8/14/2017

#PropinasOdebrecht: otro escándalo en la tonada de este gobierno


por Miguel Pulido

Primero fue el caso Monex. Un aviso claro y contundente de lo que se vendría. El que avisa no traiciona, dicen por ahí. Uno a uno, se fueron dando los escándalos que rodean a este gobierno. Como una versión alternativa del: se los firmo y se los cumplo.
No fue uno, no fueron tres. ¡Son montones! La casa blanca de Enrique Peña Nieto, la casa de Malinalco de Luis Videgaray, el escándalo de las empresas fantasmas, licitaciones simuladas como las de Nutriwell, las donaciones tramposas a ENOVA-Fundación ProAcceso, el cochinero entornoaristeguinoticias.com
por Miguel Pulido

Primero fue el caso Monex. Un aviso claro y contundente de lo que se vendría. El que avisa no traiciona, dicen por ahí. Uno a uno, se fueron dando los escándalos que rodean a este gobierno. Como una versión alternativa del: se los firmo y se los cumplo.
No fue uno, no fueron tres. ¡Son montones! La casa blanca de Enrique Peña Nieto, la casa de Malinalco de Luis Videgaray, el escándalo de las empresas fantasmas, licitaciones simuladas como las de Nutriwell, las donaciones tramposas a ENOVA-Fundación ProAcceso, el cochinero entorno a #GobiernoEspía, las matemáticas embusteras de OHL y ahora #PropinasOdebrecht. (Por citar apenas algunos).
Siempre Peña Nieto involucrado –directamente o por su círculo más cercano-, en un tejido de prácticas y enredos ilegales, mescolanza de dinero público-privado, instrumentos financieros fraudulentos y un cinismo brutal. El remate: las instituciones apenas viéndolos violar la ley una y otra vez. Impunidad total, pues.
Pero detengámonos un momento en #PropinasOdebrecht.
Primero. Es imposible perder de vista que las revelaciones de declaraciones juramentadas de tres funcionarios de la constructora en contra de Emilio Lozoya Austin lo acusan de recibir dinero cuando ya era una figura prominente en el círculo cercano de Enrique Peña Nieto. Sí, cuando era su coordinador de relaciones internacionales en la campaña presidencial de 2012.
Segundo. Desde que el gobierno de Estados Unidos reveló la información de que la constructora brasileña se había declarado culpable de tener una red de corrupción supimos que una buena parte del dinero había tenido propósitos electorales. Por eso no puede obviarse que entre los ejecutivos de Odebrecht que juramentaron sus acusaciones está Luiz Antonio Mameri. Esto importa pues el nombre de Mameri ha surgido en el trabajo de las fiscalías de al menos tres países. Es central en las acusaciones que se siguen en República Dominicana, en Perú y en Colombia. Y esos casos reflejan con toda claridad la estrategia en la que participó Mameri, financiar campañas para obtener favores más tarde.
Tercero. Es obvio que Lozoya por sí mismo no representaba ningún interés para la constructora. Ellos son expertos en crear redes de corrupción ¿para qué darían dinero a un individuo? Más importante ¿para qué le darían el dinero en el contexto de una campaña electoral si no es para gastarlo en la misma? Sí, debe insistirse en que el financiamiento ilegal de las campañas es el eje de las investigaciones en Perú (donde el ex presidente por cierto está preso por lo mismo), en Colombia (en donde apuntan directamente a la campaña del presidente Santos) o en República Dominicana (en donde están presos el ex presidente del Senado y el ex Ministro de Obras). También forma parte de las acusaciones (menos avanzadas en términos judiciales) en  Venezuela, Argentina y Chile. Al rato van a querer salir con la tesis del: corrupto solitario.
Cuarto. Todo lo anterior no puede separarse del hecho de que Luis Videgaray era el coordinador de la campaña de Enrique Peña Nieto. El responsable en términos políticos, legales y éticos de lo que ahí sucediera. Pero más importante, mucho más, es el hecho de que el abogado de la campaña de Enrique Peña Nieto fue nada más y nada menos que Raúl Cervantes, el actual Procurador General de la República. Estos lazos rebasan el conflicto de interés, le significan un impedimento objetivo para conocer del asunto. En una situación extrema, incluso le podrían incriminar. Cervantes no puede, simplemente no, tener injerencia en esta investigación.
Quinto. Para cerrar, una joya. Una vez que estalló el escándalo de la acusación contra Lozoya y que la noticia corre en la prensa internacional, la PGR emitió un comunicado. Entre frases huecas y el tradicional insignificante: “hasta las últimas consecuencias”, se desliza una singular justificación. Alega la PGR: “La Fiscalía brasileña ha ido variando la fecha de entrega de la información correspondiente y no ha ofrecido una nueva fecha a México. Ha argumentado que el caso se está desahogando ante el Tribunal Superior de Brasil. Esta semana en la reunión de fiscales latinoamericanos, que se realizará en la Ciudad de Puebla, esperábamos a la representación brasileña, pero hoy ha cancelado su asistencia.” Me resulta imposible aislar esta frase de algo que me dijeron en Barcelona cuando documentaba el caso de Humberto Moreira: “con tanta incompetencia, infiltración y complicidad dentro del gobierno mexicano me parece que lo comprensible es no querer colaborar con él.”
Total. Ahí están #PropinasOdebrecht, otro escándalo en la más tradicional tonada de este gobierno. Un gobierno corrupto.
Miguel Pulido

Miguel Pulido

Miguel Pulido es abogado. Ha sido director de Fundar, profesor en la Universidad Iberoamericana y visitante en la Universidad de Yale. Actualmente participa en Antifaz (www.antifaz.org.mx) un proyecto que busca abordar críticamente los asuntos públicos, las élites políticas y las dinámicas de poder.

