Madrid. 25 de julio. 17. AmecoPress/Pikaramagazine. Hace
diecisiete años, bell hooks escribía ‘Feminism is for Everybody:
Passionate Politics’. Ahora, Traficantes de sueños ha publicado la
traducción al castellano: ‘El feminismo es para todo el mundo’, una obra
que aborda la interseccionalidad de género, raza y clase, tratando de
señalar quién es el sujeto del feminismo.
No es casualidad que, desde temprana edad, la escritora y activista
feminista negra Gloria Jean Watkins(1952) tuviera una férrea convicción
antisexista, antirracista y anticlasista. Nació y creció en
Hopkinsville, una pequeña ciudad de la mancomunidad de Kentucky (Estados
Unidos) que, como muchas otras, estaba segregada por la raza e inmersa
en una voraz desigualdad económica, social y cultural. Además, la
infancia de Watkins estuvo marcada por la violencia parental: su padre,
para ella, era una representación del patriarcado y fue determinante
para su adhesión al feminismo; es obvio que vivir todo ello en sus
propias carnes la ayudó a convertir la miseria en fuerza y resistencia.
Con todo, tampoco fue casualidad que la repulsa contra la injusticia
se entremezclara con la escritura: el primer refugio que encontró para
escapar de esa opresión omnipresente fue en la redacción y recitación de
poesía. Así, una cosa llevó a la otra y sus aportaciones teóricas no
tardaron en llegar: con solo diecinueve años, mientras cursaba
bachillerato en Stanford, empezó a escribir su primera obra –Ain´t I a
Woman?Black Women and Feminism (1981)– y, desde ese momento, quedó
patente su esfuerzo por evidenciar un sistema de dominación dentro del
propio movimiento feminista que, encabezado por mujeres blancas de clase
media, nada hacía por integrar a negras y pobres.
La inagotable escritora, a cambio, comenzó a proponer diversas vías
para generar la solidaridad política entre razas, clases y géneros. Tras
el primer libro, vinieron otros 32, y todos firmados con el
seudónimobell hooks: una combinación de los nombres y apellidos de su
madre y su abuela escritos en minúscula, según ella, porque mayúsculas
solo deben ser las ideas, criticando así la costumbre capitalista de
sobrevalorar los nombres propios.
Una de esas “ideas mayúsculas” aparece en Feminism is for Everybody:
Passionate Politics, libro que hooks publicó en el año 2000 y que,
ahora, Traficantes de sueños lanza su traducción al castellano: El
feminismo es para todo el mundo, una obra que, en la misma línea de
otras de la autora, analiza y crítica la interseccionalidad de género,
raza y clase, determinando, en este caso, quién es el sujeto del
feminismo: todo el mundo.
“El feminismo es un movimiento para acabar con el sexismo, la explotación sexista y la opresión.” Bell Hooks
Con esa sencilla definición, bell hooks abre la obra y propone poner
la mira sobre el principal enemigo del feminismo que, según ella, no es
el varón, sino el sexismo: “El problema es el conjunto del pensamiento y
la acción sexista, independientemente de que lo perpetúen mujeres u
hombres, niños o adultos”, resuelve. Por tanto, deja claro desde el
principio que, mientras un hombre que renuncia a sus privilegios se
convierte en un “valioso compañero de lucha”, una mujer que reproduce el
sexismo, en una “peligrosa amenaza”.
“Cuando el movimiento feminista contemporáneo empezó a andar,
había una feroz facción antihombres. Muchas mujeres heterosexuales
llegaron al movimiento desde relaciones en las que los hombres eran
crueles, desagradables, violentos e infieles (…) y utilizaron su rabia
como catalizador para la liberación de las mujeres.” Bell Hooks
No solo los varones entran en ese feminismo “para todo el mundo”;
hooks también apela a la interrelación entre el sexismo, la raza y la
clase. En primer lugar, critica el feminismo blanco que no se
comprometió con la lucha antirracista y que invisibilizó las relaciones
entre racismo y sexismo que habían desvelado las “visionarias” –así
llama a las feministas negras– y, aunque admite que con posterioridad
las mujeres blancas incorporaron la raza en algunos análisis feministas,
ve con recelo que se haya trasladado la teoría a la práctica. Por ello,
anima a comenzar: “Las mujeres blancas y las de color que superamos las
dificultades y creamos espacios donde pudieran surgir vínculos de amor y
solidaridad política, debemos compartir los métodos y las estrategias
que utilizamos con éxito”.
