Salud Sexual y Reproductiva de Migrantes en Tránsito entre la frontera de México y Guatemala 2009-2010", publicada por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), 28 por ciento de las migrantes refirieron ser víctimas de abuso sexual a cambio de bienes, dinero o protección. Un 29 por ciento reconoció ser sujeta de violencia psicológica.

A diferencia de las pasadas décadas de los sesenta, setenta y ochenta, cuando se les atribuía razones de acompañamiento con familiares, ahora se reconoce que las mujeres en general migran por razones económicas, de búsqueda de oportunidades, porque son sostén de familia o porque desean una mejor calidad de vida.

Sin embargo, las condiciones en que lo hace la mayoría de quienes se trasladan de manera irregular son de extremo peligro, por lo que han optado por prevenir embarazos ingiriendo anticonceptivos mientras hacen su trayecto, indicó Monserrat Hernández, al participar en el panel "Estadísticas de género y migración".

En materia legislativa, refirió, ha habido avances como la despenalización de la migración en 2008, o el acceso a la justicia a la que tienen derecho las personas migrantes, así como la misma Ley de Migración y la Ley sobre refugiados y protección complementaria y asilo político. Más recientemente, con la Ley general para prevenir, sancionar y erradicar los delitos en materia de trata y para la protección y asistencia a las víctimas de esos delitos.

Destacó, no obstante, que los retos son muy grandes debido a la falta de información y datos desagregados, sin los cuales no se puede sensibilizar en el tema, ni aplicar políticas que brinden atención a la problemática de la migración femenina, la cual es transversal con otros problemas nodales, como la violencia, la salud y la pobreza, entre otros.

En el mismo panel, la titular de Estadística en la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación en México, Graciela Martínez, reconoció que hay una significativa carencia de datos del tema migratorio, y más aún si se enfoca a las mujeres, y lo atribuyó, entre otras cosas, a la diferencia conceptual y jurídica de las diversas fuentes de información.

Aceptó que el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y no Discriminación contra las Mujeres (Proigualdad) 2013-2018 obliga a todas las entidades de la administración federal a incorporar la perspectiva de género en sus estadísticas; por ello, uno de los retos es generar nuevos criterios de recolección de datos y construcción de indicadores.

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