8/14/2017

Los periodistas pal café...



Por más que la administración de Enrique Peña Nieto buscó mantener en la opacidad los detalles delicados del involucramiento de Emilio Lozoya Austin, quien fue el primer director de Petróleos Mexicanos (Pemex) de este sexenio, en el escándalo de sobornos a funcionarios de diferentes países por parte de la firma brasileña Odebrecht, ayer fue publicada en diversos medios una investigación (bajo las firmas de Ignacio Rodríguez Reyna y Alejandra Xanic, de Quinto Elemento Lab) que confirma de manera contundente los bocetos previos de corrupción en lo alto del poder político mexicano (videocharla astillada sobre el tema: https://youtu.be/7Y5RnD2Mdl8).
La revelación de los entretelones de una de las tantas operaciones corruptas en Pemex no puede asumirse como sorpresiva o incomprensible en los niveles donde se decidió, en 2012, nombrarlo como responsable de la gallina de los huevos de oro que iba a ser sacrificada en aras de una apertura reformista a comisionables negocios de fábula.
Lozoya fue designado en Pemex por ser quien era y por hacer lo que sabidamente hacía: su padre, Emilio Lozoya Thalmann, había sido miembro del grupo político de los jóvenes Manuel Camacho Solís y Carlos Salinas de Gortari y, en el gobierno de éste, fue director del Issste y secretario de Energía. El propio Lozoya Austin era, tres meses antes de tomar posesión en Pemex, miembro del consejo de administración de la vertiente mexicana de OHL, la firma de matriz española tan abundante como impunemente involucrada en acusaciones de corrupción de altos vuelos y de financiar campañas electorales, entre otras, las del propio 2012 en México, en la que Lozoya Austin era, desde enero de ese año, vicecoordinador de vinculación internacional de la campaña de EPN al mismo tiempo que consejero de OHL.
A propósito, este sábado el PRI se declaró el partido anticorrupción y comenzó el proceso de instalar muletillas propagandísticas rumbo a los comicios de 2018, reiterando que a México le va bien cuando le va bien al PRI (y, ha de suponerse, cuando le va bien a Lozoya y a sus jefes; por cierto, a Emilio lo sustituyó un concuño de Carlos Salinas).
El intento de cambio de ropaje, para participar en la pasarela del año que entra, incluyó una reforma estatutaria que permitirá al PRI postular como candidatos a ciudadanos que no tengan militancia, pero sí expresen simpatía con los objetivos del tricolor y tengan un perfil electoral competitivo. A causa de tal apertura, José Antonio Meade Kuribreña, el secretario de Hacienda que no está afiliado a ningún partido, fue la figura más solicitada en la aparatosa ceremonia de clausura de la asamblea nacional priísta, sólo superado (ampliamente) por Enrique Peña Nieto, quien convirtió el acto en una suerte de autohomenaje e inicio de temporada de despedida (hay una videocrónica astillada del acto, en https://youtu.be/0Echw0WFM2g).
A contrapelo de lo que sucede en las calles del país, y de su propia valoración tan baja en encuestas de opinión, Peña Nieto se mostró exultante en la mencionada asamblea priísta, al grado de cambiar el saco tradicional por una casaca roja (Calderón se hizo cliente de los caricaturistas con su holgada casaca militar), como símbolo indumentario del inicio de la guerra electoral contra el caudillismo y el populismo.
El consejo estatal de Morena en Ciudad de México decidió, por votación de sus integrantes, que Batres Martí, Monreal Ricardo y Sheinbaum Claudia sean considerados en una encuesta de opinión pública para definir quién tendrá la estratégica candidatura a gobernar la capital del país.
Recurrir al método de las siempre cuchareables encuestas se debe a la imposibilidad de que hubiera un consenso entre los aspirantes y, a pesar de que los tres participantes se deshacen en declarar que no hay riesgo de fractura, esta posibilidad se mantendrá en la medida en que sea más evidente la confrontación entre dos polos, el que encabeza la jefa delegacional de Tlalpan, Claudia Sheinbaum Pardo, considerada la favorita del jefe máximo del partido y apoyada de manera evidente por el núcleo más cercano a éste (incluyendo figuras familiares, cada vez más poderosas), y el que encabeza el jefe delegacional de Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, ex gobernador de Zacatecas y operador político con peso propio, aunque, hasta ahora, siempre en consonancia con la dirección unipersonal de Morena, aunque no en los grados de adhesión que practican otros segmentos de esa organización.
Otro de los encuestables, Martí Batres, podría resultar beneficiado en un escenario de confrontación extrema entre los grupos de Sheinbaum y Monreal. Un cuarto aspirante, el senador Mario Delgado, quedó fuera del ejercicio de demoscopía (Delgado, hombre de los dineros con Marcelo Ebrard, ha sido la avanzada de éste en el proceso de reincorporación a Morena, proveniente de una larga estancia en el extranjero).
La intensidad de la pelea por la candidatura capitalina corresponde a la importancia de la plaza y a la aparente garantía de que Morena arrasará en CDMX pero, sobre todo, al carácter de presidenciable que adquiriría quien la ganara (sobre todo, Monreal, empezaría a construir su candidatura hacia el 2024 desde el primer día en que llegara al mando capitalino).
Y, por si faltara carga explosiva, la candidatura capitalina está atada al proceso de sucesión en la presidencia de Morena, que se podría complicar para el interés tabasqueño si López Obrador no gana la Presidencia de la República en su tercer intento (recuérdese que el proceso de arrebato del poder en el PRD, entre AMLO y el entonces jefe político máximo, Cuauhtémoc Cárdenas, inició la misma noche del 2 de julio de 2000 en que aquel celebró su victoria como jefe de Gobierno y el segundo se fue a casa, derrotado).
Y, mientras el discurso de odio de Donald Trump (con su contraparte de ambigüedad condenatoria) es repudiado en Washington y Nueva York, a causa de los criminales repuntes racistas en Charlottesville, ¡hasta mañana! ,Twitter: @julioastillero ,Facebook: Julio Astillero ,Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



