4/10/2016

Dictadura burocrática



Antonio Gershenson
La Jornada
Ya fracasaron en el intento de matar al Partido del Trabajo; 14 mil votantes de Aguascalientes los derrotaron. Ahora prefieren anticiparse y liquidar a dos candidatos que consideran peligrosos, aspirantes del Morena, pero no atacan a los que consideran que van a perder.
Así, cancelaron las candidaturas a gobernador de David Monreal en Zacatecas (ya su hermano les ha ganado dos elecciones distintas), y de Guillermo Fabela en Durango.
Por supuesto que no le van a hacer nada a ningún candidato del PRI o del PAN. Estos partidos de derecha se turnan en el gobierno y, si el actual gobierno sigue en decadencia, la alternativa para ellos es Acción Nacional, al fin que la izquierda está dividida.
El Instituto Nacional Electoral (INE) muestra que es un instrumento de represión, como los cuerpos policiales y militares.
El problema es que los actos gubernamentales impositivos son múltiples: el nuevo método de combatir la contaminación, hacer que todos los coches dejen de circular un día por semana y además un día al mes, todos parejos, los que generan más gases dañinos y los menos. Se acabó el estímulo para los autos menos contaminantes.
Es más, los de coche nuevo que quieran circular todos los días –y vaya que si los hay– se compran otro auto, pero barato, al fin que todos se amuelan parejo. Y vamos a tener una nueva oleada de coches viejos que apenas cumplen la norma general. Y la contaminación va a estar peor.
¿Quiénes se benefician con esto? En primer lugar, los vendedores de automóviles, felices de la vida con esta reforma. Y, ¿serán agradecidos? Vamos, no sólo vivimos en el País de las mentiras, sino también en el País de las mordidas.
La solución, está claro, es mejorar los medios colectivos de transporte. Y si bien es positivo aumentar las vías del Metro, no sólo es caro, sino que tarda mucho tiempo. Lo urgente, en este caso, es comprar de inmediato más vagones de Metro para que la gente no tenga que esperar media hora para subir, y que éste sea verdaderamente rápido.
Otro problema: a Pemex le quitan funciones y le quitan todo. Y no sólo su producción va en baja permanente, también las reservas probadas: el crudo equivalente (algo así como suma de crudo y gas natural) bajó de 13 mil millones de barriles el primero de enero de 2015 a 10 mil millones, en números redondos, al mismo día de 2016. ¡Claro! La orden ha de ser no perforen para aumentar reservas, no producen inmediatamente, sólo perforen si es para producir ya.
El futuro no les importa. Ni siquiera saben cuánto tiempo van a durar en su cargo. Les importa su ingreso en Pemex y, por supuesto, la mordida.
Hay que insistir en que en una región se sigue demostrando que el progreso en México y en Pemex no es imposible. A pesar de la tormenta burocrática y reaccionaria, en el litoral de Tabasco Pemex produjo en 2015 nueve veces más crudo que en 2003, y 11.4 veces más gas natural que en 2003, y ya llega a 18 por ciento de la producción nacional de gas.
Eso explica por qué la baja nacional de la producción de gas es de sólo 16 por ciento.
En el ejemplar del 13 de marzo pusimos con algún detalle el ejemplo de India, que obtuvo su independencia apenas hace 65 años. Su economía aumentó 7.5 por ciento en 2015, más que China, de la que dicen que está en crisis. El incremento anual en 2014, año relativamente favorable, fue de -0.4 por ciento en Italia, 0.1 en Japón y 0.2 en Francia, 2.4 en Estados Unidos. En 2015, de crisis, en China fue de 6.9 por ciento, más del doble que del primer mundo en su mejor año, mayor aun que el esperado para este 2016, 6.5, porcentaje que para los chinos es el mínimo para cada uno de los próximos 10 años.
Y en la capital mexicana siguen sin resolverse los problemas del campo, del empleo, de la vivienda. Pero no sólo de la falta de casa para muchos, sino de la sobreconstrucción de grandes edificios sin la previa autorización de los vecinos, cuyas propiedades, tierras y hogares, afectan.
En la actual discusión de la constitución de la Ciudad de México y sus leyes reglamentarias, debería incluirse la autorización previa de los afectados para otorgar un permiso de construcción, y no esperar a que tengan que movilizarse a hechos consumados o semiconsumados.
Como vemos, la dictadura burocrática nos afecta por varios lados.

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