12/18/2014

Los periodistas pal café. . .




Más que forzarla a salir del salón donde exhortaba a pedir perdón por la muerte de los normalistas de Ayotzinapa, los definitorios estrategas políticos, mejor conocidos como Estado Mayor Presidencial, debieron hacer que su mexiquense protegido aprovechara la circunstancia y cumpliera con esa exigencia menor, relativamente fácil de conceder, que le pretendía hacer una mujer, luego extraoficialmente identificada como Erica Barrón.
Pedir perdón sería un gesto fácilmente aprovechable en términos propagandísticos, mostraría un hipotético flanco sentimental en la punta de la pirámide del salvaje poder político, no implicaría mayor compromiso que mantener apariencias de pesadumbre y condolencia y no tendría ninguna condición vinculatoria con la justicia y el castigo. Hasta el frívolo y corrupto José López Portillo pidió perdón a los pobres mientras maniobraba para seguir sumiéndolos en peor condición.
Pero Enrique Peña Nieto está desposeído de discurso para enfrentar de manera exitosa el tema de los 43. No es capaz de elaborar algo más que la retórica simplista de ocasión, y gestual y anímicamente aparece en actos públicos sin acompasarse al ánimo social dolido que requiere mucho más que palabrería burocrática. Acompañado por un gabinete hundido, que sólo aporta problemas y escándalos, entregado a las fuerzas armadas como única esperanza de gobernabilidad, empantanado en los casos (¿sin salida?) de Iguala y la Casa Blanca (más lo que se acumule, como el inmobiliariamente solidario Videgaray), Peña Nieto es un fantasma político que deambula entre ceremoniales blindados y teleprompters estériles.
Ayer, por ejemplo, ante el incidente de la mujer que quiso incitarlo a pedir perdón, en el contexto de un Consejo Nacional Agropecuario, el mexiquense sólo atinó a referirse de pasada a diversos señalamientos (una miscelánea, podría entenderse) a los que asegura haber dado explicación oportuna. Muy discutible sería el que lo dicho hasta ahora sea de verdad una explicación y que hubiera sido oportuna. Pero aun suponiendo, sin conceder, que tal combo de palabras fuera cierto, no son explicaciones lo que demandan millones de mexicanos, sino investigaciones creíbles y certeras, además de justicia, es decir, castigo para los responsables y construcción de condiciones para que esa criminalidad de Estado no vuelva a repetirse.
Ese talante a la antigua, creyente de que las palabras oficiales por sí mismas han de convertirse en verdad socialmente aceptada, fue mostrado por el fabulador Jesús Murillo Karam en CNN, al ser entrevistado por Carmen Aristegui. Con una pose desdeñosa (descansado el autor del ya me cansé), aferrado al guión de la legalidad que México entero sabe se maneja a conveniencia de quienes la controlan, el titular de la PGR cerró las puertas a las versiones de que hubo policías federales y Ejército presentes en los hechos de Iguala y, al mismo tiempo, abrió la sombría ruta de lo procesal para que quienes tengan pruebas las presenten a esa autoridad nada confiable.
El comisionado de Los Pinos para el manejo de Michoacán, Alfredo Castillo, ha recurrido a la fórmula elusiva usada durante el calderonismo: se matan entre ellos, para tratar de justificar lo que más bien debería hacer que se investigue y castigue de verdad, y sin manipulaciones facciosas, la muerte por disparo de arma de fuego de 11 personas en La Ruana. Según el mexiquense, que a la hora de los plomazos se concentraba en los detalles de la compra de un reloj Rolex en selecto rumbo de la ciudad de México, según reportes periodísticos capitalinos, tales fallecimientos violentos tuvieron como móvil viejas rencillas entre los grupos que encabezan Hipólito Mora y otro jefe de autodefensas apodado El americano. Esa lógica de pleitos de vecindades mal avenidas permitió a las fuerzas armadas no intervenir a tiempo en La Ruana para impedir un desenlace que Mora ya había advertido con mucha anticipación, y probablemente servirá, además, para encarcelar o procesar al zigzagueante Mora (a veces plenamente entendido con Castillo, y en otras ocasiones férreamente opuesto) y para tratar de someter a los autodefensas insurrectos en general.
El presidente de Bolivia ha dicho que México es un modelo fallido de libre mercado. Entrevistado horas antes del inicio de la cumbre del Mercosur en Argentina, Evo Morales señaló, mientras hablaba de los objetivos económicos solidarios de esa reunión subcontinental: “Imagínese lo que está viviendo México. Yo digo que México es un modelo fallido. El modelo fallido. El libre mercado fallido. Lamentablemente, las autoridades se sometieron al libre mercado de Estados Unidos. Ahora allí están los resultados. Eso nos debe hacer reflexionar a todos los países que impulsan el libre mercado (programa La mañana, conducido por Víctor Hugo Morales, del 1:46 al 2:23, http://bit.ly/13zGvVj). ¿Intentará el canciller Meade alguna forma de presión para ver si Evo en algo enmienda, como tuvo que hacer el uruguayo José Mujica? ¿O mejor ni moverle con el boliviano?
Barack Obama busca trascender sus graves complicaciones internas al abrir las puertas en un primer paquete diplomático a la Cuba largamente acosada y bajo bloqueo. Es, desde luego, un triunfo histórico de la revolución cubana y confirma que las políticas estadunidenses contra la nación socialista caribeña fueron injustas e ineficaces. No conllevan aún la liberación del embargo comercial, pero los primeros pasos son altamente significativos. Habrá de verse si pueden sostenerse, e incluso agrandarse, en el marco del control legislativo de los republicanos y de la exacerbación de ánimos que de inmediato mostró la derecha de ese país. El movimiento en el tablero internacional tiene repercusiones en la política interna, donde Marco Rubio, un joven senador republicano por Florida, pretende abanderar el enojo de esa derecha, mientras Jeb Bush ha anunciado el interés dinástico en la candidatura a la presidencia imperial.
Y, mientras esta columna se alista para dejar durante dos semanas que sus lectores reposen, ¡hasta mañana!, Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx




Coca-Cola se vende en todo el planeta, excepto en dos países: Corea del Norte y Cuba. La lista pronto se achicará a uno solo. Además de las implicaciones históricas, políticas, sociales y humanas que conlleva la decisión del presidente Obama, de terminar el embargo que dura más de medio siglo, habrá repercusiones económicas. Cuba es un mercado de 11 millones de consumidores –aproximadamente del mismo tamaño que el Distrito Federal y sus alrededores. Otras compañías trasnacionales que harán pronto aterrizaje serán Walmart, Nike y McDonald’s, de acuerdo con Bloomberg y otras publicaciones internacionales. Probablemente también bancos como Citigroup y Chase. Obama permitirá a los negocios exportar mercancías como materiales de construcción, equipo agrícola y de comunicaciones. Un sector que recibirá gran impacto será el turístico. Cuba se convertirá –ya lo es– en competidor de Cancún y el Caribe mexicano. En sentido inverso, la industria del tabaco cubano tiene gran futuro, así como sus rones, pero no produce manufacturas de exportación competitivas. En cambio, su avanzada medicina –como el tratamiento para el cáncer– tendría buena acogida, una vez que cumpliera los requisitos de la FDA. Me tocó ver años atrás la llegada de la Pepsi-Cola a Moscú. Ojala no se repita la historia que siguió a ese suceso en la antigua Unión Soviética.
El contrato del agua para Monterrey
Una red de organizaciones de la sociedad presentó una solicitud de amparo contra la construcción del acueducto Monterrey VI, argumentando la falta de consulta ciudadana sobre el proyecto. El representante de las organizaciones, Mario Núñez, explica que la comunidad nunca fue enterada del proceso de licitación –la cual ganó un consorcio de cinco empresas, una de las cuales, Concretos y Obra Civil del Pacífico, es propiedad de Juan Armando Hinojosa, el de las residencias de Lomas y Malinalco. Además, de acuerdo con la organización ecologista Reforestación Extrema, “la dirección de Agua y Drenaje de Monterrey falseó y alteró información de manera deliberada con la intención de justificar este proyecto y hacerlo parecer ante la opinión pública como algo urgente y pertinente. El proyecto Monterrey VI contempla la construcción de 372 kilómetros de longitud de ductos para transportar agua a la zona metropolitana de Nuevo León desde el río Pánuco, se iniciará en San Luis Potosí y concluirá en Linares. Se contempla que requerirá una inversión de 57 mil millones de pesos.