Foto
Exultante, Peña Nieto manifestó a los millares de correligionarios que reunió la asamblea nacional priísta el fin de semana: ‘‘Lo dije en marzo y lo reitero: quienes han traicionado la confianza de la gente y del partido (no mencionó por sus nombres a Duarte, Borge, etcétera) deberán enfrentar las consecuencias de sus actos’’. Luego hizo un llamado: ‘‘Como soldados de la patria, los priístas debemos salvaguardar el proyecto de país’’. Su discurso chocó con la áspera realidad. Uno de los ‘‘soldados (priístas) de la patria’’, Emilio Lozoya, vicecoordinador de asuntos internacionales de la campaña del propio Peña Nieto y posteriormente director de Pemex, fue acusado de recibir moches por 10 millones de dólares en el esquema de corrupción Odebrecht. El primer soborno lo habría recibido en los días de la campaña de Peña Nieto, según publica el diario brasileño O’Globo.
El clásico 10%
Petrobras no fue la única petrolera que tuvo ejecutivos corrompidos por Odebrecht. Los documentos de la denuncia internacional de la empresa, aún bajo secreto, pero obtenidos y publicados por O’Globo, muestran que la empresa pagó un total de 10 millones de dólares de sobornos a Emilio Lozoya, director general de Pemex entre 2012 y 2016. A cambio, Odebrecht ganó una licitación de 115 millones de dólares para hacer las obras de terraplén de la refinería Tula (El moche correspondería al clásico 10% del importe del contrato). Según el ex director de Odebrecht en aquel país, Luis Alberto de Meneses Weyll, los pagos comenzaron en marzo de 2012, cuando Lozoya era uno de los principales integrantesdel comité de campaña de Peña Nieto, y se extendieron hasta 2014. Las primeras ‘‘propinas’’ (así las llama O’Globo) se habrían generadocuando el entonces candidato Peña Nieto lideraba las encuestas, el PRI se acercaba a una probable victoria y Lozoya era cotizado para asumir un cargo de relevancia en el futuro gobierno. Dice Meneses Weyll que el primer pago para Lozoya fue de 4 millones de dólares; fue a modo de decir que si el PRI vencía en la elección, la asociación corrupta podría rendirle aún más. ‘‘A principios de 2012, constaté que Emilio Lozoya había alcanzado una posición destacada en el PRI, que disputaba las elecciones presidenciales de julio de 2012, cuyo candidato era el favorito en las encuestas electorales. Lozoya se había convertido en uno de los líderes del comité de campaña, por lo que probablemente se convertiría en una persona influyente en la administración pública del país’’, relató Meneses Weyll a las autoridades brasileñas, en la Fiscalía de la República, en Guarulhos. Y ahí siguieron las ‘‘propinas’’ hasta redondear 10 millones de dólares.
También Calderón
Según Peña Nieto, ‘‘los que han traicionado la confianza de la gente y del partido deberán enfrentar las consecuencias de sus actos’’. Pero toda regla tiene una excepción. El procurador general de la República, Raúl Cervantes, hizo un viaje a Brasil para empaparse del caso. Eso fue en febrero pasado. No hubo consecuencias. Por su lado, el sucesor de Lozoya en Pemex, José Antonio González Anaya, encargó una investigación interna a la firma de abogados Hogan Lovells, referida a los contratos de Pemex con Odebrecht durante el sexenio de Felipe Calderón y el actual. Se sabe que Los Pinos está informado del resultado. El siguiente paso le toca a Peña Nieto: no sólo en el caso del ‘‘soldado’’ que traicionó al partido, sino al ‘‘almirante’’ panista Calderón. También tiene su historia.
El otro basurero
¿Qué intereses se mueven detrás del proyecto de la secretaria de Gobierno de Ciudad de México, Patricia Mercado, para establecer un basurero en la calle 5 de mayo, delegación Álvaro Obregón? El tiradero será ubicado ahí, aunque es el vértice de 20 colonias densamente pobladas. Los vecinos dicen que actualmente se encuentra en avenida San Antonio, pero los terrenos serán utilizados para un proyecto inmobiliario del asambleísta Leonel Luna. Una protesta pacífica fue disuelta por los granaderos.
Ombudsman Social



