1/20/2009

La estructura patriarcal se debilita y transforma las familias

Seminario Familias en el Siglo XXI, en El Colmex

Por Sandra Torres Pastrana

México DF, 19 enero 09 (CIMAC).- Más que una crisis de la familia, estamos en presencia de un debilitamiento de la estructura patriarcal, como resultado de la desaparición de la base económica que la sostenía, y por el surgimiento de los nuevos valores centrados en el reconocimiento de los derechos humanos fundamentales que, en el caso de la mujeres, implican su inclusión a la vida laboral y el rompimiento de los patrones de alta fecundidad y sin control.

Así lo expresó el representante en México del Fondo de Población de las Naciones Unidad (UNFPA), Arie Hoekman, en la inauguración del Seminario Familias en el Siglo XXI: Realidades Diversas y Políticas Públicas, que se lleva a cabo hoy y mañana en El Colegio de México.

El Seminario reúne expertas y expertos de la academia, la sociedad civil y organismos públicos e internacionales que reflexionan y debaten sobre las trasformaciones de las familias y problemáticas actuales a las que se enfrentan las familias mexicanas.

Desde una perspectiva integral, y organizados en mesas de debate, las y los expertos de la academia hablan sobre las distintas clases de familia, las cuales se han trasformado a través de las años debido a los avances económicos y sociales, por lo cual en la actualidad es imposible se determine un solo modelo familiar.

Hoekman destacó que cuando se habla de la familia, hay que tomar en cuenta que son muy diversas las distintas conformaciones familiares, debido a que están constituidas por personas ligadas por lazos políticos de parentesco y de afectividad.

Hay hogares unipersonales, o de convivencia de varios individuos donde no existe una familia nuclear; hay familias extendidas o compuestas con la presencia de personas en el hogar ya sean miembros o no de la familia, entre otros tipos, dijo.

Hoekman manifestó que los temas de la familia han sido históricamente objeto de posicionamientos ideológicos, filosóficos y religiosos, los cuales alimentan diversas representaciones y preconcepciones que no sólo dificultan las comprensión objetiva de los fenómenos, sino que establecen sesgos preocupantes en las políticas publicas.

Para Hoekman otros factores que han influido significativamente en las trasformaciones de las familias, durante las últimas tres décadas, son la aceleración de la transición demográfica, la universalización de la educación básica para mujeres y hombres, la ampliación de la cobertura de la salud primaria y el desarrollo de la seguridad social.

En el ámbito económico, resalta Hoekman, son factores de cambio en la familia: la ampliación de las sociedades de consumo, el regreso de las mujeres al mercado de trabajo, la integración económica de las naciones, la intensificación de la migración internacional y por último la expansión de los medios de comunicación.

Para el representante de UNFPA en México, es necesario que los Estados incluyan nuevos enfoques de políticas sociales transversales e integrales que fortalezcan a las familias, anticipando a su vez los riesgos que se derivan que los cambios socioeconómicos. Pero esta nueva política, advierte Hoekman, debe estar basada en el respeto y promoción de los derechos humanos, como posible articuladora de los demás en torno a las familias y respondiendo a las trasformaciones familiares.

Durante la inauguración del Seminario se contó también con la participación de la investigadora Susana Lerner, de El Colmex; la consultora internacional Irma Arriaga; de Javier Garcíadiego presidente de esta misma institución; Manuel Órdorica, secretario general de El Colmex; y de Mario Bronfamn, de la Fundación Ford.

09/STP/GG


CONTEXTO
Necesario abrir debate sobre familias y sus integrantes: Jusidman

De la redacción

México DF, 20 enero 09 (CIMAC).- Clara Jusidman, consejera de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), llamó a abrir el debate sobre la diversidad de familias y los derechos de sus integrantes, así como a impulsar una política integral para su tutela y vigilancia por parte del Estado y de la sociedad.

“Tiene que haber un nuevo concepto de derecho que concilie el derecho de las familias como núcleo, con el derecho de las personas como sujetos con dignidad”, expuso, de acuerdo con un comunicado de la CDHDF.

En el marco de la realización del Seminario Familias en el Siglo XXI: realidades diversas y políticas públicas, a realizarse el 19 y 20 de enero en el Colegio de México (Colmex), la especialista en desarrollo y política social, derechos económicos, sociales y culturales y sociedad civil, llamó la atención sobre los derechos de las familias y de sus integrantes como sujetos con dignidad.

“Tiene que haber un nuevo derecho de las familias en el que se incorpore el respeto al derecho de las personas al interior de cada familia; el actual está fundado en que los progenitores son los que rigen la vida de sus miembros, los que toman las decisiones por las y los niños y por las personas mayores”, explicó.

