6/09/2018

El resurgimiento del movimiento feminista en Canadá


Parche amarillo para protestar contra el hecho que profesores y alumnos puedan vestir bluyines agujereados, pero no las chicas. (Foto: Radio-Canada/Christian Milette)


Al igual que Pandora -la primera mujer creada por Hefesto (Dios del fuego) por orden Zeus (padre de los dioses y los hombres) según la mitología griega- cuando tomó la decisión de abrir la famosa caja, el movimiento #Me Too, por intermedio de Ashley Judd, Mira Sorvino, Angelina Jolie y Gwyneth Paltrow, parece haber desencadenado un terremoto femenino que ha tomado cada vez más fuerza alrededor del mundo. 

Gracias al valor y el coraje de estas mujeres, muchos hombres que abusaron de su poder para obtener favores sexuales, están en este momento o siendo juzgados o están ya simplemente pagando cárcel. Cientos de miles de mujeres alrededor de todo el mundo salieron del anonimato y del silencio para compartir sus propios casos de abuso. Escuche 

Esta semana por ejemplo, dos noticias relacionadas entre sí han retenido mi atención. La primera es una acción tomada por las alumnas del Pensionado Saint-Nom-de-Marie, que podríamos traducir al español como el Santo Nombre de María. Todo el revuelo comenzó el jueves de la semana pasada, día de la entrega de premios para las alumnas del cuarto año de secundaria y no estaban obligadas de vestir el uniforme. 

En 2016, alumnas de la Escuela Secundaria Robert Gravel de Montreal, manifestaron contra la imposición de un código vestimentario y colgaron sus brasieres en sus casilleros. (Foto: Facebook) 

Una adolescente de 16 años, como era un día bastante cálido se presentó a la actividad con un suéter que habría dejado adivinar que no llevaba brasier o sostén. Un profesor habría manifestado su incomodidad y al parecer la dirección le habría pedido “cubrirse” y ella prefirió salir de la escuela e irse a su casa. 

La otra noticia es que el concurso de belleza Miss América decidió este martes 5 de junio que las candidatas no tendrán más que desfilar en vestido de baño. El concurso anunció que las candidatas no serán más juzgadas por su apariencia física. Así, el desfile en traje de baño, que contaba por 10% de la nota final será reemplazado por diálogo con el jurado. Además, las candidatas tampoco tendrán que desfilar con vestidos de gala y lo podrán hacer con la ropa que ellas deseen. Francine Pelletier, periodista, cineasta y pionera del movimiento feminista quebequense, se pronunció hoy miércoles 6 de junio sobre estas dos noticias. 

Es un poco el efecto retardado del feminismo. No podemos ignorar que Miss America fue el objeto de la primera gran manifestación feminista hace 50 años en 1968. “Mo more Miss América” fue la manifestación que puso al feminismo en todos los radares. Fue ese el momento en el que se dijo que las mujeres habían quemado sus sostenes, pero que nunca quemaron porque no obtuvieron el permiso para prender el fuego. Pero recogieron los sostenes y todo lo que ellas llamaban “los instrumentos de tortura”, los corsés, los bigudíes, las falsas pestañas, etc. y los pusieron en un tacho de basura para quemarlos, pero no pudieron encender el fuego. 

Pero quedó el símbolo de querer poner fin a la cosificación del cuerpo de la mujer y sirvió de punta de lanza para el movimiento de las mujeres. Entonces que hoy Miss América decida que no habrá más desfile en vestido de baño, hace tiempo que el movimiento feminista quebequense lo esperaba, dice Francine Pelletier. Y lo lógico sería que el concurso Miss América desapareciera simplemente. 

El Pensionado Saint-Nom-de-Marie de Montreal. (Foto: Thomas Gerbet) 

En lo que respecta a las alumnas de la escuela Saint-Nom-de-Marie, el hecho que una de ellas se hubiera revelado contra lo que se le exigía provocó todo un gran movimiento de solidaridad estudiantil femenina y muchas de ellas decidieron no llevar sostén. Más de mil alumnas de escuelas secundarias firmaron una petición para que el hecho de llevar sostén en la escuela sea opcional. Francine Pelletier dice que lo que hacen estas jóvenes es retomar el mismo debate y el mismo combate que las primeras feministas comenzaron hace 50 años. 

Lo sorprendente es que se hayan necesitado 50 años para que el mensaje tenga eco. Las mujeres de hoy están obligadas a retomar el mismo mensaje para decir: “No es eso lo que queremos”. Me parece que 50 años es mucho tiempo para esperar que el mensaje pase. 

Pero a pesar de todo y de los 50 años de espera, el mensaje empieza a pasar, de hecho, el director de la escuela Saint-Nom-de-Marie, Yves Petit dijo en una carta dirigida a los padres de familia que las alumnas no han sido castigadas por desobedecer y que al contrario, “nos sentimos orgullosos que nuestras alumnas sean comprometidas y que tomen las medidas necesarias para hacer valer sus derechos”. 

Helene David, ministra responsable de la Condición Femenina de Quebec. (THE CANADIAN PRESS/Jacques Boissinot) 

La ministra responsable de la Condición Femenina de Quebec, Hélène David, felicitó al director de la escuela por su actitud. La ministra también felicitó a todas las que han seguido el paso de las alumnas de la escuela Sint Nom de Marie y de otras escuelas que protestan en cuanto a la ropa que deben vestir. 

Desde hace varias semanas, alumnas de escuelas secundarias de toda la provincia de Quebec se han movilizado para denunciar los códigos vestimentarios que ellas juzgan sexistas y más severos con las alumnas que con los alumnos. 

El movimiento contra los códigos vestimentarios y la obligación de llevar sostén comenzó en el mes de abril en la escuela Joseph-François Perrault de Montreal. Las alumnas se presentaron a la escuela sin brasier para protestar. Sus reivindicaciones hicieron retroceder a la dirección de la escuela que autoriza ahora las camisolas y los shorts, no tan shorts, sino a media pierna. Escuche 

La lucha feminista sigue tomando auge y alumnas de varias escuelas secundarias de Montreal, de la provincia de Quebec y de otras provincias canadienses protestan contra los códigos vestimentarios que ellas estiman demasiado rigurosos e injustos con ellas. 

Alain Gravel entrevistó a Francine Pelletier/ Thomas Gerbet/ La Presse Canadienne/Internet

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