Pues resulta que llevo ya casi un mes glorificando a nuestros heroicos paisanos que con ejemplar audacia, arrojo y emoción patriótica, se han atrevido a incrustarse en las entrañas del monstruo y estar siempre listos para conformar la quinta columna que, en un ataque de paranoia, esquina con esquizofrenia delirante, del comandante en jefe de las fuerzas armadas del país más poderoso del planeta, se le ocurriera ordenar (producto de la pataleta matutina de todos los días) tomar represalias violentas contra nuestro país. He exaltado los valores (¡Y qué valores!) que han animado la audaz incursión de algunos de nuestros valerosos en el terreno enemigo y con esmero, pese a indudables sacrificios, ir adoptando, haciendo suyas costumbres, conductas, modelos de vida. Renunciando, con todo lo que esto los desgarra, a la fibra más íntima y sensible de su ser nacional. Ningún sueño es más hermoso que el que haces realidad en la flor de la vida, rodeado de los tuyos y de otros que, aunque no lo sean, tú te encargas de anexarlos. Allí están todos ellos: abuelos, padres, hijos, nietos, primos, sobrinos, yernos, nueras: la tradicional familia mexicana, indisoluble ante la adversidad.




¿Quién es Estados Unidos?
Cuando la colonia logra su independencia de Gran Bretaña el 4 de julio de 1776 y se constituye en república con la Constitución de 1787, los ojos del orbe vieron con admiración y esperanza al nacimiento de ese nuevo mundo que rompía con el absolutismo monárquico e instauraba la democracia republicana, camino que un lustro después, en 1792, seguiría la Revolución Francesa.
Lamentablemente, el nacimiento de la nueva nación trajo consigo las primeras suspicacias pues los Padres de la Patria no atinaron a ponerle un nombre y lo llamaron Estados Unidos de América, apropiándose de entrada el nombre de nuestro continente, que fue así bautizado desde el siglo XVI en honor al navegante florentino Américo Vespucci, primer cartógrafo del nuevo mundo.
Poco después, el admirado infante empezó a mostrar colmillos, un apetito feroz y una codicia desbordada por los bienes del prójimo: en 1803 compró a la alicaída Francia la Luisiana y en 1819 la Florida a España; en 1823 el presidente Monroe proclamó su América para los americanos, juego ambiguo de palabras que algunos interpretaron como una advertencia de no intervención a las potencias europeas y otros como la presentación formal del nuevo imperio y la delimitación de su coto de caza. Pocos años después (1846-48) México despejó la incógnita al ser la primera nación invadida por Estados Unidos y despojada de Texas, Nuevo México y California, la mitad de su territorio.




Rafita y Julión pueden respirar un poco más tranquilos, pues otro escándalo cubrirá su presunta participación en el mundo financiero del narcotráfico. Si bien se trata de un caso medianamente conocido, que tarde que temprano reventaría, el de Emilio Lozoya Austin –ex director de Petróleos Mexicanos con Peña Nieto– y los sobornos de Odebrecht (plata a cambio de contratos con Pemex) se suma a la de por sí nutrida colección delictiva de los nuevos priístas (EPN dixit) y amigos que los acompañan.
Por más que en México lo encubrieran desde la cima del poder político, era cuestión de tiempo para que las corruptelas de Lozoya salieran a flote, porque la larga mano del aparato mexicano de procuración de justicia no alcanzó a cubrir a este personaje de las pesquisas, denuncias y, sobre todo, acuerdos de protección y salvamento negociados entre la autoridad brasileña y una de las partes directamente involucradas, es decir, las mismísimas cabezas visibles de la trasnacional brasileña.
El gobierno peñanietista no puede cobijar más al ex director de Pemex ni tapar sus oscuras componendas. De hecho, está obligado a denunciar penalmente a Lozoya y socios, sean éstos de la actual administración, de la previa o de ambas. No tiene forma de evitarlo, porque el ventilador ya está encendido y ahora no hay forma de apagarlo.