Noticia histórica, pero insuficiente. Que Cuba y Estados Unidos reinicien relaciones diplomáticas es un gran paso hacia adelante, pero no incluye lo realmente importante: el fin del ilegal cuan brutal bloqueo económico, comercial y financiero que la Casa Blanca impuso a la isla más de medio siglo atrás.
En castellano simple, ya se guisó el caldo, lo que es bueno, pero faltan las albóndigas, que es lo principal. Y para levantar ese bloqueo el inquilino de la Casa Blanca no requiere la asistencia ni el permiso del Congreso estadunidense, de tal suerte que en los cambios más significativos en nuestra política (exterior) en más de 50 años (Obama dixit) no incluyó lo fundamental.
Obama promete poner fin a un enfoque caduco que, durante décadas, ha fracasado en avanzar nuestros intereses y, en su lugar, empezaremos a normalizar relaciones entre nuestros dos países. A través de estos cambios, tenemos la intención de crear más oportunidades para los pueblos estadunidense y cubano, e iniciar un nuevo capítulo, el cual, sin duda alguna, debió iniciar con el levantamiento del bloqueo económico.
De acuerdo con el más reciente balance del gobierno cubano, los daños económicos acumulados por el bloqueo superan el billón de dólares, calculados al valor del oro, mientras que los daños humanos son incalculables, pero Cuba nunca se doblegó.
Entonces, el fin del bloqueo es el obligado reinicio y normalización de relaciones bilaterales, pero mientras una de las partes reconsidera va de nuevo la maravillosa crónica de Gabriel García Márquez (*), que deja en claro de qué se trata todo esto.
“Yo tomé conciencia del bloqueo de una manera brutal, pero a la vez un poco lírica, como había tomado conciencia de casi todo en la vida. Después de una noche de trabajo en la oficina de Prensa Latina, me fui solo y medio entorpecido en busca de algo para comer. Estaba amaneciendo. El mar tenía un humor tranquilo y una brecha anaranjada lo separaba del cielo en el horizonte.
“Caminé por el centro de la avenida desierta, contra el viento de salitre del malecón, buscando algún lugar abierto para comer, bajo las arcadas de piedras carcomidas y rezumantes de la ciudad vieja. Por fin, encontré una fonda con la cortina metálica cerrada, pero sin candado, y traté de levantarla para entrar, porque dentro había luz y un hombre estaba lustrando los vasos en el mostrador.
“Apenas lo había intentado cuando sentí a mis espaldas el ruido inconfundible del cerrojo de un fusil al ser montado y una voz de mujer, muy dulce pero resuelta: quieto compañero, dijo; levanta las manos. Era una aparición en la bruma del amanecer. Tenía un semblante muy bello, con el pelo amarrado en la nuca como una cola de caballo y la camisa de miliciana ensopada por el viento del mar. Estaba asustada, sin duda, pero tenía los tacones separados y bien establecidos en la tierra y agarraba el fusil como un soldado.
“Tengo hambre, le dije. Tal vez lo dije con demasiada convicción, porque sólo entonces comprendió que yo no había tratado de entrar en la fonda a la fuerza y su desconfianza se convirtió en lástima: Es muy tarde, dijo.
“Al contrario, le repliqué; el problema es que es demasiado temprano; lo que quiero es desayunar.
“Entonces, hizo señas hacia adentro por el cristal y convenció al hombre de que me sirviera algo, aunque faltaban dos horas para abrir. Pedí huevos fritos con jamón, café con leche y pan con mantequilla y un jugo fresco de cualquier fruta.
“El hombre me dijo, con una precisión sospechosa, que no había huevos ni jamón desde hacía una semana, ni leche desde hacía tres días, y que lo único que podía servirme era una taza de café negro y pan sin mantequilla y, si acaso, un poco de macarrones recalentados de la noche anterior.
“Sorprendido, le pregunté qué estaba pasando con las cosas de comer y mi sorpresa era tan inocente, que entonces fue él quien se sintió sorprendido: No pasa nada –me dijo–, nada más que a este país se lo llevó el carajo.
“No era enemigo de la Revolución, como lo imaginé al principio. Por el contrario, era el último de una familia de 11 personas que se habían fugado en bloque para Miami. Había decidido quedarse. Y en efecto se quedó para siempre, pero su oficio le permitía descifrar el porvenir con elementos más reales que los de un periodista trasnochado. Pensaba que antes de tres meses tendría que cerrar la fonda por falta de comida, pero no le importaba mucho porque ya tenía planes muy bien definidos para su futuro personal.
“Su pronóstico fue certero. El 12 de marzo de 1962, cuando ya habían transcurrido 322 días desde el principio del bloqueo, se impuso el racionamiento drástico de las cosas de comer.
“Se asignó a cada adulto una ración mensual de tres libras de carne, una de pescado, una de pollo, seis de arroz, dos de manteca, una y media de frijoles, cuatro onzas de mantequilla y cinco huevos. Era una ración calculada para que cada cubano consumiera una cantidad normal de calorías diarias. Había raciones especiales para los niños, según la edad, y todos los menores de 14 años tenían derecho a un litro de leche diaria.




