3/07/2018

El drama de la vivienda en la capital

La mitad de los capitalinos sin casa propia

FRAGUA

Una tarde iba caminando por la calle de Isabel la Católica, en el Centro de la Ciudad de México, mientras buscaba algunas ofertas me encontré con un anuncio que decía “se renta”. Como miles de personas en la ciudad siempre ando buscando si hay un lugar un poco más barato y, si se puede, no tan mal ubicado, para vivir con menos apuros.
Debajo del anuncio viene un número, marco y para mi sorpresa no me contesta una amable jubilada que vive de sus rentas, sino una señorita quien primero da el nombre de la empresa para la cual trabaja y después el suyo. Tal vez por mi acento juvenil (o barrial) la mujer del otro lado de la línea me contesta con un tono prepotente y antes de decir nada me comenta “¿cuál es el presupuesto con el que cuenta para rentar?”; le digo mi presupuesto y me responde con más desprecio aún “aquí el mínimo que rentamos es de 11 mil, y en la zona no hay nada de menos de 9 mil pesos, disculpe pero no tenemos una opción para usted”. Solo atino a decir “gracias” y cuelgo.
El drama de la vivienda en la capital del país, y seguro en toda la República, nos acarrea estrés a miles y miles de mexicanos. Actualmente comprar una casa o un terreno es un sueño guajiro, muchos de nosotros no tenemos un empleo estable y si lo tenemos no nos dan seguridad social ni acceso a algún crédito y ni para cuando ahorrar, pues todo se nos va en el gas, la luz y el transporte, claro a veces hasta nos alcanza para comer.
Para algunos analistas, una persona debe gastar un máximo del 30% de su salario en vivienda, en la Ciudad de México el promedio de lo que paga un capitalino en el rubro es del 60% siendo la nuestra una de las ciudades más costosas en el mundo para vivir y para muestra algunos otros datos: el precio medio de la renta en la Ciudad es de $15,381 pesos al mes; Milpa Alta e Iztapalapa son las delegaciones “más baratas” para rentar con un promedio de $3,500 y $4,900, respectivamente; además, según la propia Asamblea Legislativa del a Ciudad de México, solamente el 52% de los capitalinos son dueños de su vivienda, es decir, casi la mitad de los habitantes de esta gran ciudad rentamos.
Todo esto ¿en dónde nos deja? Pues a la mitad de los capitalinos sin casa nos pone en un muy mal plano pues, si esto no fuera suficiente, la mayoría de los mexicanos ganamos en promedio $4,500 pesos mensuales, es decir, si vivimos solos nos damos por bien servidos, si encontramos un cuarto de entre $500 y $1000 y ojalá tenga queja para no pagar luz porque si además le aumentamos todos los servicios la cosa se pone bastante negra. Y bueno, si tenemos familia, lo mejor es aprender a convivir un poco apretados.
Sin embargo, ¿esto tiene que ser así? Nosotros como Organización de Lucha por la Emancipación Popular creemos que no. Consideramos que todo el pueblo debería tener vivienda digna, es decir, en principio, ese 48% de capitalinos que no tenemos una casa propia deberíamos de tenerla, así de sencillo. El Estado está obligado a garantizar la vivienda a toda la población, pero sabemos que en el capitalismo la vivienda es un jugoso negocio ya sea mediante la venta o la renta.
Es necesario luchar y exigir que se respete nuestro derecho humano a la vivienda digna, lo cual también nos pone a pensar que el lugar donde debemos vivir debe tener todas las condiciones para que nos desarrollemos como personas: debe tener luz de sol; estar impermeabilizado; con baño propio, acceso al agua y drenaje; que sea cercano a fuentes de empleo, centros educativos, áreas verdes; debe ser espacioso y adaptado al clima en el que vivamos; rodeado de alumbrado público y calles transitables. Es decir, luchar por una vivienda digna es luchar por una ciudad digna para todo el pueblo.
Por eso, como OLEP, enarbolamos la lucha por vivienda digna para todo el pueblo donde también contemplamos que el precio de las rentas debe ser regulado por el Estado, es decir, que el costo sea topado al 30% del salario mínimo.
Sabemos que esto suena igual de guajiro que comprar una casa bonita y con patio, pero la misma realidad nos arroja que actualmente existen cientos de proyectos inmobiliarios a los cuales el pueblo no tendrá acceso o sólo se le dará el chance de endeudarse de por vida por casas que, seguramente, estarán mal hechas, pequeñas y con servicios públicos deficientes. Es decir, en la actualidad existen las condiciones para construir casas para todo el pueblo, solo que en el capitalismo la vivienda no es un derecho sino un negocio. Así, encontramos que la única alternativa real para tener una vida, vivienda y ciudades dignas es transformar este modelo económico por uno donde la vivienda sea verdaderamente un derecho, donde priven las relaciones humanas y no las ansias de ganancia, donde sea el pueblo quien decida dónde y qué construir, es decir, una sociedad socialista.
¡Vivienda digna para todo el pueblo!
NOTA: Este artículo fue publicado como parte de la sección CIUDAD del No. 32 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), Febrero-Marzo 2018. 

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