La Jornada lo publicó así: “Petrobras no fue la única petrolera que tuvo ejecutivos corrompidos por Odebrecht, ya que la constructora brasileña pagó 10 millones de dólares en sobornos a Emilio Lozoya, director de Pemex entre 2012 y 2016, informó hoy el diario O’Globo. A cambio, Odebrecht ganó una licitación de 115 millones de dólares para hacer las obras (para la construcción) de una refinería en Tula, Hidalgo, de acuerdo con el rotativo brasileño. A principios de 2012, constaté que Emilio Lozoya había alcanzado una posición destacada en el PRI, que disputaba las elecciones presidenciales de julio de 2012, cuyo candidato era el favorito en las encuestas electorales, relató Luis Alberto de Meneses Weyll, ex director de Odebrecht México a fiscales brasileños, en un testimonio el 16 de diciembre de 2016”.
Y detalla que “bajo el pretexto de haberme ayudado en el posicionamiento de Tula, (Emilio Lozoya) entendía que era debido un pago en su favor del orden de 5 millones de dólares, afirmó Weyll. En 2013, cuando Odebrecht –ya asociada con la contratista mexicana Construcciones Industriales Tapia, a recomendación del mismo ex presidente de Pemex– ganó la licitación para ampliar las refinerías, los pagos para Lozoya comenzaron inmediatamente, relata O’Globo. El diario brasileño, que no pudo contactar con la defensa de Emilio Lozoya, escribió que ahora toca que la Procuraduría General de la República (PGR) realice ‘investigaciones para descubrir si el dinero pagado por la empresa era sólo para él o si, de alguna manera, benefició a otros integrantes del gobierno de Peña Nieto’”.
Por cierto, el pasado sábado el inquilino de Los Pinos exigió a los priístas dar la batalla, proteger y defender lo que hemos construido; la obra debe continuar (¿a qué tipo de obra se refiere?), porque, según él, consolidada con éxito la transformación del país, en 2018 están en juego dos futuros, uno de progreso que ofrece el PRI y otro de franco retroceso. ¿En serio? Sólo le faltó decir que el próximo año Emilio Lozoya será el candidato tricolor, o alguien por el estilo.
Lozoya se estrenó como director general de Pemex con un discurso inversamente proporcional a su actuación. En los primeros días de diciembre de 2012, el personaje decía que esta gran empresa del Estado debe ser transparente, contar con un sistema real y permanente de rendición de cuentas. Mi administración tendrá una tolerancia cero ante cualquier comportamiento fuera del marco legal, ya sea de privados o dentro de esta empresa. Ya se sabe cuál es la realidad.
La nueva refinería de Tula (la Bicentenario) está en el centro del cochupo, es decir, la que Felipe Calderón anunció (el 18 de marzo de 2008, y cuatro veces más, cada una de ellas como novedad, a lo largo de su mandato) que construiría y no colocó siquiera un tornillo. La misma que como candidato del nuevo PRI Enrique Peña Nieto prometió edificar y echar a andar como parte de su proyecto energético, pero que finalmente incumplió. El secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, anunció su cancelación definitiva (octubre 2014), y a cambió, prometió modernizar las refinerías existentes y no construir más; es la estrategia del plan de negocios más conveniente para el país y para Pemex; no es una ocurrencia.
A esas alturas Odebrecht ya habría entregado 10 millones de dólares a Lozoya, como lo denuncia O’Globo, pero las partes debieron ajustar los términos, porque oficialmente ya no se construiría la citada refinería. Así, la trasnacional brasileña fue reacomodada por dicho personaje (y alguien más, sin duda) para que participara en la modernización de la Miguel Hidalgo, en Tula, y para ello acordó un contrato de 115 millones de dólares, el cual más adelante fue cancelado por Petróleos Mexicanos (ya con José Antonio González Anaya en la dirección general de la ex paraestatal), toda vez que resultaba notorio no sólo el fétido aroma, sino el incumplimiento de sus responsabilidades.
Por cierto, en Los Pinos olvidaron que el 20 de mayo de 2012, en la plaza de toros de Pachuca, el candidato Peña Nieto ofreció a los hidalguenses dos cosas concretas: construir la refinería Bicentenario (pendiente desde el sexenio calderonista) y un aeropuerto en Tizayuca, obras que sólo han sido promesas que nosotros haremos realidad, según dijo, con el notario público a la diestra. Cinco años después, incumplió las dos, y los únicos que han quedado colgados de la brocha son los hidalguenses, quienes deben pagar una deuda por mil 500 millones de pesos (cortesía del entonces gobernador Miguel Ángel Osorio Chong) utilizados, oficialmente, para la compra de los terrenos en los que se edificaría la fantasmagórica Bicentenario… que nunca se construirá.