El principio de la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, anunciado ayer en sendos mensajes públicos por los mandatarios Raúl Castro y Barack Obama, constituye un triunfo histórico para la sociedad y el gobierno de la isla, y es un hecho que dará trascendencia a la trayectoria presidencial del segundo.

Incertidumbre
Con la tragedia que se vive en Iguala, el gobierno muestra su incompetencia y la poca credibilidad que tiene ante la sociedad, y esto pone al país en una gran incertidumbre y miedo. México no merece estas condiciones, ni gobernantes como los tres últimos presidentes emanados de PAN y el PRI.

Foto
Cascarón de un viejo misil soviético pintado en octubre de 2012 para su exhibición en el complejo militar Morro Cabaña, que está abierto a los turistas en La Habana, Cuba. El mundo se puso de pie al borde del Armagedón durante 13 días en octubre de 1962, cuando el presidente John F. Kennedy trazó una línea simbólica en el Atlántico y advirtió de graves consecuencias si el primer ministro soviético, Nikita Khrushchev, se atrevía a cruzarlo Foto Ap

Muy mal deben de andar las cosas en México para que hasta Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se atreva a señalar que nuestro país atraviesa por una grave crisis social, que somos una sociedad con miedo, secuestrada por la violencia; y sus palabras sean secundadas por el Presidente de ese organismo, quien frente al Presidente de la República hizo referencia al dolor y la indignación popular por la violación de los derechos humanos. En años anteriores los miembros del Poder Judicial procuraban no opinar sobre estos temas, que consideraban propios de los opositores al gobierno en turno, menos si formaban parte la cúpula judicial. Ahora ya no sucede así, y si expresan sus opiniones mas allá de la interpretación de las leyes, seguramente es porque, aunque colocados en una situación de privilegio, también miran la crisis del país, sienten el miedo en que la mayoría vemos transcurrir nuestras vidas y temen ser la próxima victima de la violencia.

El año concluye y el horizonte nacional sigue oscureciéndose. A las duras, insuperables señales de la tragedia que nos marcan para siempre –y cuyo desenlace sigue pendiente– se unen la incertidumbre económica, la desazón de las élites que lo quieren todo ahora, la sensación generalizada de los de abajo de que algo va mal y nos afecta a todos, aunque la distribución de las cargas sea como siempre injusta, desigual. Por primera vez en mucho tiempo la conciencia de la crisis desborda las soluciones imaginadas para atenderla. La necesidad del cambio es innegable. Sin embargo, a la irritación manifiesta se añade, riesgosamente, el aura pesimista que anuncia el retroceso de la democracia como aspiración, el fatalismo que se apoya en la vuelta al principio de autoridad como requisito del orden.

