5/20/2020

Si AMLO desprecia a Morena y el partido no estudia, se capacita y lucha en las calles, morirá ya

Pedro Echeverría V.

1. La realidad es que Morena, el partido creado, organizado y abandonado a su suerte por el presidente López Obrador, es considerado en todo el país un partido muerto; comenzaron a matarlo un día después de la victoria presidencial de 2018. Incluso AMLO declaró que ya no podría ser militante de un partido porque él se consideraba representante de todo el pueblo, de los pobres y de los ricos. Es decir, para él desaparecieron las clases sociales y la lucha de clases, los opresores y oprimidos y, por tanto, habría que servir a todos por igual, aunque se siga diciendo que es antineoliberal y que “primero los pobres”. Por ello el discurso de Ramírez Cuéllar de ayer, poco les importará, mejor silenciarlo.

2. Ya lo he publicado en más de una decena de veces que Morena es formalmente un partido de masas que bien podría servir a López Obrador como defensa del pueblo ante un posible golpe de Estado de los empresarios, del PAN y demás derechistas. Pero sobre todo Morena debería educar, dar conciencia a la población, acerca de la necesidad de luchar para defender su economía frente a los poderosos. Por ello cuando Ramírez Cuéllar, recién nombrado dirigente de Morena, planteó la necesidad de que se revise bien las propiedades de los ricos, ante el fin del Corona virus y los problemas económicos del país, para exigirles dinero que poseen a montones, no queda más que aplaudirlo.

3. Morena nunca ha sido un partido con principios o ideas políticas; es un conglomerado de millones de gentes que reunió López Obrador a través de un trabajo político continuo de tres campañas electorales en 18 años. La gente estaba cansada, harta, “hasta la madre” (como dicen aquí), contra un partido/gobierno, el PRI, que ejerció una dictadura “democrática” de más de 70 años (1929-2000); un PAN (partido de derecha proempresarial siempre colgado de la ubre del presupuesto, que obtuvo el gobierno durante 12 años (2000-2012), así como de miles de políticos que todos los sexenios lograban acomodos para seguir cobrando y haciendo negocios a la sombra del poder.

4. En 2018 triunfó electoralmente AMLO con abrumadora votación. El partido Morena que le dio la victoria, en los hechos desapareció porque el presidente dijo ser representante de todo el pueblo (ricos y pobres) y no el dirigente de Morena. Se encargó de Morena una terrible burocracia con extrema ignorancia política, pero sobre todo con la prohibición de hacer algo que perjudique la política gubernamental. Al crear el presidente AMLO sus “conferencias mañaneras” de dos horas en cinco días de la semana e instalar sus visitas estatales los dos días sobrantes, silenció en los hechos a su partido Morena. López Obrador respondía todos los días cualquier asunto dejando sin voz a Morena.

5. He escrito no menos de 10 artículos en los últimos meses haciéndole crítica sana a Morena y proponiendo a cuatro o cinco personajes (Taibo, Noroña, Fisgón, Bartra, al mismo Ramírez Cuellar) que tuvieran ideas para educar y movilizar al partido y responder polémicas en tribuna. Además, lo realmente importante será sin duda movilizar al partido para apoyar demandas de diferentes sectores de la población que no están siendo atendidos. ¡Basta ya que sólo AMLO responda, exponga ideas y que millones de seguidores de Morena sigan apareciendo como perfectos ignorantes en asuntos políticos que sólo sirven para “quemar incienso” a López Obrador¡ Es necesario un partido Morena en las calles, el estudio y el debate.

6. Morena debe ser un partido de izquierda, es decir, que esté al servicio del 80 por ciento de la población trabajadora, pobre, miserable, desempleada del país. Dejémosle el otro 20 por ciento al PRI, PAN y demás partidos derechistas que defienden a los millonarios, a los explotadores y conservadores. Dejémoslos en su libertad para que se revuelquen en su propio lodo. Pero, obviamente, no en libertad para explotar, enriquecerse, hacer negocios contra el pueblo y despojarlo de lo poco que tiene. El uruguayo Galeano me recuerda –quizá siguiendo aquella idea de que “la propiedad es un robo”- que “mientras más acumulan ellos menos tenemos nosotros, que mientras más fuerza tienen, más débiles somos”.

7. Me dio muy mala espina la gran concentración de decenas de miles de obreros presididos por el tal Hace Barbas, por el mismo Obrador, por Monreal y el gobernador de Oaxaca. Me recordaron 50 años de acarreos del PRI y decenas de discursos de halagos. Espero que las futuras concentraciones sirvan para enterrar las privatizaciones que tanto han dañado la economía de los trabajadores. Para protestar contra las amenazas de invasión y guerras yanquis. Para ese tipo de actos se necesita un partido Morena de izquierda radicalizado que pelee en las calles para obligar a cumplir a los gobiernos –sin pretexto alguno- lo que prometen. ¡Qué Morena encuentre el camino de la lucha y no se convierta en la traición nacional! (19/V/20)



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