Con amenazas de guerra nuclear, intervenciones militares en los países del traspatio que no se hinquen ante el poder imperial, y el Klan y los neo-nazis festejando su odio, todo sólo en una semana, de repente el futuro fue sustituido por el pasado.
Unas 24 horas después de que Trump comentó que está contemplando una opción militar para Venezuela, ya que en ese país la gente está sufriendo y se están muriendo, en Charlottesville, Virginia, ultraderechistas armados golpearon a manifestantes pacíficos, y en un incidente terrorista –equivalente a los atentados recientes en Europa usando vehículos como armas– un blanco asociado con los neonazis atropelló a 20 personas, matando a una mujer. El gobernador declaró estado de emergencia y la Guardia Nacional se preparó para entrar en acción. Todo esto en un país donde circulan más de 300 millones de armas en manos privadas, y donde en promedio mueren a balazos 93 personas todos los días, siete de éstas menores de edad.
Lo ocurrido el sábado en Charlottesville, Virginia, no es nada nuevo, pero sí es diferente, porque los participantes ahora afirmaron que forman parte de las filas de Trump. David Duke, ex líder de un sector del Ku Klux Klan, declaró ahí: vamos a cumplir con las promesas de Donald Trump. Las imágenes de los cientos de asistentes al acto denominado Unir a la derecha no ocultaron quiénes eran: esvásticas, águilas fascistas, consignas de sangre y tierra (de la frase nazi blut und boden), algunos coreando los judíos no nos remplazarán, junto con banderas de la Confederación y muchos con cachuchas y pancartas con Trump o su consigna de campaña Haremos grande de nuevo a Estados Unidos.




El alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, criticó la actuación de tres regidores, dos del Partido Encuentro Social (PES) y uno independiente, de quienes dijo: Ningún chile les embona. Mónica Vega, Manuel Rodríguez y José Manuel Ortiz Ampudia, respectivamente, son los únicos miembros del cabildo que cuestionan los proyectos de la administración panista.
El alcalde decidió que los servicios de recolección de basura y alumbrado público fueran operados por terceros. La basura, vía el alquiler de camiones; el alumbrado público será concesionado por 15 años a una empresa para que instale las lámparas de la ciudad y les dé mantenimiento.
Los regidores del PES solicitaron juicio político contra Gastélum por presunta corrupción en el contrato de arrendamiento de los camiones recolectores de basura. También han revelado un presunto sobreprecio de las lámparas de alumbrado. En todo momento han exigido transparencia en los procesos de arrendamiento y licitación.



Otra de las poderosas armas con que cuenta el sistema social que nos mata de a poquito es la casi total indefensión ante los ataques educacionales, emocionales, relacionales, visuales, mediáticos, cibernéticos y, por si fuera poco, físicos, que a diario padecen las personas, de cualquier edad y en todo lugar, no obstante el despliegue de las autoridades, cada vez más sospechosas de complicidad con aquellos que dicen combatir.
Esta columna recibió un correo por el que se invita al primer Seminario Internacional Keysi en la Ciudad de México, que se llevará a cabo el 30 de septiembre y 1º de octubre en el World Trade Center, impartido por el maestro español Justo Diéguez, precisamente el creador y divulgador de este novedoso método de defensa personal, uno de cuyos aspectos más significativos fue redefinir la relación depredador-presa, convirtiendo a la presa (el atacado) en depredador (el atacante) durante una agresión física. El seminario tendrá costo de mil 300 pesos.





Desde finales del año pasado, cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos empezó a hacer públicas la extensión y las dimensiones de la corrupción política auspiciada por Odebrecht –el gigantesco corporativo brasileño de la construcción–, se supo que esa empresa había entregado sobornos millonarios en dólares a cambio de contratos a diversos funcionarios mexicanos, tanto en el sexenio pasado como en el actual. Posteriormente, antiguos ejecutivos de la firma que decidieron colaborar con las instancias judiciales brasileñas afirmaron que el ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex) Emilio Lozoya Austin recibió pagos por 5 millones de dólares para autorizar diversas obras y que durante la administración de Javier Duarte en Veracruz la corporación sudamericana urdió una trama para apoderarse de los negocios del agua y la electricidad en esa entidad, para lo cual recibió diversas autorizaciones del gobierno federal.

Reconocimiento al Supermacho mayor
Solicitamos sean publicadas las siguientes líneas como testimonio y reconocimiento: varios estudiantes del CCH-Oriente decidimos representar la obra que se había escenificado en el teatro Iris de Ciudad de México, en la década de los 70, y a partir de ello nos convertimos en un grupo que ofreció innumerables presentaciones de teatro político y de carpa.

Cada vez son más los que se preguntan si Donald Trump es, en efecto, un conservador o simplemente un oportunista sin moral ni ética alguna. Tratando de dar respuesta a esa pregunta, el senador republicano Jeff Flake publicó recientemente un libro que seguramente dará mucho de qué hablar, particularmente a los miembros de su partido. En La consciencia del conservadurismo, Flake establece los parámetros a los que un verdadero conservador debería ceñirse. En cierta manera, el libro de Flake está inspirado en el libro que Barry Goldwater, a quien considera su mentor, escribió con el mismo título en 1960. El alegato de Goldwater y ahora de Flake tiene origen en la crítica que economistas como Hayek y Friedman han hecho en contra del estado de bienestar ( welfare). Desde su óptica, la intervención y el crecimiento sin límites del Estado coarta los derechos de los individuos y es la consecuencia de que el país se haya perdido en una maraña burocrática como resultado de los excesos de Roosevelt y el New Deal.

