Basave y Anaya en conferencia de prensa. Foto: Germán Canseco
Para estas elecciones el PAN actuó de manera pragmática lanzando como candidatos a exintegrantes del PRI y aliándose con el PRD, lo que en otros tiempos era impensable.

Con estos candidatos híbridos de color azul por fuera, rojos por dentro y pintas amarillas, el panismo aprovechó el pésimo gobierno del priista Enrique Peña Nieto y la dirigencia endeble de Manlio Fabio Beltrones en el PRI.

El PAN hizo ahora lo mismo que el PRI durante el deplorable gobierno de Felipe Calderón, cuando aprovechó la mala imagen del panista michoacano y los yerros de los panistas para ganar una buena parte de las elecciones del 2009 y 2012, alcanzando tres cuartas partes de los gobiernos de los estados.

Hoy con los resultados de las elecciones del 5 junio el PAN gobernará 11estados,  el PRI 15, en tres el PRD,  el PVEM en Chiapas y en Nuevo León el independiente y expriista Jaime Rodríguez,  lo cual configura un mapa electoral variopinto con características singulares pues algunos estados que serán gobernados por los azules tienen gran peso electoral como es Veracruz y Puebla, lo cual tampoco significa que para los comicios de 2018 vayan a contar con el cien por ciento del electorado a su favor.

Un poco después de la borrachera electoral de los panistas hay que ver con detalle quiénes fueron sus ganadores porque algunos de ellos en realidad no tienen ascendencia azul y menos comparten sus ideas programáticas.

Tal es el caso de Miguel Ángel Yunes en Veracruz, militante del PRI por muchos años, exsecretario de gobierno en ese estado durante la administración de Patricio Chirinos, exdirector del ISSSTE y aliado político de la maestra Elba Esther Gordillo.

En Puebla,  José Antonio Gali Fayad  es un político más allegado al gobernador Rafael Moreno Valle que al PAN. Este empresario del ramo textil se ha enriquecido durante el gobierno de Moreno Valle, un priista a la hechura de Elba Esther Gordillo como Yunes Linares. Así que más que panista el próximo gobernante poblano tiene un corazón de muchos colores e igual cantidad de intereses.

En Quintana Roo el  ganador  Carlos Joaquín González nada tiene de panista en su historia política. Su carrera partidista ha estado siempre ligada al PRI. Es primo del secretario de energía y exgobernador Pedro Joaquín Coldwell y luego de que en el PRI lo rechazaron como aspirante a candidato, el PAN lo hizo suyo.

En Durango, José Rosas Aispuro renunció oficialmente a su militancia en el PRI, el 30 de enero del 2010, luego de ser marginado del proceso de elección del candidato a gobernador para las elecciones del mismo año. El PAN lo metió a sus filas y lo lanzó como su candidato en dos ocasiones hasta que ahora ganó la elección de gobernador.

Panistas de ascendencia que ganaron solo fueron tres: Javier Corral en Chihuahua, Francisco García Cabeza de Vaca en Tamaulipas y Martín Orozco Sandoval en Aguascalientes.

De ahí que la pregunta de si el PAN ganó en estas elecciones es un cuestionamiento pertinente porque además que más de la mitad de sus candidatos eran azules por fuera y rojos por dentro, todos esos eran apoyados en alianza con el PRD.