6/11/2016

Sacude a Argentina marcha multitudinaria #NiUnaMenos



   Sueños destruidos por crímenes que devienen sólo en cifras

Las calles de este país sudamericano fueron el pasado 3 de junio del #NiUnaMenos. En la multitudinaria marcha estaban las víctimas de feminicidio convertidas en pancartas por sus madres, amistades y familiares. Ellas, ahora, son recuerdos relatados con voces entrecortadas por el llanto.
 
Han pasado nueve años desde que la hija de Gumersinda Giménez fuera asesinada por un gendarme. La coraza de esta mujer no simula su dolor y dice que nunca pensó “ver a tantas madres colgando las fotos de sus hijas”.
 
Judith tenía sólo 16 años cuando la mataron; era alumna de la Escuela La Banderita del Villa 31 de la ciudad de Buenos Aires. “Algunas veces pienso que si la Judith viviese yo tendría más nietos”. También cuenta que ahora ella estudia Trabajo Social porque a Judith le hubiese gustado dedicarse a eso.
 
“Me quedó un solo hijo, Eduardo. Él ya me dio dos nietos maravillosos. Entonces, mi hijo me dice: ‘Pero no fue así, mami. Ella nos cuida desde donde está’”, se quiebra Gumersinda.
 
Es así, en cada feminicidio hay historias y sueños. A veces, sin querer, esos crímenes se convierten solamente en cifras.
 
Las víctimas de feminicidio son la dolorosa esencia de #NiUnaMenos. Desde el año pasado hasta hoy, todo parece ir de mal en peor, porque desde aquel grito multitudinario hasta el 31 de mayo de este año, el Observatorio Adriana Marisel Zambrano, de la organización civil La Casa del Encuentro, ha contabilizado 275 asesinatos, de los cuales 171 ocurrieron en los hogares.
 
CADA VEZ MÁS NIÑAS Y NIÑOS HUÉRFANOS   Cada semana hay aproximadamente seis huérfanos a causa del feminicidio. En estas semanas, tres niñas de 12 años fueron asesinadas. Y este dato vino a calentar aún más las almas que ya se organizaban para marchar el pasado viernes.   Este año la manifestación por #NiUnaMenos también dice #VivasNosQueremos y logró reunir a miles de personas de diversos sectores, en cerca de un centenar de ciudades de Argentina.   Llegar a la cabecera de la marcha fue cruzarse con carteles y pancartas con diferentes lemas, con diversos matices, pero todas unidas por una misma causa.   Finalmente, quienes pudieron llegar a ese punto estratégico fueron testigos de la imagen más triste de esta convocatoria. Allí estaban familiares de víctimas de feminicidio, con semblantes dolorosos que interpelan a cualquier humana situación.   Llegar hasta allí fue ver al padre de Carolina Aló, la joven asesinada de 113 puñaladas en 1996; marchar con parientes de las víctimas pidiendo lo mismo: que algo cambie. Fue, también, oír una voz ya gastada en medio de la multitud que gritaba y gritaba el nombre de muchas de las víctimas.   Pero al rato ese clima se rompió –por un instante, sólo por un instante– con cánticos que decían: “¡No, no me da la gana que me maten cuando dicen que me aman!”.   También estuvieron amigas de la familia de Chiara Paez. El caso de Chiara fue el que disparó la movilización #NiUnaMenos el año pasado. Era una adolescente de 14 años; su novio la asesinó a golpes y la enterró en el patio de su casa.   En la multitud también estuvieron los familiares de Bárbara Carolina Toledo. Es imposible ver a Roxana, su madre. Bárbara Carolina tenía 20 años y la mató su pareja, con quien tenía una hija de dos. Bárbara estaba embarazada y fue asesinada por asfixia en 2015.   Esta corresponsal tuvo la oportunidad de hablar con Roxana horas antes, quien aseguró que el juicio estaba cerca y que el #NiUnaMenos es de todas las mujeres, no sólo de las asesinadas.   DEMANDAS PUNTUALES   En esta versión de #NiUnaMenos no hubo oradoras, pero se repartió el documento consensuado entre todos los sectores que convocaron a la manifestación.   Uno de los puntos que abarca el documento hace referencia a la necesidad de un correcto enfoque de políticas públicas con “trabajadores capacitados, formación de quienes se encargan del tema en las oficinas judiciales y estatales, presupuesto adecuado, creación de refugios, patrocinio jurídico de las víctimas, medidas de prevención y cuidado efectivas”.   Los recientes ajustes económicos acarrean una continua privación general de derechos, “las presuntas soluciones que se buscan son punitivas. Plantean el atajo del castigo antes que la prevención para evitar que haya más víctimas. Venimos a decir que eso no alcanza, que se trata de conmover las creencias y prácticas sociales que sustentan la violencia machista y la complicidad del Estado y la justicia”, refiere el documento.   También se puso especial énfasis en que la violencia no va solo contra el orden heterosexual, sino que se trata de “toda violencia machista que persigue, violenta y mata a mujeres hetero, lesbianas, gays, travestis y trans. Ni una menos por feminicidio”.   A diferencia del año pasado, esta vez no se pidió la creación del Plan Nacional de Acción para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, contemplado en la Ley 26.485.   Es que, según lo anunciado por la presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres, Fabiana Túnez, ese plan se hará efectivo en julio próximo. Sin embargo, desde #NiUnaMenos se exhortó al Estado argentino para que destine un presupuesto efectivo.   A veces hay indicios de logros, pero después viene la decepción. Porque luego del #NiUnaMenos de 2015, uno de los avances conseguidos fue la Ley de Patrocinio Jurídico Gratuito para víctimas, pero desde el Ministerio de Justicia “ya se alertó sobre la falta de presupuesto para ponerla en práctica”.   RADIOGRAFÍA DEL FEMINICIDIO   Entre los 275 casos de feminicidio registrados por el Observatorio Adriana Zambrano, hay una bebé, 11 niñas de entre dos y 12 años de edad, 29 adolescentes de entre 13 y 18 años, y nueve adultas mayores.   En cuanto al “modus operandi” de los feminicidas, usaron armas en 66 crímenes. A 57 mujeres las apuñalaron; mataron a golpes a 40; estrangularon a 21, y otras 20 fueron quemadas.   Sobre los antecedentes de denuncias, 39 de ellas ya habían acudido ante la autoridad judicial, y se había prohibido el acercamiento del maltratador.   Las provincias (estados) con los índices más altos de feminicidio son: Buenos Aires (102), Santa Fe (23), Salta (21), Córdoba (20), Ciudad de Buenos Aires (13), Santiago del Estero (11), y Mendoza (10).


Por: Norma Loto
Cimacnoticias/SEMlac | Buenos Aires, Arg.-  

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