4/20/2013

México: Igualdad de género en la UNAM, 35 años después

Escrito por Sara Lovera y Miriam Ruiz   

unamMéxico, abril 8, 2013 (Especial de SEMlac).- La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una de las 100 universidades más importantes de América, puso en marcha el pasado 8 de marzo una plataforma para promover y regular la igualdad de género, a través de lineamientos legales y vinculados a toda su estructura.

Se trata de la primera plataforma legal, académica y cultural que busca promover y regular la igualdad de género en la comunidad universitaria. Críticamente, académicas, activistas y periodistas señalan que esto sucede 35 años después, porque fue en la UNAM donde se construyó el pensamiento progresista y anidó el feminismo desde 1968.

En 1977 allí también nacieron las demandas de las mujeres del Grupo Autónomo de Mujeres Universitarias y luego la cátedra de Estudios de la mujer en la Facultad de Ciencias Políticas, impulsada por la maestra Alaíde Foppa, secuestrada por las fuerzas militares de Guatemala en 1980.

El documento, del cual SEMlac obtuvo una copia, consta de 15 artículos y un transitorio, contenidos en cinco capítulos, estableciendo normas generales para regular la equidad, como una condición indispensable y necesaria para lograr la igualdad, en acciones que se desplegarán en el corto, mediano y largo plazos.
El órgano oficial, La Gaceta Universitaria, califica a los lineamientos de "vanguardia", y resalta que las mujeres, al igual que los hombres, puedan acceder ahora a las oportunidades que les permitan alcanzar mayor igualdad, en lo individual y lo colectivo; mejorar su calidad de vida en esta casa de estudios, así como detectar, atender, prevenir y erradicar la violencia o cualquier forma de discriminación que se cometa contra un integrante de la comunidad universitaria.

La normatividad tendrá un proceso de aplicación progresivo, se concertarán y suscribirán acuerdos y convenios de colaboración con organismos gubernamentales públicos y privados, nacionales e internacionales, para el impulso de proyectos en la materia y el desarrollo de cursos, talleres y opciones de postgrado. Algo en lo que ya avanzó el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG).

Así se da cumplimiento a un llamado hecho desde 2004 por el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), según un estudio de Cristina Palomo Vera, en el que establece que el problema del poder en la educación superior, el menor aporte económico a los centros especializados, como el PUEG, y la falta de previsión de la violencia de género, va en sentido contrario a los fines de la educación.

Los nuevos lineamientos

Para la consecución de los objetivos se trabajará en cuatro políticas estratégicas: Igualdad de oportunidades de mujeres y hombres para acceder a los distintos ámbitos universitarios; combate a la violencia de género y discriminación en los ámbitos laboral y académico; estadísticas de género y diagnósticos con perspectiva de género, y lenguaje y sensibilización a la comunidad universitaria.

Cada entidad y dependencia de la UNAM elaborará sistemas de información estadística y diagnósticos sobre la cultura y discriminación al interior de las mismas, además se aplicarán y revisarán de forma permanente programas, acciones, medidas y protocolos de prevención, detección y actuación en situaciones de violencia y discriminación.

Los lineamientos buscan propiciar una cultura de la denuncia de la violencia de género y la discriminación, incluidos el acoso sexual y laboral, y el hostigamiento sexual, términos sobre los que ofrecen definiciones detalladas, además de otras como discriminación, sensibilización, sexismo y víctima.

Los integrantes de la comunidad y público en general, afectados por hechos ilícitos ocurridos en las instalaciones universitarias, podrán acudir ante la Oficina del Abogado General que, en el ámbito de competencia y a través de la Unidad para la Atención y Seguimiento de Denuncias dentro de la UNAM, dará asesoría, apoyo, orientación y, de ser necesario, seguimiento a las denuncias presentadas. También a la Defensoría de los Derechos Universitarios.

Se creará una Comisión Especial de Equidad de Género en el Consejo Universitario. Todos los directivos deberán asumir esos lineamientos.

La violencia
La preocupación de la UNAM por la violencia, según Patricia Bedolla, fundadora del programa de prevención en Iztacala -una de las unidades de esa casa de altos estudios- se debe a la elevada frecuencia de este fenómeno que por primera vez salió a la luz en 1977, cuando una estudiante de filosofía fue violada frente a su facultad, a un lado de la Rectoría.

Fue tal el impacto de este abuso, que las autoridades del DF aumentaron las penas por violación tumultuaria y en 1979 crearon las primeras agencias investigadoras de delitos sexuales.

