8/03/2011

Los desplazados


Serpientes y Escaleras | Salvador García Soto

El grupo que se quedó en espera de acomodo en el equipo de Peña Nieto o el CEN del PRI se siente relegado, y algunos han empezado a acercarse al senador Manlio Fabio Beltrones

Son un grupo de ex gobernadores priístas que se dicen traicionados, desplazados, que “no les cumplieron”; varios de ellos apoyaron en su momento a Humberto Moreira y a Enrique Peña Nieto, operaron, hicieron amarres y recibieron a cambio la promesa de que, una vez que terminaran sus gobiernos, serían incorporados o al CEN del PRI o a la estructura política que ya prepara la campaña del gobernador mexiquense, pero ya llevan seis meses fuera del cargo y nada.

Fidel Herrera, Ismael Hernández Deras, Ulises Ruiz y Mario Marín son parte de ese grupo que se quedó en espera de encontrar acomodo político en el equipo de Peña Nieto o en la dirigencia que encabeza Moreira y que, tras sentir que los han hecho a un lado y que fueron relegados, han empezado a acercarse al senador Manlio Fabio Beltrones.

Con excepción de Miguel Osorio Chong —quien ya desde que era gobernador de Hidalgo trabajaba a las órdenes de Peña Nieto—, cuyo nombramiento como secretario técnico del Consejo Político Nacional priísta ya se da como un hecho, al resto de los ex gobernadores prácticamente los ignoraron, no está claro si por falta de espacios o si porque quisieron sacudirse la imagen negativa con la que algunos de ellos dejaron sus gubernaturas.

Entre ellos se han reunido y se quejan del desplazamiento y de que no les cumplieron compromisos. Acusan que el equipo que rodea a Peña Nieto, encabezado por Osorio Chong y por Luis Videgaray, les ha bloqueado el acceso al gobernador mexiquense, aun cuando éste les había ofrecido a varios de ellos sumarlos a su equipo.

Tal vez por eso más de uno de esos gobernadores buscaron a Beltrones y comenzaron a hablar con él sobre su proyecto en el PRI. Como si estuvieran mandando un mensaje con dedicatoria a Toluca, en donde sienten que los traicionaron.

Así que quizás a varios de ellos Peña no los quiera en este momento muy cerca porque siente que le restan votos o tal vez el precandidato mexiquense ya se amarró con sus sucesores y siente que ya no necesita a los que lo ayudaron a apuntalar su proyecto.

Es posible que en el CEN del PRI hayan decidido mantener al margen a varios de los ex gobernadores, por los escándalos de corrupción en el gobierno de Ulises Ruiz o por las sospechas de vínculos con la delincuencia que rodean a Hernández Deras; lo cierto es que esos políticos priístas, que conocen y manejaron las estructuras políticas de sus estados, están dolidos, y que con ellos, junto con otros pendientes como la posible alianza con Elba Esther Gordillo, que divide a priístas, o la definición que tomará el senador Beltrones, los fantasmas de ruptura o divisiones en el PRI todavía no están conjurados.

NOTAS INDISCRETAS… En Nuevo León crece la presión de los empresarios por la nula actuación del gobernador Rodrigo Medina contra el crimen organizado que tiene al estado y su capital Monterrey sumida en la zozobra y la incertidumbre. “Si se pierde el estado se pierde el país”, declaró hace poco el empresario Lorenzo Zambrano. Y es que la molestia y desesperación de los capitanes regios es de tal nivel que muchas inversiones planeadas han tenido que salir de Nuevo León para ser llevadas a Coahuila o Tamaulipas ante la nula acción del gobierno estatal para ofrecerle seguridad al empresariado local. Y esa molestia podría agravarse con el escándalo en el que se involucra al padre del gobernador Medina, Humberto Medina Ashley, a quien se acusa de obstaculizar e impedir el establecimiento de una empresa productora de carnes que pretende instalar una planta en el municipio de Montemorelos, al sur del estado, y todo para no afectar terrenos inmobiliarios que tiene el señor Medina en esa región. Junto al papá del gobernador aparece el empresario Jesús Barragán Villarreal, tío del ex gobernador Fernando Elizondo, quien tiene un rancho de 10 mil hectáreas en Montemorelos. Juntos, el señor Medina y el empresario, promovieron un amparo utilizando a los ejidatarios del lugar para impedir la instalación de la empresa cárnica con el argumento de que “no queremos vacas ni jodidos que huelan mal”, en sus propiedades. El problema es que los ejidatarios desconocieron ese amparo y ya están pidiendo su anulación porque, dicen, los empleos que generaría la empresa beneficiarían a esta zona, que es de las de mayor pobreza en Nuevo León. Así que, mientras el gobernador no puede con la emergencia de seguridad en su estado y tiene molestos a los empresarios, su papá, Humberto Medina, de quien se dice es el poder tras el trono en el estado, se dedica a hacerles la guerra a esos mismos empresarios y a obstaculizar las inversiones que no le gustan en la entidad. De tal palo… Se baten los dados. Acecha Serpiente.

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