7/15/2010

Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile en Conferencia de la CEPAL








Redes de apoyo permiten a las mujeres llegar a espacios públicos
Por Miriam González, enviada

Brasilia, Brasil 14 jul 10 (CIMAC).- Conciliar la vida pública con la vida privada, para dejar de vivir en la dicotomía entre ambas, es una de las principales barreras para empoderar a las latinoamericanas, aseguró aquí la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, al término de su participación en la apertura de la XI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.

En entrevista con Cimacnoticias, la también vocera de Haití dijo que en una sociedad, donde las mujeres fuimos criadas para “ser el núcleo de la familia”, es difícil que salgamos a los espacios públicos, de toma de decisión, si no contamos con una red de apoyo para el cuidado de nuestras hijas e hijos.

“Cuando era candidata a la presidencia de Chile, y posteriormente en el cargo, los periodistas se acercaban a mi, y me preguntaban si mis hijos iban a un psiquiatra, pues mi cargo requería de mucho tiempo fuera de casa, aunado al tiempo de la campaña”. Yo siempre les respondía que si este tipo de preguntas también se las hacían a los políticos hombres.

Eso me hizo entender mejor, la necesidad de una corresponsabilidad compartida, entre hombres y mujeres, en las responsabilidades familiares. En nuestra sociedad, si una niña o niño tiene un problema, la culpa siempre recae en la madre.

De ahí que, cuando las mujeres optan por el ámbito público, son juzgadas y señaladas por “abandonar” el espacio privado, generándoles una sensación de culpa que, en ocasiones, las obliga a dejar esos espacios.

“Si uno no logra una conciliación laboral y privada, es difícil poder romper con las estructuras masculinas que nos mantienen en lo privado”, abundó la funcionaria.

En Chile, nos dimos cuenta de que las decisiones importantes se tomaban en las reuniones, después de las siete de la noche, y las resoluciones eran tomadas por hombres, una vez que las mujeres ya se habían retirado, a “cumplir con sus tareas” de cuidadoras de los otros.

Declaramos entonces, que todas las reuniones se realizaran en horarios de oficina para que ellas se mantuvieran activas en los espacios públicos. Si bien esta no es una solución, al menos permitió que más mujeres estuvieran en los procesos de toma de decisión.

Por eso “apuesto a la corresponsabilidad familiar, la sororidad entre las mujeres y una red personal, lo suficientemente fuerte, para soportar el proceso de convertirse en mujeres empoderadas, dejando de lado el costo, que hoy significa, estar en la vida pública” finalizó Michele Bachelet.

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