*La opinión aquí vertida es responsabilidad de quien firma y no necesariamente representa la postura editorial de Aristegui Noticias. 
 a #GobiernoEspía, las matemáticas embusteras de OHL y ahora #PropinasOdebrecht. (Por citar apenas algunos).
Siempre Peña Nieto involucrado –directamente o por su círculo más cercano-, en un tejido de prácticas y enredos ilegales, mescolanza de dinero público-privado, instrumentos financieros fraudulentos y un cinismo brutal. El remate: las instituciones apenas viéndolos violar la ley una y otra vez. Impunidad total, pues.
Pero detengámonos un momento en #PropinasOdebrecht.
Primero. Es imposible perder de vista que las revelaciones de declaraciones juramentadas de tres funcionarios de la constructora en contra de Emilio Lozoya Austin lo acusan de recibir dinero cuando ya era una figura prominente en el círculo cercano de Enrique Peña Nieto. Sí, cuando era su coordinador de relaciones internacionales en la campaña presidencial de 2012.
Segundo. Desde que el gobierno de Estados Unidos reveló la información de que la constructora brasileña se había declarado culpable de tener una red de corrupción supimos que una buena parte del dinero había tenido propósitos electorales. Por eso no puede obviarse que entre los ejecutivos de Odebrecht que juramentaron sus acusaciones está Luiz Antonio Mameri. Esto importa pues el nombre de Mameri ha surgido en el trabajo de las fiscalías de al menos tres países. Es central en las acusaciones que se siguen en República Dominicana, en Perú y en Colombia. Y esos casos reflejan con toda claridad la estrategia en la que participó Mameri, financiar campañas para obtener favores más tarde.
Tercero. Es obvio que Lozoya por sí mismo no representaba ningún interés para la constructora. Ellos son expertos en crear redes de corrupción ¿para qué darían dinero a un individuo? Más importante ¿para qué le darían el dinero en el contexto de una campaña electoral si no es para gastarlo en la misma? Sí, debe insistirse en que el financiamiento ilegal de las campañas es el eje de las investigaciones en Perú (donde el ex presidente por cierto está preso por lo mismo), en Colombia (en donde apuntan directamente a la campaña del presidente Santos) o en República Dominicana (en donde están presos el ex presidente del Senado y el ex Ministro de Obras). También forma parte de las acusaciones (menos avanzadas en términos judiciales) en Venezuela, Argentina y Chile. Al rato van a querer salir con la tesis del: corrupto solitario.
Cuarto. Todo lo anterior no puede separarse del hecho de que Luis Videgaray era el coordinador de la campaña de Enrique Peña Nieto. El responsable en términos políticos, legales y éticos de lo que ahí sucediera. Pero más importante, mucho más, es el hecho de que el abogado de la campaña de Enrique Peña Nieto fue nada más y nada menos que Raúl Cervantes, el actual Procurador General de la República. Estos lazos rebasan el conflicto de interés, le significan un impedimento objetivo para conocer del asunto. En una situación extrema, incluso le podrían incriminar. Cervantes no puede, simplemente no, tener injerencia en esta investigación.
Quinto. Para cerrar, una joya. Una vez que estalló el escándalo de la acusación contra Lozoya y que la noticia corre en la prensa internacional, la PGR emitió un comunicado. Entre frases huecas y el tradicional insignificante: “hasta las últimas consecuencias”, se desliza una singular justificación. Alega la PGR: “La Fiscalía brasileña ha ido variando la fecha de entrega de la información correspondiente y no ha ofrecido una nueva fecha a México. Ha argumentado que el caso se está desahogando ante el Tribunal Superior de Brasil. Esta semana en la reunión de fiscales latinoamericanos, que se realizará en la Ciudad de Puebla, esperábamos a la representación brasileña, pero hoy ha cancelado su asistencia.” Me resulta imposible aislar esta frase de algo que me dijeron en Barcelona cuando documentaba el caso de Humberto Moreira: “con tanta incompetencia, infiltración y complicidad dentro del gobierno mexicano me parece que lo comprensible es no querer colaborar con él.”
Total. Ahí están #PropinasOdebrecht, otro escándalo en la más tradicional tonada de este gobierno. Un gobierno corrupto.
Miguel Pulido

Miguel Pulido

Miguel Pulido es abogado. Ha sido director de Fundar, profesor en la Universidad Iberoamericana y visitante en la Universidad de Yale. Actualmente participa en Antifaz (www.antifaz.org.mx) un proyecto que busca abordar críticamente los asuntos públicos, las élites políticas y las dinámicas de poder.

*La opinión aquí vertida es responsabilidad de quien firma y no necesariamente representa la postura editorial de Aristegui Noticias. 

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