A Mouriño, monumentos, bustos, bulevares...
LA REDACCIóN
Con un monumento luctuoso, erigido en el lugar donde cayó el Learjet 45 en que viajaba el secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño Terrazo, el presidente Felipe Calderón conmemorará –este miércoles 4– el primer aniversario de la muerte de quien fuera su amigo y colaborador más cercano.Se trata de un monolito circular de más de dos metros de diámetro, con la forma de una Rosa de los Vientos (estrella de múltiples picos diseñada para indicar en la navegación 32 rumbos sobre el horizonte), que tiene inscritos los nombres de las personas fallecidas a causa de la caída del avión y de cuyo núcleo saldrá una estela de luces que alcanzará los 8 mil pies de altura.
Este monumento se suma a la placa de mármol blanco que ya existe en el lugar, la cual honra también a las 14 víctimas –nueve ocupantes de la aeronave y cinco personas que se hallaban en tierra– por iniciativa de los habitantes de la colonia Molino del Rey.
El espectáculo de luces de la Rosa de los Vientos fue avalado por expertos en aeronáutica, quienes certificaron que la altura alcanzada por los destellos emanados del monolito no interferirá con la operación de las aeronaves al transitar por este punto antes de aterrizar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Tras consultar a 30 pilotos, se determinó que alcanzará una altura de 8 mil pies, o sea, mil 300 pies menos de la altitud alcanzada por las aeronaves en este punto, publicó el periódico Reforma el pasado 23 de octubre.
La placa colocada en el mismo lugar un mes después de la caída del Learjet 45 dice: “A la memoria de quienes sirvieron a la patria con rectitud, lealtad y honestidad, y que perdieron la vida en cumplimiento de su deber en construcción de un México mejor”.
De inmediato registra los nombres de quienes viajaban en el Learjet y, más abajo, los de las personas que, hallándose en tierra, murieron también a consecuencia del impacto.
Todo empezó en Chiapas
Aunque ha habido y habrá otros actos y obras en honor de Juan Camilo Mouriño –en Campeche se construye un bulevar que llevará su nombre, mientras el escultor Ariel Peña prepara un nuevo busto–, todos ellos comenzaron en Chiapas.
Fue el gobernador perredista Juan Sabines quien, un día después del percance –luego de llamar a Mouriño “amigo de los chiapanecos”–, lo distinguió antes que nadie como a un héroe al mandar publicar, en el Periódico Oficial del Estado, un decreto que declaró el 4 de noviembre como “día de luto en el Estado de Chiapas, en honor a Juan Camilo Mouriño Terrazo”. Inclusive ordenó izar a media asta la Bandera Nacional en los edificios, plazas y escuelas públicas de la entidad, además de disponer la colocación de crespones negros en los accesos principales de las oficinas públicas.
Después, el 11 de enero de 2009, a sólo dos meses de la muerte de Mouriño, Sabines, entre loas al presidente Calderón, develó en honor de aquél un busto en bronce esculpido por el artista chiapaneco Gabriel Gallegos, durante un acto que congregó al titular de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, y a los padres, esposa e hijos de Juan Camilo.
Dicho evento se realizó en el parque Centenario de la Revolución Mexicana, de la colonia San José Terán, donde los gobiernos federal y estatal invirtieron cerca de 7 millones de pesos para dotarlo de andadores, canchas multideportivas, juegos infantiles, bancas, basureros y quiosco.
El escultor Gabriel Gallegos recuerda que al develar el busto, “conmovidos, todos se echaron a llorar”. Y es que a aquella imagen, tercia la esposa del artista, Ana Krontal, “sólo le faltaba hablar”.
“No es necesario ser de un partido político para reconocer la gran obra de Juan Camilo Mouriño”, manifestó Sabines Guerrero en el acto.
“Juan Camilo fue nuestro amigo; con él teníamos grandes coincidencias; nos entendíamos en el trabajo; con él pudimos construir acuerdos y aterrizarlos. Él, como nadie, supo trabajar en unidad”, apuntó.
Para agregar, entre otras cosas: “Fue un promotor de recursos para Chiapas, y los chiapanecos somos gente agradecida; un amigo que nos dio la mano, que sirvió con el corazón y talento; fue un extraordinario gestor a favor de los chiapanecos”.
E inclusive días después de la desaparición de Mouriño, la oficina de Comunicación Social de Sabines boletinó a los periódicos locales fotografías de un encuentro entre los padres del fallecido y el mandatario chiapaneco.
En el boletín se destacaba la gran amistad y la cercanía entre la familia Mouriño y el gobernador, confirmada a este semanario por el escultor Gabriel Gallegos, quien precisó que ese primer busto no costó más de 30 mil pesos y que el gobernador se los pagó directamente de su bolsa.
Gallegos refiere que los padres de Mouriño inclusive se encontraban de vacaciones en Chiapas cuando cayó el avión en que viajaba el secretario de Gobernación.
Por su parte, la esposa del presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala, manifestó el 29 de septiembre en Campeche, al inaugurar la primera etapa del bulevar que llevará el nombre de Juan Camilo:
“Mouriño era un hombre convencido de que el diálogo entre las personas era una fuente generadora de bienes públicos. Si estaba en algún lugar era para hacer algo por los demás, no para vivir de la comodidad de la crítica…”
Un busto rechazado
Mas no todos los que se han querido sumar a la serie de conmemoraciones, reconocimientos y homenajes han tenido suerte.
Uno de esos casos corresponde al escultor Ariel de la Peña, quien, después de haber realizado el busto de Leonardo Rodríguez Alcaine que luce en la CTM junto al de su antecesor, Fidel Velázquez, no tuvo éxito en su pretensión de que el gobierno de Calderón le aprobara uno de Mouriño.
“Un mes después del accidente –cuenta a Proceso– terminé este busto. Desde entonces lo ofrecí al presidente Calderón, pero no hubo respuesta. Hace un par de semanas, desde la oficina de su secretario particular, Luis Felipe Bravo Mena, me llegó un e-mail en el que me dice que no le interesa. Argumenta que ‘la oficina del señor presidente no se encarga de esos asuntos’ y me sugiere que lo promueva entre la familia Mouriño.”
–¿Cómo surgió la idea de esculpir un busto a Mouriño?
–Fue un acontecimiento nacional, que nos impactó a todos. Yo quise esculpir al ser humano, al padre de familia, pero me di cuenta de que fue como poner el dedo en la llaga, porque al gobierno le cuesta reconocer que recibió un golpe muy bajo. Tocar el tema de Juan Camilo significa revivir muchas interrogantes.
–¿A qué se refiere? –se inquiere al escultor, entrevistado en su taller.
–A que desde un principio se manejó la idea de un atentado.
–¿Del narcotráfico?
–Podría ser –responde, para agregar tras una breve pausa:
“Como creador, me toca interpretar el lado humano y gentil de las personas, pero me encontré con un mártir más de la situación.”
–¿A qué situación se refiere? –se le insiste.
–A la inseguridad nacional que se vive en México. Inseguridad que se puede sobrellevar con dignidad, a través de la cultura y el arte; sin embargo, en su lugar hay displicencia por parte de nuestro gobierno para apoyar a los artistas –contesta concentrado en detallar la plastilina que da forma a un sonriente rostro de Juan Camilo antes de inmortalizarlo en bronce.
El busto, en tamaño natural, está en venta y tiene un precio de 10 mil dólares. (Patricia Dávila, Isaín Mandujano y Rodrigo Vera.)
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