En segundo lugar, destaca la variable clase; relata que, desde los
inicios del movimiento, “las mujeres de clases privilegiadas
consiguieron que sus inquietudes fueran ‘las’ cuestiones en las que
había que centrarse” –en gran parte porque eran las sujetas de interés
para los medios de comunicación–, mientras que “las más relevantes para
las mujeres trabajadoras y de los sectores populares jamás fueron
resaltadas”.
“Cuando las mujeres de clases altas utilizan de manera oportunista
la plataforma feminista mientras ayudan a mantener el mismo sistema
patriarcal que en última instancia las volverá a subordinar, debilitan
las políticas feministas y no solo traicionan al feminismo sino también a
sí mismas.” Bell Hooks
Por ello, exhorta a retomar ese debate dentro del feminismo: en su
momento, “abrió un espacio para que las interseccionalidades salieran a
la luz” y es necesario reabrirlo “para alcanzar un mundo donde se
compartan los recursos y abunden las oportunidades de crecimiento
personal para todo el mundo independientemente de su clase”.
“Plenitud total”
Bell Hooks califica la relación entre el lesbianismo y el feminismo
de “plenitud total”, reconociendo la labor que llevaron –y llevan– a
cabo las lesbianas y las bisexuales radicales en el movimiento de la
liberación de las mujeres. Lo hace por dos razones principales: por un
lado, porque demostraron que la necesidad de depender de los hombres era
un espejismo y, por el otro, porque fueron la vanguardia en subrayar la
importancia de incluir en los debates la interseccionalidad.
“Sin la contribución del lesbianismo radical, la teoría y la
práctica feministas nunca se habrían atrevido a superar los límites del
heterosexismo para crear espacios en los que (…) las mujeres
independientemente de su identidad o preferencia sexual (…) puedan ser
tan libres como quieran. Este legado debe ser constantemente reconocido y
celebrado.” Bell Hooks
“Visionaria”
Cuando bell hooks escribió El feminismo es para todo el mundo, vio
que el movimiento estaba en buen estado y más vivo que nunca; sin
embargo, también detectó la necesidad de una continua renovación: “Se
debe crear y recrear constantemente teoría feminista con visión de
futuro, que se refiera a nosotras, a dónde vivimos, a nuestro presente,
para garantizar que se mantenga la importancia del movimiento feminista
en nuestras vidas”.
La activista escribió que, a pesar de los grandes avances que mujeres
y hombres habían hecho hacia la igualdad de género, no podían quedarse
estancados, sino que debían seguir adelante, sin pausa: “Debemos tener
valentía para aprender del pasado y trabajar por un futuro en el que los
principios feministas puedan regir en todos los ámbitos públicos y
privados de nuestras vidas”. Sin duda, ese apunte que dejó en el aire al
inicio del siglo no ha caducado y sigue ostentando significación; el
pasado siempre es una herramienta útil para un futuro perenne.
Y es que la traducción al castellano de Feminism is for Everybody:
Passionate Politics no llega a las librerías para recordar lo que pasaba
o lo que hacía falta en el movimiento feminista del siglo XX en Estados
Unidos; desgraciadamente –o afortunadamente–, sigue revelando las cosas
que pasan y que hacen falta hoy en día y en todas partes.
19 capítulos, en solo 150 páginas, sobre educación, sororidad,
derechos reproductivos, belleza, luchas de clases, racismo, amor, sexo,
espiritualidad, etcétera, con la pretensión de señalar la posición de
cada cual respecto a clase, raza y sexo para, después, invitarle a
sumarse al feminismo; a todo el mundo.
“La política feminista pretende acabar con la dominación para que
podamos ser libres, para ser quienes somos, para vivir vidas en las que
abracemos la justicia, en las que podamos vivir en paz.” Bell Hooks
Ficha técnica
’El feminismo es para todo el mundo’. bell hooks.
Traducción: Beatriz Esteban; Lina Tatiana Lozano; Mayra Sofía; Maira Puertas; Sara Vega.
Traficantes de sueños. Barcelona, 2017. 154 páginas. 12 euros.
Fotos archivo AmecoPress tomadas de Pikara Magazine
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