Hoy, cuando la canalla mediática está desatada en el mundo occidental, no está de más recordar que como otros términos del discurso político, la palabra democracia tiene un significado técnico orwelliano cuando se usa en exaltaciones retóricas o en el periodismo habitual, para referirse a los esfuerzos de Estados Unidos y de sus aliados para imponer la democracia liberal representativa a estados considerados forajidos, como la Venezuela actual.

La indigna subordinación de Enrique Peña Nieto a Donald Trump nos pone en grave peligro a todos. Trump es un agresivo fascista que acaba de amenazar con invadir simultáneamente a Venezuela y a Corea del Norte. Es también un violento racista cuyas bases de apoyo asesinaron un manifestante en Charlottesville, Virginia, este fin de semana. Para el ocupante de la Casa Blanca, México y los mexicanos no somos más que carne de cañón en su lucha por expandir el poderío mundial de Washington y defender los privilegios de la raza blanca en Estados Unidos.

La propuesta del Congreso Nacional Indígena (CNI) y los zapatistas es una interpelación muy amplia a la sociedad entera, que exige respuestas claras y ­comprometidas.

La referencia que hice el lunes pasado a médicos que han colaborado en la lucha contra la contaminación y en defensa de la salud pública, se enriquece con información de varios lectores que piden agregar a otros que también han cumplido su deber en esos campos. Como el doctor Manuel Velasco, pediatra de Torreón, Coahuila. Ante algunos síntomas extraños en niños a su cargo, a fines del siglo pasado les mandó a hacer análisis de plomo en sangre. Descubrió que una parte muy importante de ellos tenía concentraciones 10 veces mayor que las máximas aceptables.

En la historia reciente del capitalismo ha habido periodos en los que la desigualdad económica se ha atemperado. Por ejemplo, en 1980 en Estados Unidos la tasa de crecimiento del ingreso que recibía 5 por ciento de la población más pobre era 3.3 por ciento, mientras el ingreso del uno por ciento más rico creció a una tasa de 1.4.

Corría 1993, como el libro homónimo de Saramago, terminándose. Eran Navidades y con el humor a la altura de las circunstancias, cuando no gruñía ladraba. Por no morder a nadie salí a la calle, compré los periódicos (en ese tiempo era común cargarse de diarios, no teníamos Internet con el desayuno), caminé al centro de Coyoacán y con mi medio kilo de papel ocupé una mesa en El Guarache, entonces único comedero sobre el jardín de los coyotes que hoy se ha convertido en un anillo de restoranes y bares especializados y caros. El modesto Guarache permanece, no así La Siberia de los helados ni El Parnaso de los libros. Tiempos idos.

Era primavera. La mañana había amanecido de un azul tan luminoso que el agua del río y el mar, tan cercanos, olían a floración. Cuando abrió los ojos sintió moverse y casi ronronear a su pequeño. Su marido había salido en la madrugada a trajinar en la ría y en los humedales. Oyó los sordos bullicios de los marchantes que con esperanza colocaban los puestos del mercado. Casi se confundían con el trino y el canto de los mil y un pájaros que con ellos convivían. Era lunes. Sintió que en los 571 años que habían pasado desde la fundación del pueblo nadie había apreciado en su cuerpo tanta felicidad. Mientras terminaba de vestirse conversaba casi a una voz con su criatura y hacía sus cálculos de lo que tenía que comprar en el mercado frente a lo que podría esperar al lunes siguiente. Se apretó el paño de lana sobre sus hombros, abrazó a su hijo y abrió la puerta de su casa. La mañana iluminó su cara. Estaba en Gernika.

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