Pedro Echeverría V.
1. Los presidentes de la República del PRI, en décadas anteriores, escondían muy bien sus preferencias por candidato presidencial alguno. Por ejemplo: Cárdenas en 1939 designó a Ávila Camacho, cuando se pensaba que sería Mújica, porque coincidía mucho con su ideología; Ávila en 1945 designó a Alemán Valdez porque como secretario de Gobernación se había adelantado; luego éste hizo candidato a Ruiz Cortines por ser secretario de Gobernación, veracruzano como él y más efectivo para tapar la inmensa corrupción y saqueo que tanto se había denunciado.
2. Incluso el presidente De la Madrid en 1887 organizó en TV una exposición/debate entre los seis precandidatos y, aunque Salinas funcionó durante el sexenio con enorme poder, hubo duda en que sería el designado. Con Salinas, en 1993 se pensó que Manuel Camacho sería el escogido, pero al ser Colosio causó sorpresa. Zedillo fue sustituto del asesinado Colosio, pero al terminar no apoyó al candidato Labastida del PRI y cumplió un acuerdo con el PAN beneficiando a Fox. Por último, el juego PRI y PAN continuó con los acuerdos Felipe Calderón y Peña Nieto. Pero un apoyo abierto y total como el de AMLO, no se había dado.
3. Según denuncias de percances con el Metro de la CDMX y otros más de los que se acusa a la Sheinbaum, AMLO no ha permitido ni que se le toque con el pétalo de una flor dado que la tiene muy bien protegida. Todos están seguros que AMLO la designará, pero las “corcholatas”, Ebrard y Adán López parece que estarán conformes con otro alto cargo; el mismo Monreal aceptaría la jefatura de la CDMX. Casi, o todos, los oportunistas que declaran aspirar un cargo alto lo hacen para que les den un buen hueso para roer seis años. Esa ha sido, a través de las décadas una realidad indiscutible.
4. No sé si esto de los “tapados”, “destapados” o “corcholatas”, se registre parecido en otros países o es un súper corrupto vicio mexicano. Un tiempo pensé que la Presidencia era una distinción para los mexicanos que durante décadas anteriores se distinguieron por servir a la población en la solución de sus problemas. Pensaba que ya en la Presidencia distinguiría a las personas que sigan trabajando en el servicio directo de la población. Pero las cosas son absolutamente diferentes: se premia a los más corruptos, a los más enriquecidos, a los burócratas que le lamen las botas a los políticos y empresarios que les reparten dinero en forma de limosna.
5. Llegó a México Pablo Iglesias quien renunció a la vicepresidencia española, quizá al partido Podemos que él fundó y ahora se dedica a la conducción en TV de programas de análisis políticos. Me pareció delos tres pasos fueron adecuados, pero todavía hay que verlo algunos años para saber. En México esto de renunciar es muy difícil porque todos los políticos sólo piensan en dinero y poder y, aunque les tiren un hueso muy pelado para roer, lo aceptan porque cualquier hueso pequeño puede ser la introducción para convertirse en el atracador de todo el animal, como ningún político ha perdido la oportunidad. “No me des, sólo ponme donde hay”, dicen todos. (13/I/23)
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