Presidenta Honoraria y fundadora de Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social, Incide Social AC, Clara Jusidman agregó que los procedimientos judiciales en casos de violencia y abuso hacia esos integrantes de la familia son aún más vulnerables, por ejemplo cuando son la madre y el padre quienes deciden con quién se quedan las hijas o los hijos: “Las y los niños tiene un rol poco relevante y a veces son doblemente victimizados”.

A propósito del VI Encuentro Mundial de las Familias, que se desarrolló la semana pasada en la Ciudad de México, celebró la aceptación de la Iglesia Católica a familias diversas, como las formadas por y con hijas e hijos de padres divorciados, así como podría hacerlo con las conformadas por personas sin lazos sanguíneos unidas por un interés económico o por sentimientos de afecto.

“Lo interesante es que ha habido cierta movilidad, no quedan como disfuncionales o estigmatizadas; de alguna manera han asumido el discurso de la diversidad de familias”, aclaró la Consejera de la CDHDF.

No obstante, señaló que la reticencia de los grupos conservadores y con una concepción tradicional sobre la familia va a concentrarse en puntos de vista sexual y de crianza de hijas e hijos, concretamente sobre las parejas del mismo sexo que quieran adoptar o procrear niñas y niños.

FAMILIA, ¿ASUNTO PRIVADO?

Integrante del Consejo de la oficina del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en México, cuestionó en qué medida el ámbito familiar es estrictamente privado, pero donde se hace necesaria la intervención del Estado y de la sociedad para evitar las violaciones de los derechos de los integrantes de las familias, por el propio núcleo familiar.

Como ejemplo, señaló la educación a través de golpes y otras expresiones de violencia; de abusos sexuales a mujeres, niñas y niños; venta o trata de menores que “¿Quién va a vigilar?”, cuestionó.

“Decir: Yo le pego a mi hijo, porque yo lo traje al mundo y tengo el derecho de educarlo como yo quiero, es algo que viola todos los instrumentos internacionales de protección a los derechos de la infancia”, sostuvo Jusidman.

Coordinadora de la Mesa “Políticas públicas y familias” del Seminario, Clara Jusidman explicó que en la necesidad de reconocer la diversidad y las tensiones de los grupos familiares se debe discutir e impulsar una política integral de conciliación entre los tiempos laborales y de convivencia.

Entre las medidas de conciliación se considera un cambio en la lógica de los servicios públicos de salud, educación y desarrollo, en centros médicos, escuelas y centros de cuidado y desarrollo infantil; así como de replantear el programa de estancias infantiles y de centros de día para las y los adultos mayores o para las personas con discapacidad.

SEMINARIO FAMILIAS EN EL SIGLO XXI

El Seminario consta de seis Mesas: Familias y cambios demográficos; Familias, trabajo y pobreza; Familias y derecho en el nuevo siglo; Violencia y familias; Ética y valores en las relaciones familiares; y Políticas públicas y Familias.

Entre las y los expositores destacan; María de la Paz López, del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM); Ana María Tepichin, del Colegio de México AC (COLMEX); Marcela Lagarde, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); el Presidente de la CDHDF, Emilio Álvarez Icaza Longoria.

También, el Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), José Ramón Cossío; Paulo Saad, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); Arnoldo Kraus, del Colegio de Bioética; y Gerardo Sauri, de la Red por los Derechos de la Infancia en México.

INSTRUMENTOS INTERNACIONALES

De acuerdo con Clara Jusidman, el debate sobre los derechos de los diversos tipos de familias y de sus integrantes debe desarrollarse también a partir de instrumentos internacionales de los derechos humanos, a los cuales México se ha adherido, como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) y la propia Declaración Universal de Derechos Humanos.

Jusidman reconoce que los derechos de las familias y de sus integrantes, así como la necesaria vigilancia y tutela por parte de la sociedad y el Estado, es un campo poco desarrollado tanto a nivel nacional como internacional y que debe ser considerado con una política integral en México.

En su Artículo 7, por ejemplo, el PIDESC advierte que los Estados Parte reconocen el derecho de todas las personas al goce de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias que aseguren condiciones de existencia dignas para ellas y sus familias.

El Artículo 10 dice que se debe conceder a la familia, como elemento natural y fundamental de la sociedad, la más amplia protección y asistencia posibles, especialmente para su constitución y mientras sea responsable del cuidado y la educación de las y los hijos a su cargo.

En el Artículo 11 se reconoce el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda, así como a una mejora continua de las condiciones de existencia.

En tanto, la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice en su Artículo 16 que mujeres y hombres tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y a disfrutar de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.

El Artículo 23 subraya el derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure a las personas y a su familia una existencia digna, incluso que sea completada, en caso necesario, por algún medio de protección social.

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