Un diagnóstico de la UNAM señala que la violencia es cosa cotidiana en los campus universitarios y que hay una total impunidad. La doctora Gloria Ramírez, encargada de la cátedra UNESCO, explicó a SEMlac que el personal docente y administrativo comete acoso y violencia sexual contra muchas estudiantes, situación que calificó de alarmante.

Reconoció que ahora se ha dado un gran paso, porque se trabajará en coordinación con todas las instancias que estudian el tema y los programas como el de Derechos Humanos -en el cual ella está involucrada-, con lo que se podrá parar esta situación.

Mencionó que en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM , un sondeo arrojó que 5,2 por ciento de 384 alumnas, afirmó haber sido acosada alguna vez por algún profesor, mientras que seis por ciento de ellas dijeron haber sido acosadas de manera frecuente.

La investigación, coordinada por Ramírez, además refleja que en cinco entidades federativas la mayoría del alumnado encuestado reportó padecer violencia de sus propios compañeros y del personal administrativo, con maltratos verbales y psicológicos.

La desigualdad

La inequidad de género en las universidades de México es un hecho. El debate, las investigaciones de campo y las políticas para modificar la situación han mostrado en la última década que hasta el 93 por ciento de los puestos directivos está en manos de hombres, no existe formación sistemática del profesorado en perspectiva de género y apenas comienzan las medidas preventivas para evitar la violencia sexual en la vida cotidiana de esos centros.

La investigación de Adrián de Garay y Gabriela del Valle-Díaz Muñoz, "Una mirada a la presencia de las mujeres en la educación superior en México", señala que "la combinación de ser mujer y ser madre constituye un obstáculo mayor para todas las académicas que intentan aspirar a un puesto de dirección universitaria".

Realizado en 14 universidades públicas de distintas zonas del país, el estudio indica que el 75,4 por ciento de los puestos de dirección académica están en manos de los hombres.

El caso más "asombroso y a la vez alarmante" es el de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la institución más joven del conjunto, creada en 1974 con un modelo educativo y de gobierno novedoso para la época, pero en cuyos puestos directivos se evidencia un rezago trascendental: las mujeres están casi ausentes, ya que 93,3 por ciento de las rectorías y direcciones de división académicas son ocupadas por el sexo masculino.

Le sigue la Universidad de Guanajuato (UG), con 92,3 por ciento de hombres en puestos directivos, a pesar de haber reformado en 2007 su estructura orgánica para abrir la oportunidad a una creciente y equitativa participación de mujeres en los nuevos puestos de dirección.

Sucede así en otras siete universidades, donde entre el 75 y 89 por ciento de los puestos y cargos están ocupados por hombres.

Todo ello a pesar de que las matrículas estudiantiles y el profesorado tienden cada día más al equilibrio en casi todos los estudios sociales como derecho, medicina y ciencias políticas, entre otros. Hay carreras donde la presencia de los dos sexos es casi igual. Los desequilibrios se encuentran en carreras feminizadas (enfermería, comunicación) y las masculinizadas (ingenierías y ciencias exactas).

En el Instituto Politécnico Nacional

En entrevista con SEMlac, la doctora Martha Tronco, encargada de la Unidad de Política de Género en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), precisó que al ser una institución de carácter técnico, no hay estudios de género, pero para suplir esa carencia desde hace seis años se abrió la Unidad como programa para cambiar el desequilibrio entre hombres y mujeres.

Es decir, se aprobó con carácter de máxima autoridad, una variante de lo que ahora son los lineamientos en la UNAM.

Por ejemplo, desde esta Unidad se cuenta con autoridad, sustentada por los órganos directivos, para convocar al más alto directivo del centro estudiantil con el fin de capacitarse. El IPN está dirigido por la doctora Yoloxóchitl Bustamante, declarada recientemente Mujer del Año y sensible a las cuestiones de género.

Esta unidad desde 2010 estableció la licencia de paternidad para el profesorado. Quienes la solicitan deben tomar un curso de capacitación para tener claro qué es la paternidad con perspectiva de género.
También impulsa el servicio social con equidad de género, porque hay que imaginar las dificultades de las mujeres trabajando en campos petroleros y otras industrias. En el IPN se estudian fundamentalmente ingenierías.

Para Tronco, el mayor logro de la unidad "es su creación y que exista reconocimiento interno y externo de la validez de estas políticas".

En el IPN se elaboró una especie de decálogo contra la violencia, llamado Violentómetro, que en México se puede hallar en cada puerta principal de ingreso de todas las dependencias del Gobierno Federal.

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