2/11/2016

Trabajadoras de intendencia presentan demanda ante JLCyA


   Antes marcharon y recibieron la solidaridad de simpatizantes


Muñecas de cartón con uniforme de intendencia color azul y blanco sobresalieron la mañana de hoy en la Avenida Fray Servando, en el centro de esta ciudad.

Sostenidas por mujeres de piel y sudor, las “trabajadoras de cartón” fueron directo a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal (JLCyA), ubicada sobre esa misma avenida, para iniciar el proceso legal por el que exigirán que las autoridades locales –que se benefician directamente de sus servicios– reconozcan la responsabilidad laboral que tienen con ellas.

Bajo los bordes de la bata que distingue al personal de limpieza subcontratado que trabajaba en el Instituto de Educación Media Superior (IEMS) –órgano descentralizado del Gobierno del Distrito Federal (GDF)–, una cartulina reseñaba dos realidades que la administración capitalina trata de ocultar: “Outsourcing: la esclavitud moderna de Mancera”, y “El IEMS y GDF discriminan a las trabajadoras”.

Las manos que sostuvieron esas consignas son las mismas que por 12 años limpiaron los cubículos de los funcionarios del IEMS que ahora las desconocen, dijo la trabajadora María Magdalena Nolla Hernández, despedida sin ninguna razón a inicios de este año.

La jefa de familia aseguró que durante la docena de años que laboró para el IEMS firmó cheques de al menos seis empresas diferentes, mismas que ahora es imposible encontrar porque dieron domicilios falsos, según constataron las propias trabajadoras al acudir a tales direcciones y toparse con lavados de autos u otros negocios.

Este vaivén de empresas subcontratistas impidió que María Magdalena –quien en los últimos tres años no vio aumentos a su raquítico sueldo de mil 300 pesos quincenales– sumara los días suficientes para tener derecho a vacaciones, se le pagara aguinaldo o un finiquito.

Las decenas de mujeres que hace un mes y dos días fueron despedidas de seis planteles del IEMS por gritar los abusos laborales que se cometían en su contra, caminaron cerca de 50 minutos desde la Universidad Autónoma de la Ciudad de México hasta la JLCyA.

Ni el viento frío con el que amaneció el día pudo con los palos de escoba que sostenían a las muñecas de cartón. Estudiantes, sindicalistas y defensoras de Derechos Humanos que marcharon hicieron el cobijo necesario para que las trabajadoras avanzaran.

Las voces en alto con las que exigieron la reinstalación en su empleo, así como la basificación y mejoras laborales, hicieron frente al ruido de los automóviles que, de cara a las manifestantes, no se detuvieron y amedrentaron continuamente su paso.

“Trabajo digno, salario justo y seguridad social para el personal de intendencia del IEMS” fue la demanda que expresó Patricia Márquez Martínez, trabajadora de 54 años de edad del plantel Tláhuac, que no sólo fue despedida el pasado 8 de enero, sino que además aguantó durante seis años humillaciones y maltratos por parte de sus superiores.

Mientras esta mujer de pelo blanco marchaba, su hijo adolescente, que estudia en la misma escuela –y que hoy recibió una lección de fortaleza–, reposó su brazo derecho sobre la espalda de su madre en muestra de apoyo.

“Aquí estoy apoyando a mi mamá para que le devuelvan su trabajo”, se leía en el cartel que llevaba un niño de nueve años y que estuvo siempre al lado de una de las mujeres que encabezaba la marcha: Blanca Carrillo, también trabajadora de intendencia despedida.



Acompañada de otras mujeres, Blanca ha hecho más que marchar hoy para que las autoridades les brinden justicia. Por eso se reunió ayer con funcionarios de la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo del DF, de la Procuraduría del Trabajo, y del IEMS, quienes le propusieron reinstalar sólo a unas trabajadoras, según relató.

Entre los argumentos que escuchó Blanca de parte de las autoridades laborales y del IEMS (para el que prestó más de cinco años de servicio) estaban que “si de verdad tenía tanta necesidad aceptara ir a los otros lugares donde la pusiera la empresa”, que no pueden basificarlas porque tendrían que hacer lo mismo con quienes surten gas o hacen la jardinería, y que no pueden obligar a la empresa a reinstalarlas “porque se estarían violando sus derechos”.

En un intento más por conseguir respuestas de las autoridades capitalinas, las mujeres se plantaron al filo de la una de la tarde frente a las instalaciones de la Junta, mientras personal de seguridad resguardaba receloso las puertas cerradas del recinto.

“Rebeldes”, “dignas” y “valientes” fueron llamadas las trabajadoras por las y los simpatizantes que iniciaron un mitin. En tanto, adentro de la JLCyA, el representante legal de las mujeres, Porfirio Martínez, presentaba una demanda.

Una vez afuera, el litigante mostró a las trabajadoras una serie de papeles, entre ellos la demanda que hoy interpuso ante la Oficialía de Partes de la JLCyA, e informó que mañana habrán de regresar para continuar el proceso.

Martínez recordó que con la demanda se exige a las autoridades que reconozcan su responsabilidad como empleadores, según marca el artículo 21 de la Ley Federal del Trabajo, y se asignen prestaciones para todas las compañeras.

También les dijo que “esta demanda no es más que un elemento adicional en la lucha que ustedes están dando; no es todo ni es lo único, ni es lo más importante, sólo es un instrumento legal que se está utilizando para fortalecer su lucha y la de quienes siguen laborando en estas condiciones”.

Al final del mitin, las trabajadoras se preparaban para regresar a sus casas o a los plantones que mantienen afuera de las escuelas, donde organizarán las próximas acciones, porque –como dijo Guadalupe Carrasco, otra de las empleadas despedidas– ahora “ya no vamos a dar un paso atrás”.



CIMACFoto: César Martínez López
Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias | México, DF.-

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