8/07/2019

Astillero de Julio Hernández López


Longanizas, monedas y rosarios
#OposiciónChoricera
La casa de papel versión chilanga
Robles: riesgo de detención
Las redes de Internet y cierto segmento de la opinión pública se enzarzaron en el tema de los gastos presupuestados para alimentos y despensas en la oficina de la Presidencia de la República. A partir de un documento publicado en el Programa Anual de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios, de la Coordinación General de Administración de la citada oficina presidencial, se desató una discusión pública que aterrizó en Twitter bajo dos etiquetas que dan cuenta de los posicionamientos de los bandos que critican y los que apoyan al obradorismo: #LonganizaGate, propusieron los críticos, simplificando en el largo embutido el tema de los altos costos publicados en la página de la administración presidencial (más de 335 mil pesos para comprar 20 unidades de longaniza de primera); en contrapartida, los defensores del periodo andresino respondieron burlándose de la #OposiciónChoricera, pues, según explicación posterior de las autoridades administrativas, tales tarifarios exorbitantes pertenecían a presupuestos anteriores, citados para fines de ejemplo pero que no serían ejercidos en esos términos.
A fin de cuentas, el senador panista Julen Rementería, quien difundió los datos en mención, partió de una publicación oficial que no tenía ninguna advertencia respecto al uso ilustrativo que luego sería invocado. Pero es tanto el apabullamiento social a los miembros de los partidos derrotados el año anterior que hubo cascadas de señalamientos adversos a dicho senador y a comentaristas y académicos que se dejaron llevar por la primera lectura de este tema. En tanto, el director general de recursos materiales y servicios generales del gobierno, Jael Hernández, aclaró que el presupuesto publicado puede ser modificado e incluso cancelado y, en ese sentido, los altos gastos alimenticios no se consumarían, pues dicho programa no es propiamente el presupuesto que se ejerce y justifica. ¿Qué necesidad de tantos enredos?
Por otra parte, en pleno Paseo de la Reforma de la Ciudad de México se produjo un asalto que de inmediato hizo recordar la extraordinaria serie de televisión por Internet y origen español denominada La casa de papel. Lo cierto es que no hay muchos puntos en común con lo sucedido en una tienda de exhibición de la Casa de Moneda de México y la historia del asalto meticulosamente preparado y ejecutado (desde la ficción) en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España. En la fantasía artística grabada en el país ibérico se asaltó el sitio donde se producían billetes al por mayor y la estancia de los ladrones fue de días, porque así se había programado, mientras en la tienda mexicana fue un robo rápido para llevarse centenarios de oro que podrían implicar unos 50 millones de pesos.
Aparte de la relación superficial y nominativa con La casa de papel, el tema del robo a un establecimiento de la Casa de Moneda se propagó con rapidez porque da cuenta de la difícil situación de seguridad pública que se vive en la capital del país. En realidad, fueron dos hechos delictivos los que sucedieron en ese Paseo de la Reforma, en un tramo tan céntrico y concurrido que antaño parecía improbable el intentar atracos como ahora va sucediendo de manera cotidiana.
En el mismo rubro, Rosario Robles Berlanga exhibió ayer ante autoridades judiciales casi 70 mil pesos como garantía para solicitar que se impida que pueda ser aprehendida por las diversas causas instauradas en su contra (esencialmente, la Estafa Maestra: miles de millones de pesos de saqueo) y por las cuales debería presentarse en persona este jueves a una audiencia inicial que podría desembocar en una sujeción a proceso penal. No se le otorgó a la ex secretaria peñista la suspensión definitiva del riesgo de detención y lo más probable es que responda al citatorio judicial del jueves a través de su representante legal.
Twitter: @julioastillero
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