Los miembros del gabinete y el presidente Peña Nieto han perdido la confianza incluso de las corrientes de opinión pública que hasta aquí los apoyaban. La información publicada a propósito de créditos y de casas que recibieron de parte de un contratista que sólo buscaba complacerlos ha tenido un efecto catastrófico sobre la imagen del gobierno. Según el canciller Meade, México no es considerado en el exterior como un narcoestado. Puede ser, pero de lo que no hay duda es que, gracias a la clase política nos proyectamos en el mundo como un país dominado por la corrupción de sus funcionarios y la tolerancia de la sociedad. Eso fue lo que dijo el presidente de Uruguay, José Mujica, que con la candidez de un abuelo chocho, a unas semanas de una visita oficial a nuestro país tuvo a bien decir que estamos carcomidos, y que la corrupción se ha instalado como una tácita costumbre social, que es objeto de admiración y aplauso. ¿No pudo usted pensar en nada más ofensivo?

Han transcurrido tres semanas desde la reunión de la OPEP. En ellas, los precios internacionales del petróleo han estado en caída libre. Como se sabe, el largo periodo de estabilidad en altos niveles (superiores a los 100 dólares por barril), iniciado con el decenio, se interrumpió hacia mediados de 2014, con un trimestre de fluctuaciones agudas con clara tendencia a la baja y fuertes caídas repetidas día a día en las fechas de la reunión de Viena. La caída de los crudos marcadores, entre el 26 de junio y el primero de diciembre fue de 39.1 por ciento para el Brent, al pasar de 113.75 a 68.22 dólares por barril, y de 39.6 por ciento para el WTI, que se movió de 106.54 a 64.40 dólares por barril. En diciembre, la caída se ha acelerado, con repuntes momentáneos y acentuadas bajas: el viernes 12 las cotizaciones fueron de 63.00 para el Brent y 59.25 para el WTI, con caída de 7.7 y 8.0 por ciento sobre el principio de mes y de 45.6 y de 40.8 por ciento sobre finales de junio, respectivamente (cifras del blog beyondbrics del Financial Times). Hasta el momento, el mercado no ha tocado fondo y se fortalece la noción de que no se enfrenta una corrección de coyuntura, sino un ajuste estructural.
Cerca ya del cierre del año en el que el grupo gobernante pensaba que las reformas aprobadas estarían empezando a aplicarse y, por tanto, próximas a rendir sus primeros frutos, la situación se ha modificado drásticamente. Los acontecimientos de Ayotzinapa, el movimiento social que se ha desarrollado y la impresionante solidaridad global que se ha expresado, dieron al traste con su proyecto. Además, las revelaciones que ilustran la corrupción a los más altos niveles, les hizo perder la autocolocada aureola de modernizadores, dejando al descubierto su primitivismo depredador. Consecuentemente el mundo ha desestimado sus imágenes publicitarias, reconociendo que lo que verdaderamente expresa lo que sucede en el país es que se vive sin Estado y al margen de la ley.

Hay movimientos críticos en la literatura que pretenden renovar y al mismo tiempo rendir homenaje a otros autores para crear nuevas genealogías literarias. Existe el neobarroco con Lezama Lima, Severo Sarduy, et al; el neobarroso con Néstor Perlongher y otros poetas muy distintos a él que suelen agruparse dentro de esta catalogación: Tamara Kamenszain o José Kozer, entre otros. Pero también está el neorrabioso, un blog de un escritor español que recoge frases de escritores contra escritores. Está a tono con el tipo de anécdotas que he venido recogiendo acerca de Borges en los Diarios de Bioy Casares sobre Borges, que el crítico español también destaca entre los numerosos que se encuentran en ese espeso tomo de mil 662 páginas.


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